Amigos, os presentamos la etapa del Viejo Camino de Santiago desde el Castillo de Omaña a Barrio de la Puente y desde ahí a Fasgar.
El día que iniciamos esta etapa paramos en Riello (Ved nuestro reportaje fotográfico) para saludar a los amigos que hicimos en el recorrido de la etapa anterior, Toche, Esteban, Mar, Elena, para quedar con ellos y vernos al final de nuestro recorrido, al atardecer.
Mientras tomábamos el café mañanero en el bar de Villamor de Riello cayó una tormenta, pero pronto volvió a salir el sol, lo que aprovechamos para iniciar la ruta.
Dice nuestro sin par Don Quijote que “el que lee mucho y viaja mucho ve mucho y sabe mucho” y esta va a ser la pauta que dirija nuestra ruta de hoy, pues siempre vamos acompañados de libros y dispuestos a hablar con gente y a hacer amigos.
¡Qué sorpresa cuando paramos en el Castillo en casa de JoséAntonio y Rocío, que viven en la hermosa casa “La Filomena”! Allí nos encontramos con un D. Quijote, una talla de madera de tamaño natural, preciosa, nos hicimos unas fotos, nuestro agradecimiento.(Ved nuestro reportaje fotográfico)
Con cada uno de nuestros contertulios contamos lo mismo, que somos socios del Camino de Santiago de León, que estamos estudiando el Viejo Camino de Santiago que pasa por su pueblo, sobre el que hay documentación histórica, aunque ahora parece olvidado, que nos gustaría que nos dijeran si están en uso las sendas, si podemos entrar en la iglesia o en las ermitas, etc. Muchas personas dicen que sabían de este Camino de los peregrinos, que lo habían oído decir a su abuela o a su padre...y que no acertaban a creerlo.
Nosotros les hablamos de los libros que nos acompañan, el “Vexu Kamin” de Julián González, que dice:
“… Y después de pasar por Guisatecha junto a la ermita de Santa Colomba y junto a Benal que son de D. Guisvado descansaron junto al monasterio de Vegarienza.[...] continuaron el andar desde Aguasmestas por el Valle Gordo y su calzada hasta Fasgar”
El de Julio Álvarez Rubio, “Omaña, pueblos paisajes y paseos” el cual pujamos con gusto en nuestra mochila de peregrinos durante este trayecto, porque nos va desgranando la historia de los lugares por los que transitamos. Pero hemos dejado esperando en casa “El peralvillo de Omaña”, de David Rubio, un libro de poemas: “Omaña pueblo a pueblo y leyendas”, "La Omaña, donde los montes suspiran" de Florentino A. Diez y hasta tenemos “Cuerda de presos”.
Al salir del Castillo paramos cerca de Vegarienza (Ved nuestro reportaje fotográfico). Donde hoy vemos el cementerio es el lugar donde estuvo la ermita de Sta. Colomba, junto a un cortado que denominan “el Vallao”. Allí existió una fortificación, que el padre Cesar Morán, el Sabio que León olvidó, identifica con el nombre de Santa Colomba cuando fue cristianizado. La imagen de la Virgen fue llevada después a Rosales donde se encuentra en un altar lateral de su iglesia, pues durante siglos los vecinos de los dos pueblos se disputaron su posesión.
Anduvimos por Vegarienza,(Ved nuestro reportaje fotográfico) buscando restos del monasterio donde dice el “Vexu Kamin” que los peregrinos descansaron, pero sólo me dieron referencia del de Santa Maria de Rosales, donde paraban los peregrinos, cerca de la ermita de Santa Catalina.
Lo que existió en Vegarienza fue una famosa Preceptoría donde se educaron muchas personas de la comarca, llegando en el año 1868 a establecer un acuerdo con los Agustinos, para preparar a los niños que fuesen a ingresar luego en la congregación. El más famoso dómine fue Cancio Erasmo Gutiérrez Mallo, que llegó a componer una Gramática latina, utilizada posteriormente para dar clase en la Sorbona de París.
Uno de sus alumnos, el padre David Rubio, en su libro “el Peralvillo de Omaña” parece que se inspiró en este educador, para crear el personaje literario de Don Pánfilo.
