27 mayo 2015

16ª Historias...VCS: De Viñayo y Otero alejarme no quiero

16ª Historias y Leyendas El Viejo Camino de Santiago en la provincia de León.
             
 Rosa Fadón y Rafael Cid
De Viñayo y Otero alejarme no quiero
Los peregrinos entran desde Barrios de Gordón por el paso de Santas Martas, por el desfiladeros de los Calderones a Piedrasechas, Viñayo y Otero de las Dueñas

Para verlo más fácilmente pinchad aquí




Llegamos a Viñayo, donde el Documento del año 902, por el que seguimos el recorrido del Viejo Camino de Santiago dice lo siguiente:
"...Viñayo con dos monasterios y muchos hermanos…que nos dijeron, nuestro señor don Pelayo en lugar ahora Camposagrado ganó milagrosamente a los árabes y se acercó a León”
¡Habría que ver a la comitiva de la reina Leodegundia y su séquito, escuchando narrar a los monjes... sentados alrededor del fraile que hacía el relato...!


El Padre César Morán en su libro "Por tierras de León" nos habla de dos tradiciones "Clavijeñas" en nuestra provincia. Como en la nombrada Batalla de Clavijo, que el apóstol montado en un caballo blanco gana una batalla casi perdida. Una tradición se ubica entre  Fasgar y Colinas del Campo de Martín Moro lugares por los que pasaremos, pues están en ruta del Viejo Camino de Santiago en nuestra provincia. La otra tradición, es esta que hoy refieren nuestros monjes, nos la cuenta D. Manuel Diez Monar en su "Historia de Camposagrado". 


En ella nos dice que los árabes que habían llegado a León, tienen noticias del avance del rey astur D. Pelayo (718-737) que se apresta a la lucha. Al final cuando los ejércitos se encuentran, la proporción era de un cristiano por cada 100 musulmanes, por lo que a pesar de su bravura, los primeros optan por retirarse. Aquella noche mientras se reagrupaban y reponían sus menguadas fuerzas, fueron reprendidos por el apóstol Santiago, así que se aprestaron de nuevo a la batalla. Los hombres de uno de los nobles de Pelayo, el Capitán Colinas, en algunos textos o en otros Don Álvaro el Tiufado (título equivalente a jefe militar o caudillo godo), se escondieron en los trece pozos que ya existían en Camposagrado

Cuando los agarenos estaban más descuidados, los cristianos salieron de su escondite lanzándose sobre los desprevenidos musulmanes causando tan gran mortandad, que una vez concluida la batalla no se pudieron separar los muertos de uno y otro bando, por lo que el arzobispo Urbano y los siete obispos que le acompañaban, optaron por bendecir todo el campo ensangrentado. 

A partir de entonces pasaría a llamarse Campo Sagrado. 

Enterado el jefe musulmán  de la derrota exclamó: “Mala muerte, ...mala muerte”. Junto al Cillerón discurre el arroyo que aún hoy se llama así: “Mala muerte” y un monte, que quizá corrompió su nombre, se llama Valamuerte. 

D. Pelayo impresionado por la iniciativa del Capitán Colinas, le dijo con gran sentimiento: “Tu sin nos los has vencido y ese será tu apellido” y él lo tomó como enseña, que así figura en el escudo de armas de la casa Tusinos.


Para concienciarnos de la importancia que en su tiempo tuvo el pueblo de Viñayo podemos considerar el siguiente estudio tomado de la página 28 del nº 3607  Boletín Oficial del Arzobispado de Santiago de Compostela, Fray Hipólito Barriguín, antiguo alumno del Instituto Teológico Compostelano y miembro de la Orden Franciscana, hace una reseña sobre su pueblo, que no es otro que Viñayo. En sus años de archivero y bibliotecario fue recogiendo datos para su libro titulado Val de Viñayo. Más de mil años de historia, tradiciones y leyendas” del que ahora os hablamos y que aporta la gran sorpresa del día:
Con fecha de 28 de diciembre del año 873, el obispo Fruminio I de la diócesis de León redacta un documento testamentario, de su puño y letra, a favor del monasterio de Santiago apóstol y Santa Eulalia, ubicado en Viñayo (conocido antes como Vinagio), una serie de libros y objetos de plata, además de una villa cuya extensión va desde la casa de Froilán, hasta el término de Leonia, y por la otra parte hasta Piedrasecha (Petra secta),y añade media villa que se llama Benllera, y árboles ganado pastos y dos vasallos.
También se data, que estaban escondidas en el monasterio, las reliquias de Santiago Apóstol.
¡En el testamento del obispo Fruminio I, año 873, se dice que en el monasterio de Viñayo estuvieron las reliquias de Santiago Apóstol!
Por los términos del testamento se entiende que en esa fecha ya existía el núcleo de población, con probabilidad el valle estuviera poblado desde la prehistoria. El lugar en el que se supone estaba el monasterio, es en las proximidades de la Vallina del señor Santiago, a la entrada del valle. Del monasterio no queda nada. En el año 918 aun existía, cuando el Rey Ordoño II hace donación al obispo Fruminio II y a la iglesia de León del citado monasterio. Posiblemente fuera destruido por Almanzor o su hijo en los años 978 a 1009.
El padre Hipólito Barriguín, aporta más documentación sobre Viñayo: en el año 1015 el Conde Fruela Muñoz (973-1046), Conde del alto Órbigo, fija su residencia en Viñayo. Su hija se desposará con el heredero del conde Pedro Flaínez de Sabero, asegurando así la cohesión de sus vastos patrimonios en el norte de León, que por medio de sus descendientes permanecen unidos hasta que su tataranieta María Nuñez lo entrega al monasterio del vecino pueblo de Otero de las Dueñas (se cita el año 1152 y en otros documentos el 1240). Los orígenes dinásticos de la fundadora hicieron que el monasterio de Otero de las Dueñas naciera con una gran dote de heredades y derechos y con un fondo documental considerado, como el más importante archivo nobiliario altomedieval del período Astur-Leonés en España. Ya os contamos la semana pasada, nuestra sorpresa al saber que en Otero reposa  Jimena, la hermana del rey Alfonso II el Casto, madre de Bernardo del Carpio, uno de los héroes más romanceados de nuestra literatura.  


María Núñez descendiente del Conde Fruela Muñoz (973-1046), entrega sus feudos de Viñayo, para fundar el monasterio de Otero de las Dueñas.


La historia del monasterio está llena de incidencias. Surgen pleitos con el monasterio de monjas cistercienses de Gradefes, al exigir que el de Otero estuviera bajo su jurisdicción. En la revolución del año 1868, fueron expulsadas violentamente del monasterio las monjas que allí habitaban e incautados monasterio y propiedades.


