
En la calle Sto Tirso se han avecindado mis primos de Santa Cruz del Sil, Pilar Sabugal, Domingo y sus hijos Loli y Ángel y allí estamos también nosotros celebrando sus cumpleaños.
Los cumpleaños con mi familia congregaban a un gran número de parientes y en aquellos encuentros nunca faltaba la foto de rigor.

Hubo veces que nos fotografiamos delante de la casa de mis padres, en la Plaza del Vizconde, con idea de que salieran de fondo los geranios, tan floridos, que mi madre tenía en los tres balcones. Al ampliar la foto se han cortado los balcones...

En esta foto están mis hermanos Juan y Pili que vivieron en Colombia y después en Madrid, Tere en Oviedo y Soco, que siempre vivió en León, es la que tuvo más trato con vosotros, así como sus hij@s. ¡Qué gratos momentos para recordar!

Tuvisteis la suerte de disfrutar de los abuelos. Para Celia e Isidro erais los únicos nietos y a su casa íbamos con frecuencia. Teníais siempre una mesa para vuestras piezas de tente y montón de juguetes. ¡El fin de semana dormíais con ellos para no perder tiempo de andar por la huerta y jugar!

Íbamos a casa de Bienve y Sofía y ¡bien que os gustaba sacar las cazuelas para hacer trenes en la cocina o girar el molinillo del café! Tampoco se salvaba de vuestros saltos, la cama de la habitación del pasillo. Allí siempre aparecían primas con las que jugar. Los abuelos venían a vernos y a admirar nuestra terraza con sus flores.

Ana, la hermana de Isidro y su marido Jesús, aunque vivían al lado de la Bañeza, en Requejo de la Vega, vinieron a establecerse a una vaquería en las afueras de León y con ellos también pasamos buenos ratos. No nos olvidemos que fueron los padrinos de Víctor.
Nosotros los visitábamos y a vosotros os gustaba curiosear los animales, los perros mastines, que eran más altos que vosotros... y jugabais en la amplia pradera con la moto de Jesús Mateo o con las cometas.

A la Bañeza, íbamos con Anita y Ángel, los primos de papá. Anita, Miguel y Tinín son los hijos del tío Lorenzo "Cañero", que había sido su padrino y de tía María, (María del Rosario, como muy bien puntualiza su hijo Tinín, aunque era María para todo el mundo). Nos gustaba ir al monte de Palacios de la Valduerna, el pueblo de Isidro y si se terciaba, comer allí.
Vosotros disfrutabais entre estas encinas antiguas, hasta subiéndoos a los árboles.


Aprendíais a hacer fuego. Algo que, por todo lo alarmista que es la TV, parece que haría cualquier incendiario, pero los medios de comunicación tratan de esconder sus intereses y confundirnos, el monte lo queman mafias organizadas.
El hombre responsable siempre ha sabido hacer fuego, para sus necesidades. La técnica es difícil y conlleva saber apagarlo y respetar el monte.
Mirad la cazuela del conejo, como se templa cerca de las llamas. La tarde en el monte daba para mucho, a veces venían vecinos del pueblo a saludarnos y les invitábamos a un trago.
Salimos al monte con Jorge, Manoli y sus hijas Mónica y Laura, a veces con acampada.

Un amigo inolvidable fue Luis, el guardia. Nos hizo pasar tan buenos ratos, enseñándoos a pescar en Pardavé del Torío y comiendo la merienda y la torta de pan, que comprábamos en Puente Villarente.
Los domingos por la mañana subíamos a los pinos de las Lomas, con Toño y Raquel y con sus hijos Libertad y Rodri. Tenemos fotos bonitas con nieve en las Lomas.
Durante la semana, como yo trabajaba en el Colegio de Ed Compensatoria en Puente Castro,
vosotros veníais a esperarme a la salida. Aquí estamos con Xandra, la hija de mi compañera Pilar y con los maestros de taller de fontanería y electricidad que teníamos con los alumnos.

Veníais en vuestras bicicletas, aprovechando la carretera que estaban acabando de hacer y que aún estaba cerrada al tráfico.
De ahí debió de nacerle a Víctor tan gran afición a la bici, que hasta hoy no ha parado de dar saltos y de darle alegrías.

Cuando empecé a trabajar en León, ya no fue necesario intercambiar nuestras vacaciones y las de papá. Podíamos disfrutar de las vacaciones todos juntos, tanto en Galicia, como por el Mediterráneo.
Un año fuimos a la Residencia de Isdabe, en Estepona y conocimos a nuestro primo Abásolo, el marido de la prima de Isidro, que regentaba el Faro y nos llevó en su barco.
En Galicia preparamos la casa de los abuelos de Celia en Liñares y conocimos a sus primos, Perfecta, Asunción y Manolo, Celita y sus hijos y muchos más. Aquí vemos al hermano de la abuela de papá, el tío Manuel, junto a los Rafas y los primos: Camilo y MCarmen, Licha, Asunción y Manolo. En la orilla de la foto Toño, el hijo de Adelaida habla con Víctor, que ya no cupo en la foto.
¡Qué buenos momentos: la mañana la niebla sobre el río y arriba, despejado, el monte, por la noche el paseo para ver las estrellas, las correrías en moto, la satisfacción de tener tantos amigos!
Os apuntamos al Campamento de OJE de Reinante y al regreso a León montamos la tienda en la huerta de Celia...
Las acampadas continuaron por la montaña leonesa en compañía de Manoli, Rubenín y otros...Quedan muchas aventuras de Galicia, de la Mata, de la provincia de León... para contar en el próximo cumpleaños.
Aquí están los primeros recuerdos de vuestra llegada a León en el año 83 y acaba en el 86 con vuestra primera comunión y la despedida de Bienve.
En esta foto aparece arriba a la izquierda el hijo de mi hermana Pili y su novia Sandra, los demás ya han sido nombrados en las otras fotos. ¿Ya los conocéis?
En esta foto aparecen junto a Celia, Asunción y Manolo, el resto ya están todos presentados.
Aún queda mucha historia que contar, creo que seguiremos cumpliendo años y contando el resto.
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