Lo que existió en Vegarienza fue una famosa Preceptoría donde se educaron muchas personas de la comarca, llegando en el año 1868 a establecer un acuerdo con los Agustinos, para preparar a los niños que fuesen a ingresar luego en la congregación. El más famoso dómine fue Cancio Erasmo Gutiérrez Mallo, que llegó a componer una Gramática latina, utilizada posteriormente para dar clase en la Sorbona de París.
Uno de sus alumnos, el padre David Rubio, en su libro “el Peralvillo de Omaña” parece que se inspiró en este educador, para crear el personaje literario de Don Pánfilo.
Subimos al castro donde se enseñorea la espadaña, mirador de todo el valle. Bajamos luego a la iglesia, que en cambio carece de ella, está entre el caserío, en la carretera que va a Sosas del Cumbral y a Garueña, el pueblo de mi amiga panderetera. La parroquia está dedicada a la transfiguración de El Señor y tiene su entrada tras un pequeño jardín cerrado. En las proximidades paramos a hablar con un vecino, que nos indicó cuál era el edificio que sirvió de Preceptoría y allí nos dirigimos para verlo a nuestras anchas.
Paramos en AguasMestas, (Ved nuestro reportaje fotográfico) que es un lugar de cruce, donde hay una antigua posada y otras tres casonas. Se juntan las aguas del río Omaña y el río ValleGordo. Nosotros remontamos este río que nos conducirá al final de nuestra etapa: Fasgar.
Al cabo de un kilómetro y medio llegamos a Cirujales, (Ved nuestro reportaje fotográfico) donde S. Pedro preside su iglesia y también existen huellas del paso de los romanos, aunque no supimos verlas. Entramos al Bar Amable, que está en el cruce con la carretera que sube a Villar de Omaña.
Algunos hombres estaban sentados a las mesas y nos atendió MªNieves, dándonos explicaciones de los caminos que era mejor no seguir...Ella es de Barrio de la Puente, donde vive su madre, Tina, que allí conocimos después.
Algunos hombres estaban sentados a las mesas y nos atendió MªNieves, dándonos explicaciones de los caminos que era mejor no seguir...Ella es de Barrio de la Puente, donde vive su madre, Tina, que allí conocimos después.
Hicimos unas fotos y cogimos agua en una fuente, ¡qué rica estaba después del bocata!
El siguiente pueblo que encontramos fue Villaverde de Omaña,(Ved nuestro reportaje fotográfico) cuya iglesia de Sta. María tiene su propia leyenda. En este viaje no paramos, pero después de hablar con mi cuñada y saber que ella veraneaba aquí cuando niña, decidimos verlo detenidamente en la siguiente ocasión.
Y así hicimos, paramos junto a la casa de Antonio que nos indicó lo importante del pueblo. La iglesia tiene un reborde contra la colina para dar paso a un canal de agua, que sigue por el pueblo por varias desviaciones. Todo el entorno está acompasado por el sonido del agua que corre por doquier. El campo brilla de verdor, en consonancia con su nombre y de espejuelos de luz sobre las hojas de los árboles frutales, enormes con todas las ramas floridas.
Marzán (Ved nuestro reportaje fotográfico) es un pueblo grande, hermoso. Nuestro abad Gundisalvo cita las explotaciones romanas por todo el Valle Gordo y expresamente “las Fornias y los Cousos”, pero están en lo alto de las montañas y no son visibles desde los pueblos. Entre Marzán y Barrio mana “La Reirixia” cuyo caudal fue utilizado en las explotaciones auríferas romanas en los “cousos”. Como para la ingeniería romana del oro era muy necesaria la abundancia de agua sabemos que se utilizaba “el pozo de los griegos” (entre Villaverde y Cirujales). El canal que la transportaba se llama ahora “La Rodera de la Calzada” Pero el padre Cesar Morán nos dice, que lo que ahora es rodera fue en su origen un canal con las peñas traspasadas.
En Marzán conocimos a Delfina. Tras su jubilación ha llegado de Madrid y se apena de no haber estado antes en este lugar paradisíaco que la vio nacer. Nos acompañó a la iglesia, hablando de los santos que se verían, si hubiera podido acercarnos la llave; de la pila bautismal, con sus adornos de ciervos; de la huesera, que recibe los restos del camposanto; de cómo los vecinos del pueblo arreglaron la iglesia a pesar del disgusto del párroco, de las obras inacabadas y fraudulentas del cementerio, de la escuela esperando una restauración...
