27 septiembre 2012

R+I en la Mata

¡Qué alegría cuando supimos que Rafa e Inés vendrían a La Mata!

IyR en La Mata

Habíamos estado preparando la casa para que estuviera cómoda. Rafa estaba siendo un manitas, ¡genial!. Primero anduvo arreglando el enchufe del pasillo, compramos el colchón, para una cama matrimonial, luego la nueva lamparita, el espejo, los cabezales de las dos camitas, los sillones plegables, el jamonero...y el jamón. Después llegó el turno a la pintura de la puerta, a la bandera de León, a las cortinas, a la tv, a los altavoces del audio, a aumentar las luces del baño y cocina. Sorprendente ver a Rafa dedicado al bricolage.

¡Sin olvidar sus preparativos gastronómicos! Para cuando llegasen el jueves, ya había Rafa apalabrado que le harían un cochinillo en el Restaurante Plaza, de nuestros amigos Mª Carmen y Manolo. Efectivamente, aquella misma noche lo cenamos, para brindar por sus inauguradas vacaciones.

IyR en La Mata

Al día siguiente, viernes día 7, bien encremados de protección solar, nos fuimos por las dunas del Parque del Molino del Agua y desembocamos en la playa, para un chapuzón rápido, antes de venir a comer a casa la prometida paella, con Peter y Rosemarie.

IyR en La Mata

Por la tarde nos paseamos por el Parque Natural de la Laguna de la Mata. Le fuimos contando a Inés que en el aula de la naturaleza, que estaba ya cerrada, podíamos leer los paneles explicativos de la historia de los salinares, así como la variedad de especies vegetales y de aves, que hay en este parque natural.

A la noche salimos a la heladería Giovana para tomar una tortita, Rafa el añorado Goffre e Inés un granizado de limón. Allí nos vinieron a saludar Vicente, Mar y su hijo, que había aprobado en septiembre y estaban muy contentos. Fue un detalle por su parte, pues acababan de llegar y esa misma noche regresaban a Alicante.

El sábado Rafa nos trajo el desayuno: chocolate con churros. Nos lo tomamos encantados y nos preparamos para la playa.

Hicimos nuestro paseo por Playa Paraíso, que es como nosotros llamamos a la playa que continúa hacia el norte, a continuación del canal, que desde la playa suministra de agua a la Laguna de la Mata y que pertenece ya al ayuntamiento de Guardamar y a sus famosas dunas y pinadas.
Ved nuestras fotos en esta playa con sus windsurfistas.

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Es una playa paradisíaca, pues el mar está a un lado y al otro dunas y pinadas, con algunos senderos por los que accede la gente andando desde sus casas. Allí el mar abierto deja vislumbrar los perfiles de la isla de Tabarca y la costa ininterrumpida se extiende desde Cabo Cervera, en Torrevieja, hasta más allá de Guardamar en el cabo de Santa Pola.

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Nosotros paseábamos sobre la arena húmeda, firme y extensa, bañándonos los pies con espumas blancas y entrando a chapucearnos cuando queríamos, pues estaba un día genial y el mar fantástico.

Comimos de nuevo cochinillo, pues la otra mitad del pobre animalito nos estaba aguardando en el restaurante, para una segunda entrega y no queremos echarlo en el olvido.
A la tarde los chicos se fueron a Torrevieja a dar una vuelta por la ciudad y por los puestos del paseo marítimo. Vinieron con unas cosas muy guapas.

Fue entonces cuando Inés me ayudó a preparar la cena: Hizo patatas con brócoli, rehogadas con ajo pochado y con el toque secreto de una pastilla de caldo de carne. Rafa dijo que no estaban tan ricas como cuando las guisa Inés sola y debió de ser porque yo hice la coción a mi manera. Lo que sí preparó solita fueron los boquerones, que tanto le gustan a Rafa-padre y otras delicatesen que trajeron.

El domingo caminamos hasta el Dulce, recorriendo toda la playa de La Mata hacia Cabo Cervera. Padre e hijo se iban bañando a cada rato, mientras que Inés y yo mirábamos los productos que vendían en la playa y conseguimos un vestido playero para Inés, que la quedaba precioso.

Fuimos a comer a Martín, comida imprescindible para recordar los buenos tiempos de la infancia, cuando el restaurante estaba en sus primeros años y hacía comida para llevar, preferentemente pollos, frituras y paellas. Recordamos cuando Rafa y Víctor "invitaban" a comer a los abuelos, en las temporadas que pasaban con ellos en septiembre.

Ya era algo tarde, cuando nos llevó Rafa en el coche, para agilizar, a la Pinada del Albentosa. Teníamos la idea de fotografiar las ardillas y como era domingo, había más gente y ruido, que el día que habíamos ido con Peter y Rosemarie. Pensamos que no íbamos a conseguir fotografiarlas, pero al fin tuvimos nuestra oportunidad.