Como curiosidad ahora que están de moda los programas televisivos tipo "Cuarto Milenio", contaré que en el Siglo XVII tuvo lugar un proceso inquisitorial contra una monja de este monasterio, se llamaba Sor Ángeles Francisca de la Cruz y era hija del Sr de la Villa de Cubillos, en el Bierzo

Desde pequeña dio muestras de una piedad superior a las otras jóvenes. En 1685 antes de pedir ingresar en Otero, acudió a venerar a la Virgen de Camposagrado y sucedió que un religioso dominico se ofreció a predicar en su toma de hábito y cuando lo hizo, con gran sorpresa de todos, le predijo los grandes trabajos que iban a jalonar su vida y la delación al Tribunal de la Inquisición, sorprendente en aquél momento. Luego se empezó a hablar de revelaciones místicas, sudores de sangre, manifestaciones preternaturales, ayunos en exceso. Signos que fueron interpretados como algo diabólico en la mentalidad de la época, por lo que efectivamente fue delatada al Santo Tribunal. En 1692 se presentan en Otero dos ministros del Santo Oficio, los cuales al verla se echaron a llorar sin saber por qué. 

El proceso duró cinco años con informes de médicos, teólogos y otros especialistas dictando al final sentencia absolutoria. Se quedó en el convento de Santa Ana de Valladolid llegando a ser superiora del mismo, dando siempre ejemplo con su alma piadosa. Tuvo la gracia de sufrir los estigmas de la pasión e incluso de predecir el día de su muerte.
No podemos marchar de Otero sin recordar a sus hijos, Antonio y Manuel Viñayo, sacerdotes muy queridos en León. D. Antonio fue abad de S. Isidoro, impulsor del Camino de Santiago, hospitalario con los peregrinos. Ambos eran estudiosos y buenos profesores. D. Antonio fue director del archivo biblioteca de la Colegiata de San Isidoro y rector de la Cátedra San Isidoro, que divulgó por todo el mundo. Escribió más de 50 libros, muchos de ellos de historia y arte de León. Los leoneses siempre le estaremos agradecidos.




Blog de Excursiones de Rafa y Rosi
Blog de Asociación Camino Santiago de León“Pulchra Leonina”


Foto 1: Rafael Cid: Escudo de los Tusinos
Foto 2 : Rafael Cid: Desfiladero de los Calderones
Foto 3: Rosa Fadón: Monasterio de Otero de las Dueñas
Foto 4: Rosa Fadón: Cristo de Otero de las Dueñas

20 mayo 2015

15ª Castillos de guerra y amor, Barrios de Gordón, en el VCS


15ª Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León: 
Castillos de guerra y amor, poblados y monasterios desaparecidos.





               Rosa Fadón y Rafael Cid 

Desde los Barrios de Gordón vamos por solitarios Caminos, sólo montañas y valles son testigos de su grandiosa historia.


En los Barrios de Gordón ojeamos de nuevo el “Vexu Kamin” de D. Julián González Prieto, en cuyo Documento del año 902 el abad Gundisalvo narra la peregrinación de Leodegundia y su séquito, haciendo referencia al lugar por el que ahora transitamos dice:
“De seguido Buiza, Beberino y una Pola pasado un puente donde descansamos en el castillo… pasado el descanso, sin miedo musulmán fuimos al amparo del castillo por el paso de Santas Martas hasta Viñayo con dos monasterios y muchos hermanos que nos dijeron nuestro señor don Pelayo en lugar ahora campo sagrado ganó milagrosamente a los árabes”

Tenemos por tanto tres puntos de referencia: el castillo de Barrios de Gordón, que es donde descansaron, hoy sólo queda señalado por una gran cruz, El paso de Santas Martas,  ¿Ese paso, se refiere al desfiladero de Los Calderones, junto a la peña de Santas Martas? Yo creo que sí, porque el sendero nos lleva por Piedrasecha directamente hasta Viñayo, que es el tercer punto que nos cita, lugar que fue muy importante en su época, como luego veremos.

Hablando del Castillo de Barrios de Gordón, Pio Cimadevilla en su libro “Gordoneses, suma historiográfica para el concejo de Gordón” recuerda una hermosa, parafraseando a Alfonso X el Sabio:  “mas pero a Gordón no lo priso (refiriéndose a Almanzor)”. De él dice Gundisalvo, "que descansaron en el castillo y refugios que mandara hacer y mantener el recordado D. Ramiro, que tantas hermosas iglesias hiciera en Asturias y León”. Alfonso III se ocupó de su restauración, para proteger los pasos de la cordillera cantábrica. Almanzor no consiguió conquistarlo durante sus razias, pero el hecho de intentarlo indica que era un punto preeminente. En los tiempos del reinado de Dª Urraca esta fortaleza estuvo en manos del conde Suero Bermúdez. Alfonso IX ordenó al final de su reinado su demolición, para evitar que fuera ocupado, esta vez por los castellanos y ordenó, la creación de una Puebla.

Desde la falda del cerro en el que se asienta vemos La fuente de la Rebandilla, que todos dicen que está encantada desde que Dª Jimena, esposa de Alfonso III, presa de celos consiguió arrojar a un profundo pozo, a la preciosa odalisca que su marido ocultaba en el castillo. Sí, la fuente está encantada, pues en la noche de San Juan se oyen sollozos y a veces pueden verse las perlas de la hermosa joven desgranándose en el agua del pozo. Triste leyenda que quizás encierra la verdadera ruptura de Jimena y Alfonso y la rebelión con la que sus hijos lograran arrebatarle el trono. 

La fuente de la Rebandilla está encantada, las perlas de la odalisca aún resuenan desde el lejano día que ella caía por el pozo.

Por un sendero que lleva a las Brañuelas dejando a nuestra izquierda el pico de Santiago, nos dirigimos a la collada del Fito, a la Peña de Santas Martas, para descender por los Calderones a Piedrasechas.

En Santas Martas están los restos del poblado desaparecido, pues una salamandra envenenó el pan sagrado y sus habitantes murieron.

En Santas Martas encontramos los restos de un antiguo poblado  y una vieja abadía. Podemos imaginar las campanas del monasterio presidiendo las actividades del poblado, llevar el ganado a los pastos comunales, nombrar por sorteo a las personas encargadas de su vigilancia, llamar a los vecinos a la hacendera, avisar de los bautizos de nuevos miembros, acudir para ayudar a los incendios… y los días festivos al final de misa se compartía el “pan de la caridad” en el que participaban con alegría y hermandad todos los feligreses. Pero en esta ocasión los feligreses enfermaron rápidamente ¿Qué había ocasionado tal problema? Pues que la mujer que amasaba el pan dejó la levadura fuera de la ventana y se había introducido en ella una vacaloria, que es como aquí se llama a las salamandras y  el animal fue la causa de que se contaminase el pan amasado por lo que, los vecinos fueron muriendo envenenados.

