Hemos hecho un viaje a Liñares, la aldea de la familia materna de mi marido. Debería decir de Celia, la madre de Rafa, pero ahora que ella no está, se siente una triste soledad citándola.
La prima Asunción nos recibió en su casa de Orense, nos obsequió y nos acompañó en todo momento, conduciendo su coche, como una fitipaldi. Pudimos conocer a su amiga Pati, pasamos una velada inolvidable.
En la aldea la prima Perfecta hizo los honores, con sus atenciones de siempre, en las que no faltó el caldo gallego y las fillogas.
Charlamos con los primos Camilo, Pedro y sus familias. Aunque no tuvimos mucho tiempo fue una excursión imprescindible.
Al regresar, en el viaje en tren, disfrutamos de una bellas vistas del río Miño, primero y después en el Sil. En el puerto nos embelesamos con las montañas semicubiertas de nieve polvo.
La prima Asunción nos recibió en su casa de Orense, nos obsequió y nos acompañó en todo momento, conduciendo su coche, como una fitipaldi. Pudimos conocer a su amiga Pati, pasamos una velada inolvidable.
En la aldea la prima Perfecta hizo los honores, con sus atenciones de siempre, en las que no faltó el caldo gallego y las fillogas.
Charlamos con los primos Camilo, Pedro y sus familias. Aunque no tuvimos mucho tiempo fue una excursión imprescindible.
Al regresar, en el viaje en tren, disfrutamos de una bellas vistas del río Miño, primero y después en el Sil. En el puerto nos embelesamos con las montañas semicubiertas de nieve polvo.
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