Luego anduvimos callejeando, dirigiéndonos al río. Nos habló de los canales que suministraban agua a los molinos y a la fábrica de la luz. Dos piedras de molino adornan hoy dos de las fuentes del pueblo.
Cruzamos el puente, para admirar la famosa fuente que mana en la falda de la montaña. Nos dijo que el puente, tuvo que restaurarlo la empresa que explotaba una mina de mármol del otro lado del río.
A la entrada del pueblo hay un humilladero con un viejo crucero de madera, que utilizaron como poste, de forma poco respetuosa, para clavar la señal de la concha y flecha del Viejo Camino de Santiago.
Delfina fue una cicerone extraordinaria. En la siguiente vez que estuvimos en Marzán conocimos a su tío Baudilio que nos habló del S. Cipriano, patrón del pueblo y S. Lorenzo, al que sacaron en plegaria por el pueblo, el día aquel del incendio. Nos dijo que un hombre exclamó:
“Cristu, si no lo quitan, quema él también”
Hablando de la riqueza del pueblo nos contó del Calero, que daba dos carros de cal al día, cuando se reparó el puente de Aguasmestas. Cantaba la gente:
“Viva el calero, vivan las cales y vivan las monedas de 100 reales”
Con Fina, su nieto Asier y su amiga Raquel visitamos el interior de la iglesia, contemplando los afamados ciervos de la pila bautismal y antes de despedirnos conocimos la ermita del Santo Cristo, donde suelen decir la misa.
Continuamos por carretera unos tres kilómetros y llegamos a la ermita de Sta. Ana (Ved nuestro reportaje fotográfico). Tiene una hermosa leyenda.
¿Os acordáis de la historia del Abate Sauniere, la dinastía merovingia relacionada con genealogía de Cristo y Rennes Le Chateau, el lugar francés donde haciendo obras en la iglesia se dice que el sacerdote encontró unos antiguos pergaminos que le hicieron rico? Pues deteneos aquí en este rinconcito señero de nuestra montaña y escuchad, porque se cuenta que el buen sacerdote de aquí, encontró unos crípticos escritos que consiguió descifrar y en los que se informaba ¡del lugar donde estaba oculto un tesoro! Para encontrarlo tenía que mirar por el ojo de la cerradura de la puerta de la ermita de Santa Ana. Cumplido el trámite observó una gran piedra blanca al otro lado del rio. Excavando allí encontró dos vasijas de oro abandonadas por los romanos.
Ahora tiene una puerta nueva y con bombín de llave moderna, así que sólo se podía dejar una limosna en el hueco pertinente y rezar una oración.
Barrio de la Puente (Ved nuestro reportaje fotográfico) recibe el nombre del hermoso puente, sin duda romano, aunque la gente no suele tener memoria más allá de alguna restauración dieciochesca.
Es un pueblo grande, sin duda importante, porque en este pueblo se cruza la vía romana con la que sube a los valles de Babia y Luna y que cruza el puente por el barrio de Portugal. Dicen que los frailes gallegos, que vinieron aquí de Tuy, llamaban Portugal a todo lo que estuviera al otro lado del puente...
Es un pueblo grande, sin duda importante, porque en este pueblo se cruza la vía romana con la que sube a los valles de Babia y Luna y que cruza el puente por el barrio de Portugal. Dicen que los frailes gallegos, que vinieron aquí de Tuy, llamaban Portugal a todo lo que estuviera al otro lado del puente...
Aquí preguntamos cuál era el pico Suspirón, famoso, con su refugio de montañeros. Tiene su leyenda, pues dicen que una pastora, cuidando sus ovejas, fue sorprendida por los lobos, asustada dio un grito, seguido de un suspiro tan fuerte al faltarle el aire, que acobardó a la manada lobuna, por lo que el lugar se llamó en lo sucesivo “El suspirón” (Florentino A. Diez en "La Omaña, donde los montes suspiran")
En Barrio de la Puente está la ermita del Nazareno, la del Sto. Cristo y la parroquia de Sta. María.