En la actualidad, si vemos una salamandra en un manantial interpretamos que las aguas son limpias y  se pueden beber en caso de necesidad.  Pero no fue así en la antigüedad y se dice que en la época de Alejandro Magno uno sólo de estos animalitos fue la causa de que en un río de la India se envenenaran  2000 caballos y 4000 de sus guerreros.
Para los alquimistas medievales, la salamandra es el espíritu del fuego así que no estaríamos desencaminados si pensásemos que el pueblo de Santas Martas pudo perecer por un incendio.  Aunque no murieron todos, una viejecita se salvó porque estaba enferma y no pudo acudir a los Oficios Divinos por lo que no comió del Sandwich de vacaloria y se convirtió además en la rica heredera de todos los terrenos comunales de Santas Martas. La viejecita fue recogida por un Rico-Hombre de Otero de las Dueñas a cambio de  que le traspasara los derechos de los terrenos de Santas Martas. Así es como en la actualidad pertenecen a este pueblo en vez de a Piedrasechas, que es el núcleo de población más cercano.

Bajamos por el paso de los Calderones hasta la Cueva de las Palomas donde nos detenemos para contemplar su Virgen y como buenos peregrinos que somos, rezar una oración para ser perdonados por contaros tantas leyendas profanas. Un poco más abajo, junto a la fuente del Manadero hay otra cueva, la de la Canga que dismula en su interior una profunda sima de 40 metros de profundidad al final de la cual se encuentra un lago de cristalinas aguas. A este lugar vino a refugiarse, perseguido por una pastora un perro que había mordido a un cordero del rebaño asustado por la oscuridad interior perrito y pastora cayeron al profundo pozo y no se supo más de ellos. Bueno, sí, porque a los pocos días vieron salir por la fuente del Manadero las tijeras y el dedal de la pastora. 

Continuamos por  el camino que nos lleva a Piedrasecha  (Piedrasecta=piedra cortada) entrando en una hoz con estratos de piedra retorcidos y agrietados, es el cauce de un río que a intermitencias se esconde bajo tierra, un fenómeno geológico y un paisaje singular. Estamos de nuevo en la civilización, pues el pueblo cuenta con casas rurales y una de ellas se halla en un moderno castillo, que tiene hasta Spa. 
Llegamos a Viñayo, que fue la sede condal del Señor del alto Órbigo y en su desaparecido  monasterio, se guardaban hasta las reliquias del Apóstol Santiago, pero de eso hablaremos el próximo día.

En todas estas montañas y valles escondidos se siente el latir de otros tiempos, cuando los reyes asturianos frecuentaban estas tierras y los nobles vivían sus amores o morían por ellos. Según J M Cuadrado en Otero de las Dueñas se encontraba el sepulcro de Doña Jimena, la madre de Bernardo del Carpio.

Bernardo se esforzaba realizando hazañas para servir al rey Alfonso II, su tío, pero siempre pidiéndole la libertad de sus padres, que habían sido injustamente castigados a causa de su enamoramiento. El rey promete pero no cumple, el joven se enoja, el rey le destierra, Bernardo fortifica el castillo del Carpio, en Salamanca... Al final cuando cede el Carpio al rey, a cambio de la libertad de sus padres y el rey manda que así se cumpla, ya su padre ha muerto. Lope de Vega cuenta que entonces que mandó sacar a su madre del convento y celebró en público el casamiento que antes habían hecho en secreto.

Bernardo es el héroe de Roncesvalles, uno de los héroes más romanceados de nuestra literatura, que hasta tiene un sitio en el Quijote. El romancero lo canta así:

“Bastardo me llaman rey
siendo hijo de tu hermana,
tú y los tuyos lo habéis dicho, 
que otro ninguno no osara, 
mas quienquiera que lo ha dicho
miente por medio la barba, 
que ni mi padre es traidor 
ni mala mujer tu hermana, 
porque cuando yo nací, 
ya mi madre era casada. 
Metiste a mi padre en hierros
y a mi madre en orden sacra...”

La leyenda y la historia se juntan... y pueden documentarse en este párrafo de la Edición  facsímil de “Recuerdos y bellezas de España –Asturias y León” de JM Cuadrado, que en su página  357 nos dice: “...Sobre los Barrios de Luna encima de su negruzca peña descuellan los impresionantes restos del alcázar donde los romances figuran encarcelado al ciego conde de Saldaña; y todavía en Otero de las Dueñas, en la Iglesia de las monjas cistercienses, se designa el sepulcro de la desafortunada madre de Bernardo del Carpio, frente al de la condesa de Luna, fundadora del Monasterio” 

Blog de Excursiones de Rafa y Rosi
Blog de Asociación Camino Santiago de León“Pulchra Leonina”


Foto 1: Rafael Cid: Barrios de Gordón, huellas del Castillo
Foto2 : Rafael Cid: Desfiladero de los Calderones
Foto 3: Rafael Cid: Cueva de las Palomas
Foto 4: Rafael Cid: Moderno castillo en Piedrasecha


19 mayo 2015

De Losada a la Virgen de la Peña, Viejo Camino de Santiago por la provincia de León

De Losada a la Virgen de la Peña


En la etapa anterior del Viejo Camino de Santiago por la provincia de León llegamos hasta la salida de Losada y descansamos en el jardín que rodea la piscina, tomando algo en el bar anexo, pues el peregrino en el siglo XXI, época en la que ya no existen los castillos para acogerlo, ni puede refugiarse en sagrado, tiene de alguna manera que buscarse la vida.
Hoy iniciamos la etapa de Losada a la Virgen de la Peña, en Congosto.

Desandamos el último tramo del camino para iniciarlo a la entrada de Losada, en la ermita del Cristo. En otro tiempo, los quintos, bravos muchachotes subían a su santo patrón, desde la iglesia hasta esta ermita, casi a la carrera. Hoy desgraciadamente no quedan ni imagen del patrón de los quintos, ni casi quintos debido a la despoblación que sufre nuestra provincia.



Pasamos junto a la espadaña de la antigua iglesia que posiblemente fuera también la del monasterio que aquí existió durante la alta edad media. El lugar se haya impregnado de un silencio casi mágico que invita a la ensoñación, pero en los años 60 del siglo pasado…desconocemos la causa que movió al párroco del lugar a vender las imágenes ¿necesidad de reparar la iglesia, codicia? Lo cierto es que cuando se encontraba en su interior con los peritos que habían acudido a tasarlas se desencadenó una terrible tormenta que amenazaba con arrastrarlo todo, bancos, imágenes,  tasadores y cura, reguero abajo, sin parar hasta Bembibre, así que los atemorizados personajes de nuestra historia decidieron encaramarse a lo alto de la espadaña que ahora contemplamos, haciendo sonar las campanas Ding dong Ding Dong. Pero nadie acudió a la llamada. Nadie sabe cómo, quizás porque los santos se apiadaron de ellos, la tormenta pasó, la riada se fue y allí quedaron en el campanario de la iglesia sanos y salvos.
Al domingo siguiente el malhumorado sacerdote pronunció una dura homilía en la que no faltó la alusión de la omisión del deber de socorro de los feligreses, aunque no quedó aquí la cosa porque el hombre más socarrón del pueblo tomó a su vez la palabra para afear al cura la venta de imágenes argumentando luego que fueron los mismísimos santos los que enfadados por la simonía les impidieron acudir a la iglesia.
Nosotros pobres peregrinos, después de santiguarnos, dejamos constancia aquí del suceso tal como nos lo contaron y tomando una senda que sale de enfrente de las escuelas y que nos llevará casi paralelos a la carretera pasando por los campos llamados del ministerio y Vega de Viejos seguiremos camino de Rodanillo.