La Mata, 2012

A la noche fuimos a tomar una copa al Queen Mississipi, la cafetería del Parque del Agua. Nos pareció muy bonito el lugar y recordamos que anteriormente había en las dunas otra terraza de verano, que en la noche tenía música y luces entre las numerosas plantas aromáticas, que creaban un ambiente reservado y muy agradable.

El lunes nos bañamos todos frente a nuestra casa. Al fin había conseguido pinchar las dos sombrillas y posar las silletas y las toallas, al menos para que se supiese cómo me gustaba a mi equiparme en la playa.  Estaba el mar en fantástica bandera verde, plano como un lago y con el agua calentita, fue un baño de lujo.
Nos arreglamos y fuimos a comer al Restaurante Japonés, donde nos invitaron los chicos, a un menú para cuatro, que no fuimos capaces de acabar. Era muy completo, llevaba susi, pato pequinés, pincho y muchas otras delicateses.

Recordamos el verano del 2006, cuando estuvimos en el Restaurante Japonés con Juárez y en otras ocasiones, con Celia, con Raquel y Toño. Y cuando el camarero no llegaba a encendernos la barbacoa y decidimos ir comiendo en crudo...

Por la tarde padre e hijo fueron a fotografiar el Parque natural de la Salina de la Mata, mientras Inés me daba unas clases de washup en mi teléfono móvil y leíamos a la luz del flexo, en el atardecer, en la terracita.

20 septiembre 2012

Isabel la Católica

Ahora que está en la programación de TV la serie de Isabel, hemos buscado nuestros recuerdos de la visita que hicimos con los compañeros de UCECA a Medina del Campo y a su Castillo de la Mota.
Ved las fotos de aquel día.

Entonces resumimos la biografía de Isabel la Católica que ahora os presentamos:

Isabel I de Trastámara, llamada la Católica (Madrigal de las Altas Torres, 22 de abril de 1451 - Medina del Campo, 26 de noviembre de 1504). Reina de Castilla y de León desde 1474 hasta 1504, también reina consorte de Sicilia desde 1469 y de Aragón desde 1479.

Isabel de Trastámara nació en Madrigal de las Altas Torres (Ávila) Fue hija de Juan II de Castilla y de su segunda mujer,  Isabel de Portugal. Dos años después, en Tordesillas, nacería su hermano Alfonso. Con anterioridad, y fruto del matrimonio entre Juan II de Castilla y María de Aragón, había nacido Enrique, hermano de padre de Isabel, que ocuparía el trono en 1454 y sería conocido como Enrique IV el Impotente.

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A la muerte de su padre en 1454, se retiró con su madre y su hermano Alfonso a la villa de Arévalo, donde vería los ataques de locura de su madre Isabel. En esta adversidad Isabel se fortaleció con lecturas evangélicas y libros de piedad. También le ayudó su amistad con Santa Beatriz de Silva (1424 - 1491), a la que luego ayudaría en la fundación de la Orden de las Concepcionistas Franciscanas.

En 1461, Isabel y su hermano Alfonso, con su consejero Gonzalo Chacón, son trasladados a Segovia, lugar donde se emplazaba la Corte, por estar cercano el nacimiento de la hija de los reyes, doña Juana de Castilla. Pronto, se la apodó Juana la Beltraneja pues, según los rumores de la época, era hija de la reina, doña Juana de Portugal, y de Beltrán de la Cueva.

El rey trata de lograr para su hermana acuerdos matrimoniales que le reporten beneficios. Ya desde los tres años, Isabel había estado comprometida con Fernando, hijo de Juan II de Aragón. Sin embargo, Enrique IV rompió este acuerdo, seis años más tarde, para comprometerla con Carlos, príncipe de Viana. También trató de casarla con el rey Alfonso V de Portugal y logró reunirlos en el Monasterio de Guadalupe, pero ella le rechazó. También fue comprometida con don Pedro Girón, Maestre de Calatrava y hermano de don Juan Pacheco. Se dice que Isabel rogó al cielo para que no llegaran a celebrarse los esponsales. Don Pedro murió de un ataque de apendicitis, mientras realizaba el trayecto para encontrarse con ella.

Los nobles, ansiosos de poder, enfrentaron a su hermano Alfonso con su hermanastro el rey Enrique, deponiéndolo en la "Farsa de Ávila". En 1468, su hermano Alfonso murió, al parecer, envenenado, en Cardeñosa.

En la película de TV, además de los citados, se presentan personajes históricos como  Diego Hurtado de Mendoza, Alonso Carrillo, Cabrera y se hace referencia a otros anteriores a los hechos, como D. Álvaro de Luna o los Infantes de Aragón.