Paramos enfrente de la ermita que está en la carretera y un perro que descansaba allí nos acompañó en el recorrido por el pueblo. Luego, nos encontramos con Tina, la madre de MªNieves. Tina venía en su bici, haciendo deporte y cuando le hablamos de que éramos de la Acsl nos dijo que ella también pertenecía a una Asociación la de Murias de Paredes. Nos habló de sus hijas y como ya conocíamos a MªNieves, en el siguiente viaje, paramos a repostar en la gasolinera donde trabajan sus otras dos hijas para conocerlas, pero en aquella ocasión no estaban. Había una joven que era de Carrizal, otro pueblo que vimos en la etapa anterior.
El Jesús Nazareno barroco que preside el retablo de la parroquia nos impresiona con su pelo natural. Viene de la ermita de nuestro Padre Jesús Nazareno, ya en triste abandono, que está junto a la iglesia parroquial. Sobre la puerta está el escudo del fundador, el cura Juan Rubio Bardón. En realidad este lugar no era solamente una ermita sino también una capellanía sufragada por este sacerdote para que los niños del lugar aprendieran a leer y escribir.
Aquí dimos por finalizada la etapa el primer día de nuestra investigación, porque venía la tormenta y queríamos dejar algo para otro día, que fue el martes siguiente.
Así que al otro día dejamos Torrecillo a la izquierda de la carretera. Aquí está el “manadero” una de las fuentes más grandes de Omaña y dicen que en este pueblo pernoctó la reina leonesa Dª Urraca. Nos contó en Canales una vecina, que su abuela recordaba que murió en Vallegordo la reina Urraca y el cortejo fúnebre, que la llevaba en parihuelas, pasó hacia el panteón de reyes leoneses impresionando la memoria de las gentes.
De Posada de Omaña, (Ved nuestro reportaje fotográfico) es natural David Rubio de la Calzada “el padre” del Peralvillo, que aunque algunos lo etiquetan de pícaro, no pertenece al bajo rango social del Lazarillo, posee una buena cultura, es mujeriego pero no libertino y termina haciéndose fraile. Se dice que la discusión con su catedrático, un fiósofo asturiano en el capítulo catorce, es de lo más divertido del libro.
Aparcamos en la plaza del Segoñal, nombre con resonancias de agua (cegoñal). La iglesia se alza en la falda de la colina y desde la espadaña se admira el caserío y el valle amplio con las sendas de montaña y el puente antiguo.
A continuación de la iglesia están las antiguas escuelas, que tenían varias piedras pintadas de colores y entre ellas la iglesia representada con mucho estilo. Más allá está la casa de Luciano, con el que charlamos de las bellezas del pueblo y de los visitantes que lo disfrutan, montañeros que aman estas montañas y les dejan los autobuses para cruzar a Tremor o vienen de Igüeña o Colinas donde otros autobuses les llevan y les esperan en Fasgar.
Un poquito más allá vimos el restaurado lavadero, con unas hermosas lajas de piedra de pizarra, sobre las que las mujeres lavaban antaño.
Regresamos para enfilar la calle hacia el río y contemplar el puente y algunos canales que dirigían el agua a los molinos, uno de ellos recién restaurado. La primavera estaba hermosa, los frutales llenos de flor, los prados de un verde intenso, los brezos y las retamas cuajadas de color. El río saltaba a borbotones, con las crecidas de las recientes lluvias y deshielos. Aún se veía bastante nieve en las cumbres azuladas de los montes que enseñoreaban el horizonte.
Si venimos en verano, un camino nos llevará hasta “Peñafurada” desde donde podremos ver como el canal cambia de vertiente (para el Bierzo), pasaremos junto a la fuente de “Fonflorin” y enseguida encontraremos una ermita junto al dicho promontorio de Peñafurada, donde en las rocas, un poco más arriba apareció la Virgen que se venera en este lugar. Aquí ganaremos 100 días de indulgencia si rezamos con devoción una salve. Esto es así desde 1746. Hoy parece un apartado lugar, pero debéis saber, mis esforzados caminantes, que esto fue un hospital de peregrinos durante la Edad Media y que hasta hace poco tiempo, en el dia de la fiesta había que dar un pan de centeno y un vaso de vino a todos los que hasta aquí se acercaban, memoria residual de épocas de peregrinaciones florecientes por este Viejo Camino de Santiago.