Aprovechamos nuestro caminar comentando que Losada es también un apellido que lucen importantes personalidades de la historia y de la cultura. Parece ser que originariamente procedía del valle de Quiroga para luego esparcirse por el Alto Bierzo y norte de Zamora. Su escudo de armas está formado por una losa aplastando un par de lagartos aunque en otros escudos aparecen hasta seis lagartos encima de la losa.
Parece ser que ambos escudos representan el extermino de estos animalitos que asolaban la comarca en el siglo X hasta que dos hermanos, los hermanos Juan y Diego míticos fundadores de la saga libraron a la gente de la plaga otorgándoles así tierras y su título nobiliario. El derecho a la utilización de escudo de armas se lo concedió Ordoño II de León. Me dicen también que el escudo mas bonito que se conserva en la actualidad se encuentra en la Iglesia de Rionegro del Puente donde nació Diego de Losada conquistador en el Nuevo Mundo, que corriendo el tiempo fundaría la ciudad de Caracas.
Otro famoso portador del apellido sería José Rodríguez Losada más conocido como  “El relojero Losada” recordado todas las noche viejas pues construyó el reloj de la Puerta del Sol de Madrid, por si fuera poco también  haría el Bin Bang de Londres. Pero ¿sabéis como empezó la historia? Pues siendo pastor en Iruela perdió una vaca y su padre enfurecido le dijo que no regresara hasta haberla encontrado, tras buscarla infructuosamente, atemorizado de regresar al hogar, decidió marchar por el mundo adelante a probar fortuna y la consiguió, como veis se hizo muy famoso.

Entramos en  Rodanillo por una plaza que tiene como monumento un carro de labranza pues en este industrioso pueblo se fabricaron durante muchos años para venderlos por todo el Bierzo. Hasta cuatro talleres para su  fabricación hubo trabajando simultáneamente.

Aunque nos ha acompañado durante todo nuestro recorrido... habíamos dejado para cuando llegásemos a su pueblo la labor de presentaros a David González, natural de este hermoso lugar aunque residente por razones de trabajo en Madrid. Conocimos a David cuando establecimos nuestro primer contacto con esta etapa del viejo camino de Santiago y siempre estuvo dispuesto a ayudarnos incluso diseñó y distribuyó un póster avisando del día en que la asociación realizaría la etapa ¡Gracias amigo!

Juntos hemos buscado los vestigios de la antigua vía romana por la que discurre el Viejo Camino de Santiago, que anduvieron los peregrinos en los primeros años de la Peregrinación, en aquellos lejanos años próximos al descubrimiento de la tumba del apóstol, cuando aún la península era campo de batalla entre moros y cristianos y la ruta buscaba la protección de las montañas, de los castillos y monasterios, de las antiguas vías romanas, que luego se convertirían en el Camino Real de Postas, hasta que finalmente nuevas carreteras como la trazada por Carlos Lemoure, los dejó en el abandono.


Juntos visitamos la iglesia de la Rodanillo, donde tuvimos ocasión de admirar su magnífico  retablo, las imágenes y la cruz procesional considerada una de las mejores de la comarca. Nos mostró luego los cuadros del pintor cordobés M. Romero que fueron donados a dicha iglesia en el año 1999. Nos relató las vicisitudes pasadas por el templo durante la revolución francesa en la que fueron asesinados los vecinos del pueblo que se opusieron al saqueo perpetrado por los soldados de Napoleón. Después durante la Guerra Civil del 36 intentaron dinamitarla y recordando el desastre de la afrancesada, en esta ocasión fueron las mujeres, con más poder de persuasión, quienes disuadieron a los bárbaros de su intención de dinamitar el templo. Una pequeña imagen de la Virgen muestra el orificio de entrada de una bala, que milagrosamente quedó enquistada en su interior evitando que se hiciera añicos ¿un milagro?

Recorrimos el pueblo deteniéndonos en los hermosos rincones de las calles con los típicos corredores de madera. Al fondo en un parque preside una imagen de piedra de San Benito en memoria de un monasterio benedictino de cuya ubicación hemos perdido la memoria a pesar de las pesquisas de Don Benito González, autor del libro “Rodanillo, un pueblo del Bierzo Alto” con el que nuestro amigo David colaboró.

¿Habéis observado que por aquí mucha gente se apellida González? Yo fotografié dos escudos nobiliarios que representan ese apellido.
Nos hubiera gustado quedar más tiempo en este acogedor pueblo pero debemos seguir nuestro camino, ya que somos peregrinos. No olvidaremos su nombre, y  lo haremos recordando una leyenda local en la que se dice que el origen de este nombre se basa en que una vez, hace mucho tiempo, un hombre sacando el anillo de su dedo lo puso a rodar a lo largo de la calle principal mientras gritaba:”¡Rueda anillo, roda anillo, Rodanillo…!”


Cruzamos la carretera general y seguimos por polvorienta senda de color como de cobre, es el camino que nos conduciría a la siguiente localidad, Cobrana.
Como los peregrinos somos gente curiosa  aprovechamos la etapa para visitar uno de los alcornocales más famosos de Europa.

Al entrar en Cobrana atrae nuestra atención una ruina venerable, se trata de la balconada de un antiguo palacio que desafiando las leyes de la gravedad aún se conserva en pie.


Conseguimos saber que en el siglo XVIII fue la residencia de D. Francisco Nicolás Flórez Osorio 3º vizconde de Quintanilla y Señor de Losada.

Este nombre trajo a nuestra memoria un lance protagonizado en León, no por el 3º si no por el 2º vizconde, D. Francisco Luis Flórez Osorio y Guzmán, que se enfrentó en duelo con Manuel Rubín de Celis, Señor del Valle del Duerna, lo hicieron por el amor de una mujer, María  Ana Ruiz de Tenderos de Vivar y Ramírez que todos estos apellidos tenia la dama.
En la pelea, el Vizconde da muerte a Rubín lo que obliga a escapar al homicida para  refugiarse en sagrado en la Basílica de San Isidoro, cuyo cabildo se opuso a garrotazos a que los justicias y los ciudadanos enfurecidos profanaran el recinto. Ganó el populacho debido a su mayor número y contundencia empleada, pero el cabildo había escondido bien al vizconde y los justicias no encontraron al matador que finalmente consiguió burlarlos.
Y, a todo esto ¿Qué fue de la bella dama? Al perecer uno de los pretendientes ¿accedería a las pretensiones amorosas del vizconde casándose con él? Pues no, esta mujer que a buen seguro sería muy guapa para encender tales pasiones, entraría de religiosa en el monasterio benedictino de las Madres Carbajalas junto a la leonesa Plaza del Grano que por cierto cuenta con un afamado albergue de peregrinos.

