17 junio 2008

BÉCARES

En el último viaje a Alija con ocasión de los carnavales hacíamos mención al despoblado de Bécares y nos parecía que este lugar merecía una visita a parte. Recogimos para ello datos de la web oficial del Ayuntamiento y en el nº 22 de la revista Tierra de León nos informamos de parte de la historia de su iglesia. Leímos que Bécares, como apellido toponímico lo ostentan en la actualidad 1.293 personas. Nadie nos daba razón del itinerario exacto a seguir y buscamos la ruta en el Sigpac. Luego hicimos un pequeño resumen para comentar por el camino.

Nos enteramos de la existencia del asentamiento en el Siglo XIII. D. Abundio García Caballero piensa que perteneció al Monasterio de Nogales, siendo entregado posteriormente a D. Alonso Enríquez, Almirante de Castilla en 1368 y luego al Conde de Benavente en 1496. Se mencionan como propietarios a los miembros de otras familias, como los Acuña o los Marqueses de Campo de Villar. El Vizconde de Castaosa figura como propietario a partir de 1696-97. En la actualidad una parte de la Dehesa pertenece a los vecinos de Alija y la otra a dos señoras de Sahagún. Todo un símbolo si tenemos en cuenta que en una época fue de los romanos, en otra del clero, después de la nobleza, pasando por los templarios y finalmente, en nuestro siglo tan feminista, es de las mujeres.

Según D. Maximino Descosido, en el mencionado artículo publicado en el nº 22 de Temas Leoneses, al consultar los datos de un libro de cuentas, encontrado en los archivos municipales de Quintana del Marco, nos cuenta sobre la villa de Bécares y la iglesia de San Román, que la torre y el pórtico de la Iglesia son del año 1.692 y fueron construidos por el maestro Domingo Salmón Rasino. Las pinturas de los frontales para el altar del Santo Cristo y el marco para el altar mayor se adjudicaron al pintor leonés Martin Mesías. Vemos aquí otros pagos realizados para el mantenimiento de la iglesia y el culto.iglesia Bécares

Por los actuales guardas de la dehesa, Santiago y Paquita pudimos saber que D. Abel, su antecesor había fallecido. D. Abel cuidaba de la finca y de la iglesia cuando en el año 1971 varios sacerdotes se presentaron en el lugar, con la intención de llevarse el retablo, cosa que trató de impedir el guarda. Los clérigos forzaron la puerta de la iglesia y se fueron con el retablo y las campanas de la torre, pensando, creo yo, que todo esto pertenecía a la Diócesis de Astorga. En este caso se equivocaron, ya que esta iglesia parece ser, que siempre pertenecio a los nobles propietarios de la finca. Este lamentable suceso dió lugar a un pleito entre el obispado y los dueños. El resumen del mismo nos lo facilita D. Maximino en este artículo. La Diócesis basa sus derechos en que fue una parroquia y los dueños en que ostentaban la titularidad dominical sobre la misma. Analizando también una sentencia de Tribunal Supremo de 28/12/59 parece que la razón sería de los últimos y que en la epoca de la desamortización de Mendizabal se dispuso que quedaban desamortizados todos los bienes de la Iglesia excepto los que se dedicaran al culto, siempre que se incluyeran en un inventario que se elaboró a tal efecto. Bécares no figuraba en el inventario, así que en aquella epoca no se dedicaba al culto público ni pertenecia a la Iglesia. Por todo esto, la Dirección General de Bellas Artes en marzo de 1.974 ordenó la incautación temporal de las tablas y su depósito en el museo arqueologico de León.

Santiago y Paquita desconocían el lugar donde se encuentra la cueva de la Loba, que trato de localizar, porque posiblemente se trata de una antigua mina de hierro, según supone el Padre Cesar Morán, en su "Excursión arqueólogica por tierras de León" (Archivos Leoneses nº 7 año 1950) y tampoco nos dieron razón de la ubicación del cementerio, aunque se cree que está al suroeste, según se sube para la Iglesia. Pero si nos indicaron donde se encontraba una fuente cubierta que dicen de la época de los romanos, a la que se baja por una escalera con peldaños de piedra labrada y que a mí me recuerda a las que ví por Tabullo y Destriana. El diccionario de Madoz supone la desaparición del pueblo en 1.500 y el Catastro de Ensenada nos lo señala abandonado en el Siglo XVIII. El escudo nobiliario está fechado en 1837 por lo que yo pienso que la casa que queda en pie pudo ser utilizada por sus propietarios y criados para cazar.

Merece la pena la visita de la iglesia abandonada, con su aire misterioso, buscar la cueva de la loba, donde yo creo que el bañezano Méndez Luengo recibió su inspiración para escribir las aventuras que refleja en su libro "Llanto por un lobo muerto" o bajar hasta la fuente cubierta, para ver sus aguas cristalinas e impregnarnos de la soledad del entorno. Dice mi amigo Victor que todo esto perteneció a los templarios y que aquí, en estas hermosas explanadas, se entrenaban en sus prácticas militares. Hicimos el camino de regreso divagando sobre las causas del abandono del lugar por sus habitantes ¿fue la temida peste, que asoló pueblos y ciudades en épocas pasadas? ¿Se agotó el mineral de la cueva de la loba?¿no sobrevivieron a la falta de una mano fuerte que los dirigiera, tras la marcha de los Templarios? Quizás el monte lleno de jaras y milenarias encinas y el silencio casi sagrado del lugar nos permita oir la respuesta. Porque como dice la canción: "La respuesta está en el viento"