En el camino que va desde Posada de Omaña a Villapujin se podría visitar el “Viciu Castro” o aldea fortificada, donde vivían los constructores de los canales romanos. Me contó un pastor (retirado) que en “Teso de las Pozas”, que es otro nombre por el que también se conoce a este lugar, está enterrado un palacio con muebles de oro. Esto motivó que unos cuantos amigos se dedicasen a excavar en aquel tiempo en que la arqueología iba por libre. Encontraron las puertas, pero no pudieron moverlas porque eran de bronce. Después el agua las enterró de nuevo así que ya podéis reanudar la búsqueda.
En Vegapujín, (Ved nuestro reportaje fotográfico) caminamos entre el caserío. Fuimos a ver el puente viejo, que ha quedado al lado del nuevo, casi como en desuso.
Paramos a leer las placas conmemorativas que lucían en las fachadas para conmemorar a los insignes hijos del pueblo. De aquí es el General Segundo García, Cruz Laureada de San Fernando por méritos propios conseguida en Filipinas. Participó en las contiendas políticas de su época, que le valieron una condena de 8 años de cárcel, pero sus vecinos del pueblo imploraron clemencia al rey Alfonso XIII siendo amnistiado en 1930 y con el advenimiento de la república, promovido a General de Brigada.
y nos quedamos con las ganas de encontrar los restos de calzada y el famoso hórreo de Vegapujín.
Llegamos a Fasgar (Ved nuestro reportaje fotográfico), bonito pueblo con hermosas casas de piedra y tejados de pizarra, la iglesia nombra a Santiago como patrón y entre el caserío se encuentran varios puentes de los numerosos arroyos que cruzan el pueblo.
Es último pueblo del Valle Gordo, de aquí pasaremos al Campo de Santiago (buscar fotos de nuestra anterior excursión ¿veis que jovencitos estábamos? Visité entonces la casa de Samuel Rubio el maestro/poeta/montañero que grabó sus poemas en las fuentes y como ya hemos dicho, protagonizó la expedición que conquistó el Everest en 2001, pues llevaba su nombre. Nos lo contó una tarde en la Losilla Adelo Campos, profesor de instituto y alpinista, que participó en la expedición y nos hizo una presentación en vídeo de esta aventura excepcional realizada por alpinistas de nuestra tierra leonesa.
Allí nos esperaban Rosi y Candelas y enseguida se nos unieron en la conversación Ovidio y otros hombres que salían del bar.
Con todos contamos lo mismo, que somos socios del Camino de Santiago de León, que estamos estudiando el Viejo Camino de Santiago sobre el que hay documentación histórica, que aunque ahora parece olvidado nos gustaría que colaboraran en su difusión y en la acogida a los peregrinos, entre otros, a los de la Asociación leonesa que harán la etapa el día 18 de mayo.
Intercambiamos correos electrónicos para pasarles la información de nuestro blog y los folletos publicitarios que hemos elaborado y ellos decidieron poner de su parte lo que fuera necesario. Realmente se aprecia la hospitalidad y el cariño de estas personas, así que estamos seguros de que el día que volvamos, seguiremos estando entre amigos.
Texto y Fotos de Rosa Fadón y Rafael Cid.
4 comentarios:
Buenas tardes.
He descubierto este sitio y me gusta. Pero hay un fallo: Las fotos de Guisatecha y Santa Colomba están mezcladas. Santa Colomba pertenece a Vegarienza y todas las fotos menos las 3 últimas son de Vegarienza, concretamente las flores de mi casa.
Me parece importante rectificar esto para que la información sea real.
Gracias.
Muchas gracias por tu corrección, que hemos tratado de subsanar. Es una suerte que vayamos trabajando todos juntos por la verdad y la difusión de nuestra tierra. Un saludo Lucía y muy agradecidos.
Una etapa del Viejo Camino de Santiago muy bien documentada con buenas fotos y buenas referencias, demostrándose que en el camino además de andar hay que pararse y hablar con la gente, enhorabuena.
Gracias Paco, gracias Lucia, el Viejo Camino tiene un encanto tan grande, por su historia, su paisaje y sus habitantes, que engancha ineludiblemente. Es imposible no retornar cuando hay ocasión...
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