Desde Cobrana comenzamos el ascenso al santuario de la Virgen de la Peña, patrona del Bierzo Alto y lo hicimos por el mismo camino que antes ascendían los devotos que todos los años acudían en romería a pedir la intercesión de la Virgen y los miles de peregrinos que por aquí pasaban camino de Compostela, sabedores de que al igual que sucede en Villafranca, si padecían alguna grave enfermedad podrían abandonar aquí su peregrinación recibiendo las mismas indulgencias que si hubiese llegado a Santiago para venerar al santo.



Nos queda un buen trecho y el sol aprieta. Por entre los pinos contemplamos la silueta del imponente recinto monacal hoy transformado en hotel, aunque está cerrado al público.


Ay, se me antoja que estoy llegando a la abadía de Montecasino en Italia, transformada aquí por obra de los genios del bosque en el monte Turcia (Itur=fuente, agua que diría nuestro admirado Padre Eutimio  Martino) Como corroborando su significado, con lo primero que nos encontramos al llegar a la cumbre es con una gran cisterna  ¿de origen romano? que se conserva junto al monasterio.


Quedamos sobrecogidos ante lo impresionante del paisaje que se divisa desde este llamado “balcón del Bierzo”. A mí se me antoja que nos encontramos en un santuario prehistórico que diera culto a la Magna Mater que se cristianizó luego.
Volvemos a encontrarnos aquí con la recurrente y piadosa leyenda de una imagen que busca una ubicación concreta. En este caso la imagen fue encontrada por unos pastores que la entregaron al sacerdote de Congosto y la depositó en la iglesia de la localidad.
A la mañana siguiente la imagen había desaparecido sin que nadie pudiera explicar lo que había pasado hasta que los pastorcillos volvieron a encontrarla en el mismo lugar que el día anterior por lo que llegaron a la conclusión que la Virgen deseaba que se le construyera una ermita en ese lugar. Nos hemos encontrado con parecidas leyendas a lo largo del Camino, como la de la Virgen de Soelcastillo, junto a Nocedo de Curueño, la de Pandorado, que por la noche desaparecía de la Omañuela o la de Canales, que no dejaba que la transportaran a Soto y Amio.

Augusto Quintana en sus “Temas Bercianos” nos informa que la noticia documental más antigua que tenemos de este enclave es de una escritura de 1281. Junto a la ermita se construyó después un hospicio para expósitos, un albergue de peregrinos y hasta un convento de Freires del Sancti Spiritus, algo que aún atestigua la cruz de la orden que preside la fachada sur del recinto. Siendo capellán Fray Gabriel de Aller pidió autorización a Roma en 1596 para la construcción de un monasterio, quedando terminado en 1601. 


El complejo fue asaltado por las tropas napoleónicas en 1808 y expoliado a partir de la desamortización de Mendizábal en 1835, finalmente el 25 de julio de 1936 fue incendiado. Pero a los peregrinos nos gustan las historias con final feliz así que finalizada la guerra civil comenzaron las gestiones para reconstruir el santuario con aportaciones particulares y sobre todo con la ayuda de la familia  Honingman-Ballet cuyas estatuas para el recuerdo tendremos ocasión de admirar a nuestra llegada a Congosto. El santuario quedó inaugurado de nuevo en 1957. Podemos admirar además de la cisterna unos muros del claustro del convento.

Nosotros después de contemplar las impresionantes vistas desde su mirador emprendemos el descenso como hicieron los peregrinos de todos los tiempos, en  dirección a Congosto para dirigirnos al lugar donde se encontraba el puente que cruzaba el río antes de que el embalse de Bárcena nos cortara el paso en la actualidad. Luego volvimos al centro de Congosto, donde hicimos el descanso de fin de la etapa, disfrutando de su oferta turistica y buena acogida.

Texto y fotos de Rafael Cid




Os enseñamos las fotos que nos ha mandado David, con los Amigos del Camino de Santiago "Pulchra Leonina" de León, en Losada y en Rodanillo, respectivamente. Están acompañados de vecinos de Losada, Rozuelo, Folgoso, Rodanillo, Cobrana y los cofrades de la Virgen de la Peña.  Gracias a David González y a todos esos amigos...



Peregrinos en Rodanillo


13 mayo 2015

14ª Historias y leyendas del VCS en la provincia de León: Buiza y la Trashumancia


14ª Historias y Leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León.
           
 Rosa Fadón y Rafael Cid 


Las coplas de “Tarna”, los escritos de Jovellanos  y la Trashumancia. 

Los peregrinos del Viejo Camino de Santiago descubren antiguos Caminos por Buiza, Beberino y Pola de Gordón

Podéis ver mejor el artículo picando sobre la foto o sobre este enlace.





Salimos de La Vid mirando de reojo la ermita de San Lorenzo, vigilando que no apareciese un pterodáctilo o descendiente del cuélebre con el que acabó milagrosamente el santo. Fuimos hacia Buiza tarareando la canción que el grupo musical “Tarna” ha versionado con tanta belleza, hermosa tonada del acervo de canciones tradicionales leonesas:

 “Mocinas de Cabornera
 dad con brío a los cencerros
 que ya vienen los de Buiza
 con la gaita y el pandeiro.”



Caminábamos por la collada, con el aplomo de saber que pisábamos un camino muy antiguo, una calzada romana que sube por la Pola de Gordón a Beberino  y a Buiza. En Buiza se bifurca en dos direcciones, como indica un cartel sobre el muro adosado a la antigua Iglesia o ermita de S. Antón. Una hacia Rodiezmo, que conduce a Oviedo  y la otra a Villasimpliz por donde entra el Viejo Camino de Santiago, que viene desde el oeste de nuestra provincia.

Esta última es la ruta por la que hemos venido nosotros y por la que llegaron los peregrinos medievales del Documento del año 902, que se encuentra en el libro Vexu Kamín de Julián González y que vamos citando:
“...llegamos a la Vid, donde unos ermitaños contaron lo del cuélebre. De seguido Buiza, Beberino y una Pola, pasado un puente donde descansamos en el castillo que mandara hacer y mantener el recordado don Ramiro que tantas iglesias hermosas hiciera en Asturias y León”

Tenemos constancia documental de Villasimpliz  si no en el 902, sí en una  donación real que Ramiro II concedió al Abad Severo los Villares de Villasimpliz: "et illa collata de Boiça", en el alto de la cual existió un monasterio u hospedería de la que se conservan restos y la denominación de  Alto de San Antón. Buiza fue un enclave importante, cruce de caminos en la época. Confluyen las dos rutas del Camino de Santiago, pues pasa también el Camino del Salvador, el que unía la corte de León con la antigua sede regia de Oviedo, cuya catedral está dedicada al Salvador. Era esta una etapa obligada antes o después de visitar Santiago de Compostela, que los peregrinos medievales hacían también el Camino de regreso y ya sabéis el refrán “ el que va a Santiago y olvida el Salvador visita al criado y se deja al Señor”, algo que era reprobable en aquella época.

Buiza, se cita en el testamento de Fernando I,  que en 1036 otorga esta localidad a la Iglesia Ovetense, uniendo el ámbito territorial de Gordón con su matriz diocesana asturiana, que nos habla de los orígenes del reino de León. Sus casas solariegas son testigos del esplendor de antaño, en ellas se encuentran hasta cuatro escudos de armas. Pío Cimadevilla en su libro “Repertorio Heráldico Leonés I” nos da cuenta de los cuatro, los más notables son el de Alfonso de Villafañe y el de los Álvarez Quiñones.

La iglesia es de estilo neorrománico del siglo XX, edificada en el solar de la anterior, con los fondos para las Regiones Devastadas después de la guerra civil. Fue diseñada y dirigida por el arquitecto Torbado. Se yergue en el alto de una plataforma, rodeada por la calle que conserva el nombre romano de Calzada y quizá a ella perteneció un miliario anepigráfico, que se encuentra en la Collada.

Da pena el abandono de la ermita de San Antón que amenaza ruina, aunque sirvió como iglesia mientras se construyó la actual. La otra ermita, citada también por Madoz, se encuentra en la carretera a Beberino. En ella se congregan las gentes de toda la comarca bajo la devoción a la Virgen del Valle, cada agosto, en importante romería.

En el año 1791 Jovellanos pasó por aquí y pernoctó en Beberino y en Buiza en casa de Dª Manuela, la viuda. 

En el año 1791 Jovellanos pasó por aquí y pernoctó en casa de Dª Manuela, la viuda.
Jovellanos tenía en mente un proyecto innovador, él trataba de seguir la dirección de la vía romana, después el camino real, para construir la carretera a Asturias.
En su diario escribe: 26.11.1791:
«... Aquí noche (en Buiza) en una sala con cuatro camas.... Misa en una capilla privada, que dijo un capellán llamado don Adrián...». al día siguiente: «Misa a las ocho, salida por la Collada (de Buiza); un cuarto de legua largo de subida y otro de bajada, que remata al salir de Villa Simpliz, parada aquí hasta las diez; en corto trecho Puente Tuero y el paso..., luego subida a Villamanín...».

También nosotros llegamos a Beberino, donde Pio Cimadevilla cita la existencia de dos antiguas necrópolis cercanas al pueblo junto a la “peña del Castro”. Una contiene esqueletos de caballos, la otra pertenece a un enterramiento humano, pero lo curioso es que uno de los esqueletos está enterrado en posición vertical. (Cultura prerromana). Nuevamente los castros y los romanos salen al paso ... ¡Qué glorioso pasado!

Estas praderías se usaron por la Trashumancia cuando las ovejas pastaban en los puertos de montañas leonesas desde la primavera al otoño y luego regresaban a Extremadura, Recorrían unos 20 kilómetros al día por las Cañadas, que eran anchos caminos delimitados, cuya hierba pastaban las ovejas en ruta. Los pastores pasaban la noche al sereno, en fincas cercanas a los pueblos, cuyos dueños agradecidos por el abono, les agasajaban con la cena. Tenían su vida partida, unos meses en la montaña y otros lejos de su familia, eran grandes conocedores del pastoreo, al que se dedicaban de padres a hijos, organizando el trabajo con una estructura jerárquica, que permitía un conocimiento del oficio y del territorio. El Mayoral, que llevaba la contabilidad y rendía cuentas a los dueños, los Rabadanes responsables de cada rebaño, compuesto de más de 1000 ovejas, luego había otros puestos intermedios y el último y más popular el Zagal, que era quien preparaba las sopas para el desayuno y la cena. El perro mastín era un elemento indispensable, se precisaban cinco por rebaño y tenían ración de pan igual a la del pastor.

Jovellanos en 1792 comenta que se apacentaban en verano 300.000 cabezas de ganado merino pertenecientes a los Monasterios de El Paular, el Escorial y Guadalupe, con sus roperías en Truébano, Quintanilla y Beberino, respectivamente. En las roperías se fabricaba el pan para los pastores y sus perros, se almacenaban los enseres de los pastores, sal para las ovejas e incluso servía de enfermería: « En Beberino está lo que llaman Ropería de Guadalupe y un monje con sus criados que cuidan de la gran cabaña del monasterio repartida por estas montañas a veranear ».

La Trashumancia dio vida y beneficio a la montaña leonesa y a Extremadura. Aquí se ubicó la cabaña del monasterio de Guadalupe.

En la actualidad el caserón de la Ropería luce un escudo eclesiástico y un mosaico de la Virgen con la inscripción “Nigra sunt de Guadalupe” que nos ayuda a ubicarlo y recordarlo. Para nosotros fue una alegría comprobar la cercanía que existió entre León y Extremadura a través de la trashumancia y una pena pensar que esta riqueza se desperdicie. Llegaron los nuevos tiempos, los Monasterios empequeñecieron, el ferrocarril y los camiones trasladan el ganado y los pastores que tienen cabaña ganadera hacen la trashumancia a zonas más próximas.

En Beberino el patrón, San Pedro, se procesiona en su fiesta, desde la iglesia, situada junto a la carretera. Es del Siglo XVIII y se construyó a expensas de D. Bartolomé Álvarez Rabanal y su esposa. El retablo original fue expoliado durante la guerra civil. Al observar las piedras con las que se hicieron algunas casas, los arcos de sus entradas, los patios, pensamos que en algunos casos estos arcos han sido reutilizados y ya no están en su lugar de origen, como el que adorna la plaza.

Entre Beberino y la Pola de Gordón nos topamos con el puente Tornero, descendiente de otro anterior, de época romana. El que hoy vemos, es del siglo XVIII pero a unos 20 metros quedan unos ojos mucho más antiguos ¡Un puente largo, eh? . El Conde de Luna, bajo cuya jurisdicción se encontraba el concejo de Gordón, cobraba pontazgo en este puente, así que algunas gentes le evitaban tomando otros caminos, igualito que hacemos ahora cuando dejamos de tomar la autopista de peaje. Se ve que para algunos todos los tiempos son difíciles.


Blog de Excursiones de Rafa y Rosi
Blog de Asociación Camino Santiago de León“Pulchra Leonina”


Foto 1: Rafael Cid: En Buiza, dos Caminos a Santiago
Foto2 : Rafael Cid: Jovellanos en Gijón, con los autores
Foto 3: Rafael Cid: Virgen de Guadalupe en Beberino
Foto 4: Rafael Cid: Beberino


06 mayo 2015

13ª Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago: El Cuélebre de la Vid

13ª Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago: El Cuélebre de la Vid con el que acabó San Lorenzo

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13ª Historias y Leyendas El Viejo Camino de Santiago en la provincia de León.
             
 Rosa Fadón y Rafael Cid 

La historia del famoso cuélebre de la Vid, con el que acabó San Lorenzo.
Cuélebre de la Vid, cuélebre de Getino y cuélebre del Códice Calixtino

Los peregrinos del Viejo Camino de Santiago por la provincia de León salíamos de La Vid de Gordón camino de Buiza, cuando llamó nuestra atención una cruz en lo alto de la montaña. Por curiosidad preguntamos a la gente del pueblo y nos dijeron que marcaba el lugar donde San Lorenzo mató al “cuélebre” y a continuación nos dieron detalles del descomunal episodio.

Para celebrar tamaño prodigio y aprovechando las costillas del monstruo, se construyó una ermita en el lugar del suceso. La gente de la Vid sube en romería por empinada cuesta, sigue después por un bosque de robles, pasando finalmente la prueba de un estrecho paso que salva el precipicio, no apto para personas con vértigo. La ermita es de una sola nave, de traza románica. En su interior hay un misterioso túmulo bajo el cual, cuentan las gentes que se encuentra un sepulcro de alabastro, con los restos de los hermanos de S. Lorenzo, que ellos dicen que son San Vicente y San Pelayo.

No debería ser tan curioso, pues he encontrado ciertos desajustes temporales, como que los padres del Santo patrón de Huesca, eran Orencio y Paciencia ambos santos a su vez, como su hermano gemelo, también llamado Orencio, llegó a ser obispo de Hauch en Francia. ¡Dos siglos más tarde del martirio de Lorenzo!

Volvamos al túmulo. ¿El sepulcro podría ser de dos hermanos en la fe? Pues no, porque las bulas del Papa Alejandro III allá por el año 1163 y 1176 me lo ponen difícil, al confirmar que hay dos iglesias en la Vid, una en la villa y otra se encuentra “in monte ubi iacet corpus cuisdam santi Vicentti”, es decir “ en el monte donde yace el cuerpo de S. Vicente”.

Pero lo que tiene mayor mérito, de milagro, de verdad, es la historia del Cuélebre de la Vid, cuya cueva visitamos y según nos dijeron tan sólo cobijaba a su cabeza, porque el cuerpo lo apoyaba en el río y la cola en la montaña de enfrente, en la base de la peña de S. Lorenzo, ¡era algo descomunal! No nos extrañemos de la existencia de grandes culebras, lagartos o dragones, pues aparecen en todas las culturas, por apartadas que se encuentren y que están documentados en libros muy serios o se mantienen en la memoria colectiva a través de la literatura oral y el boca a boca que ha alimentado filandones y decires en nuestros pueblos. Hubo más cuélebres o reptiles tanto en Asturias como en León, por no decir en las leyendas nórdicas de Sigfrido, en la Biblia, la Serpiente que tentó a Eva, la de San Jorge y el Dragón, etc. Como todos somos peregrinos recordaréis que en el Codex Calistinum aparece citada la leyenda del dragón que se enfrenta a los discípulos del Santo cuando la reina Lupa les autoriza a recoger unos bueyes al monte Ilicino. Teodoro y Atanasio tienen que vérselas con él y sin otra ayuda de gentes, ya  que con sus terribles incursiones había despoblado las aldeas próximas. Al final es el signo de la cruz el que le hace retroceder y “revienta por la mitad del vientre” dice el Calixtinus.

Aunque parezcan leyendas piadosas para “engatusar” al pueblo, no se pueden desdeñar, ved que  también Troya era una leyenda contada por Homero hasta que Enrique Schleimann, un rico comerciante enamorado de la Iliada, la descubrió como real.

Zecharia Sitchin dice que antiguamente hubo una raza hibrida medio humanos medio reptiles muy inteligente, que pobló la tierra mucho tiempo antes que el hombre actual.

Zecharia Sitchin dice que antiguamente hubo una raza hibrida medio humanos medio reptiles muy inteligentes, que pobló la tierra mucho tiempo antes que el hombre actual. Algunos sostienen que nuestros cuélebres tenían el cuerpo cubierto de escamas y volaban. Cuando se hacían viejos se dirigían al mar a morir, pero a veces envejecían tanto, que no tenían suficientes fuerzas para marchar volando y no tenían más remedio que esperar su fin haciendo tonterías y molestando a los humanos.
Cerca de aquí se conoce la historia de otro cuélebre que hacía de las suyas en los prados de las Lamargas, en la cercana localidad de  Getino. Gustaba de comerse el ganado y aterrar con sus fuertes silbidos a los pastores. En el caso del cuélebre de Getino no fue necesaria la mediación de ningún santo para quitarle de en medio, aunque sí la de un ingenioso pastor de los que venían con la trashumancia desde Extremadura, el cual ya tenía experiencia en el tratamiento de cuélebres. Todos los días, provisto de un caldero de leche recién ordeñada y con la hipnótica música de su flauta tranquilizaba al animal, que se conformaba con ese sustento sin causar destrozos a los convecinos, hasta que llegó la hora de regresar a su tierra natal. Entonces algo falló, los que quedaron encargados de amansar a la fiera o no tocaban bien el instrumento u olvidaron las viandas, así que volvió a las andadas, arremetiendo contra ganados y pastores, sembrando el terror, hasta que una fuerte tormenta acabó con su vida.

La cueva de La Gotera cobijaba la cabeza del cuélebre, el cuerpo lo posaba en el río y la cola en la montaña de enfrente, la peña de S. Lorenzo.

El Cuélebre de la Vid habitaba en la cueva de la Gotera y nuestra amiga Charo con la amabilidad que la caracteriza, nos acompañó hasta el lugar donde el animal ponía su barrigota haciendo una presa en el río y si no le daban un cordero o una vaca, se las ingeniaba para provocar una inundación arruinando a los pobres labradores.

Cierto día, le tocaba entregar las viandas al más pobre del contorno. Dijo a sus vecinos que no tenía con que dar de comer a la fiera y ellos le respondieron que entregara a su hija que estaba muy del gusto del cuélebre. La joven aterrorizada se puso a rezar a San Lorenzo. Según cuenta la tradición S. Lorenzo se encontraba en Tánger. Se puso rápidamente en camino acompañado de sus hermanos Vicente y Pelayo y manos a la obra. Los dragones son muy difíciles de matar por culpa de su piel dura y escamosa. Preparó una pócima ¿Qué de qué estaba compuesta? Pues tenía un poco de tierra con carbón de la zona, cobre de la cercana mina de la Profunda y unto para ligar la mezcla.

El dragón al oler el unto se lo zampó todo de un bocado y en cuanto lo vio san Lorenzo golpeó las escamas con su lanza, el chisporroteo que produjo hizo que el dragón explotara, entre chispas, que caían alrededor como aquellas estrellas fugaces que en la noche de verano se llaman lágrimas de S. Lorenzo.  Con tal ruido los hermanos de Lorenzo murieron del susto en el acto. El santo, muy triste, los enterró en el túmulo y emprendió el camino de regreso, pero antes de salir para Tánger se encontró una acémila cargada con un arca de alabastro y comprendió que era voluntad de Dios que sus hermanos hubieran muerto allí y que el arca fuera su sepulcro, así que dio media vuelta y debido al gran peso que soportaba el animal dejó marcadas en la piedra las huellas de sus pezuñas. Podéis admirar el prodigio en la subida a la ermita. Hay también una inscripción en latín Dice así: DEI SE OVEUN VR JULIUS RE BURRUS VSLM es romana y no tiene nada que ver con algunos políticos (por lo de RE Burrus) Más o menos se traduciría como: A los Dioses de Oveunu Julius Reburrus hace esta ofrenda con gusto por mérito (VSLM Votum Solvit Libens Merito). No sabemos como puede coordinarse esta ofrenda romana con la historia que acabamos de contar, pues nos surge la pregunta del millón ¿Qué esconderá el montón de tierra del túmulo?

Dejamos aquí nuestro relato seguros de que su historia viene de muy lejos, pues  ya se citaba en el Documento del año 902 que recoge la peregrinación de Leodegundia y su esposo García rey de Pamplona, que nos sirve de Guía para establecer la ruta de este Viejo Camino de Santiago y que dice: 
“Después de saludar a la gente de Vegacervera y Coladilla llegamos a la Vid, donde unos ermitaños contaron lo del cuélebre . De seguido Buiza, Beberino y una Pola pasado un puente donde descansamos en el castillo que mandara hacer y mantener el recordado don Ramiro que tantas iglesias hermosas hiciera en Asturias y León” 
Como peregrinos expertos en historias de dragones y precavidos, nos encomendamos a nuestro señor Santiago para que nos librara de enfrentarnos a ellos y muy despacito retomamos nuestro Camino.

Blog de Excursiones de Rafa y Rosi
Blog de Asociación Camino Santiago de León“Pulchra Leonina”


Foto 1: Rafael Cid: Cruz de la ermita de S. Lorenzo
Foto 2 : Rafael Cid: Cuélebre, fachada de Botines, León
Foto 3: Rafael Cid: La Vid, iglesia y río
Foto 4: Rafael Cid: río Bernesga en La Vid

05 mayo 2015

Igüeña a Losada, Viejo Camino de Santiago


De nuevo dos autobuses se pusieron en marcha para acudir a la cita con el Viejo Camino de Santiago. Otra vez 110 peregrinos de la Asociación del Camino de Santiago de León “Pulchra Leonina” continuábamos nuestra andadura por el Alto Bierzo.  Podéis vernos aquí al final de la etapa, descansando en Losada.



Teníamos mucha ilusión por retomar nuestras amistades cultivadas en anteriores viajes de preparación de etapas y en la propia etapa desde Fasgar a Igüeña, punto donde lo habíamos dejado en la temporada pasada.

Hablamos con el alcalde de Igüeña en el Bar Sabugo, mientras nos preparábamos para el Camino, las calles estaban abarrotadas de motoristas, que celebraban la llegada de la primavera con un recorrido por estos montes.

El día era hermoso y el paisaje lucía con la variedad de tonos verdes sobre las praderas y las flores de los frutales. Pronto empezó el ascenso por la vieja vía romana que nos llevó a la Cruz Alta, cruce de caminos, donde se unía la calzada que venía desde Almagarinos y la que nosotros traíamos desde Fasgar. Era un punto importante en las rutas comerciales, que en época romana estaba señalado con un montón de piedras, que dejaban los que por allí pasaban en honor de Mercurio, dios del comercio. Cuando el imperio romano se cristianizó, se coronó con una Cruz, tal y como ahora lo vemos en el Camino Francés en Foncebadón.

Almanzor en sus racias,  puso mucho empeño en destruir, sobre todo iglesias, monasterios, las señales cristianas y mayor empeño en el Camino de Santiago. Esta barbarie era una política de propaganda, pues por toda la Europa cristiana se comentaba con terror.  Así que destruyó la Cruz Alta, que vino a llamarse la Cruz Cercenada, pero cuando pasaron Leodegundia y su séquito en el año 902, aún estaba en pie. Así se dice en el Documento que se incluye en el Vexu Kamin de Julián González y que seguimos para marcar nuestras etapas:

“hasta la Cruz Alta, donde todos los peregrinos dejaron un canto como recuerdo”

No queda ninguna indicación de este antiguo monumento. No hubiéramos podido localizar el lugar, de no haber sido informados por Olegario y por Ovidio Molinero, que nos acompañaron los días previos a la etapa, cuando fuimos a prepararla.

Desde la Cruz, fuimos descendiendo hasta llegar a la enorme explanada donde se sitúa Quintana Fuseros.

Allí nos esperaba Ovidio que nos hizo de guía, explicándonos la historia de los pueblos prerromanos de las Cinco Torcas, que dominaron el valle. Nos fue señalando en el paisaje las huellas de extracción del oro, que luego se fue intensificando con la llegada de los romanos.

Se aprecian los desmontes de tierra roja y la arena cuarzosa a cielo abierto, la canalización de las fuentes, arroyos y ríos que dirigieron hacia lagunas en el valle. Luego las secaban, recibiendo el término de fondos o amnios, que dan nombre a Interamnium flavium, (entre fondos, no en un interfluvio). Multitud de gentes trabajaban filtrando con bateas, obteniendo el preciado metal.

Luego llegó la invasión agarena y las continuas luchas de reconquista, las gentes huyen, esta zona cambia su aspecto. Por fin el Conde Gatón  hermano de Ordoño I, repuebla los territorios y se reconstruye el emplazamiento de Taurón, hoy lo que queda es el pueblo de Quintana y Fuseros.

Todo lo miramos admirados y nos sorprendió comprobar que se corresponde con el relato de la peregrinación de Leodegundia:

“Y fuimos a Taurón (Quintana Fuseros) y cerca en su monasterio descansamos...”

Dimos una vuelta al pueblo hasta que encontramos los restos del monasterio...y esparcidas entre las casas, piedras con inscripciones, ídolos... todas las cosas interesantes que quedan como testimonio de su rica historia.



Luego de comer el rico menú que nos preparó Piedad, Ovidio, no contento con los agasajos que nos había dedicado con sus explicaciones, tenía preparado un regalo: Un traje de peregrino medieval, con su bordón, concha y calabaza. Lo rifamos y le tocó a Camino, que se lo hizo poner a Esteban para las fotos.  

Desde Quintana Fuseros, seguimos la descripción de Leodegundia y buscamos la Calzada romana que baja a la orilla del arroyo Refuellos y da acceso a Cabanillas y a S. Justo de Cabanillas, para acabar en la carretera cerca de Arlanza. Continuamos hasta Losada siempre siguiendo las indicaciones de Leodegundia:

“Al ver una calzada romana, que dijeron venía desde Astorga fuimos hasta Losada, donde estaba Genadio... visitando ese monasterio muy destruido”

Ya no hubo tiempo de ver los restos del monasterio de Losada, aunque ya lo tenemos localizado en el pago que llaman “ministerio”. Esperamos que como de aquí partirá la etapa próxima, alguno habrá que decidamos ver sus ilustres ruinas.

Texto y fotos de Rafael Cid y Rosa Fadón

Para saber más: http://www.fuseros.org/