Isabel rechazó proclamarse reina mientras Enrique IV estuviera vivo. Consiguió que su hermanastro le otorgase el título de Princesa de Asturias, en una ceremonia que tuvo lugar en los Toros de Guisando, el 19 de septiembre de 1468, conocida como la Concordia de Guisando. Isabel se constituyó así como heredera a la corona, por delante de su sobrina y ahijada de bautismo, Juana la Beltraneja y el rey tendría que aceptar su libertad de elegir esposo.

A partir de este momento, Isabel pasa a residir en Ocaña, villa perteneciente a don  Juan Pacheco, marqués de Villena.

Juan II de Aragón trató de negociar en secreto con Isabel la boda con su hijo Fernando. Isabel y sus consejeros consideraron que era el mejor candidato para esposo, pero había un impedimento legal, ya que eran primos (sus abuelos, Fernando de Antequera y Enrique III, eran hermanos). Los escrúpulos de Isabel para contraer matrimonio sin contar con la autorización papal impedían realizar la ceremonia. Con la connivencia de don Rodrigo Borgia, legado papal para facilitar este enlace, los negociadores presentaron una supuesta bula emitida en junio de 1464 por el anterior Papa, Pío II, a favor de Fernando.

Isabel aceptó y se firmaron las capitulaciones matrimoniales de Cervera, el 5 de marzo de 1469. Ante el temor de que Enrique IV abortara estos planes, en el mes de mayo de 1469 y con la excusa de visitar la tumba de su hermano Alfonso, que reposaba en Ávila, Isabel escapó de Ocaña, donde era custodiada estrechamente por Juan Pacheco. Por su parte, Fernando atravesó Castilla en secreto, disfrazado de mozo de mulas de unos comerciantes.
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El 19 de octubre de 1469 contrajó matrimonio en el Palacio de los Vivero de Valladolid con Fernando, rey de Sicilia y Príncipe de Gerona, que le valió el enfrentamiento con su hermanastro, que llegó a paralizar la bula papal de dispensa por parentesco entre Isabel y Fernando. Finalmente, el 1 de diciembre de 1471, Sixto IV emitió la Bula que dispensaba al matrimonio de sus lazos de consanguineidad.

Isabel llegó al trono tras vencer en la Guerra de Sucesión Castellana (1475-1480), enfrentándose con los partidarios de su sobrina Juana. Se proclama Reina de Castilla el 13 de diciembre de 1474 en Segovia, tomando como base el Tratado de los Toros de Guisando. Desde el Alcázar de Segovia se dirigió a la Iglesia de San Miguel, contigua a la plaza mayor. Tras jurar por Dios, por la Cruz y por los Evangelios, que sería obediente a los mandamientos de la Santa Iglesia, le juraron lealtad. Luego, entró en el interior del templo, portando el pendón de Castilla y abrazada a sus pliegues.

Creyó en los proyectos de Cristóbal Colón y a pesar de las muchas críticas y reacciones políticas adversas de la corte y los científicos; una leyenda dice que financió con sus joyas el viaje que llevaría al descubrimiento de América. Realmente fue un grupo de mercaderes, los mismos que financiaron la visita de Fernando de Aragón para casarla. Durante el reinado común con Fernando se produjeron hechos de gran trascendencia para el futuro del reino como el establecimiento de la Santa Inquisición (1480), la creación de la Santa Hermandad, la incorporación del Reino nazarí de Granada, así como la unificación religiosa de la Corona Hispánica, basada en la conversión obligada de los judíos, so pena de expulsión (Edicto de Granada, 1492) y más tarde de los musulmanes. Por último, la anexión de Navarra (1512), (ya muerta la reina) significó el origen del futuro Reino de las Españas.

Firmó con Portugal el Tratado de Tordesillas (1494), un tratado de objetivos modestos (se trataba de repartirse zonas de pesca y navegación con los portugueses: aun no se conocía la importancia del viaje de Colón) pero que, en años posteriores, tuvo como resultado que Castilla y Portugal se repartieron el mundo. Por deseo de los comerciantes urbanos creó la Santa Hermandad, cuerpo de policía para la represión del bandidaje, creando unas condiciones mucho más seguras para el comercio y la economía.

Para sus campañas militares contó con el servicio de Gonzalo Fernández de Córdoba (El Gran Capitán), que intervino en la conquista de Granada (1492), en las dos primeras Guerras de Italia y en la toma de Cefalonia (1500).

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Dada la histórica implicación de la Corona de Aragón en Italia y por razones puramente políticas, Fernando recibió el título de Rey Católico otorgado por el Papa Alejandro VI, que la historia y la costumbre han extendido a su mujer, Isabel I de Castilla.

Al final de sus días, las desgracias familiares se cebaron con ella. La muerte de su querido hijo y el aborto de la esposa de éste, la muerte de su adorada primogénita y su nieto Miguel (que iba a unificar los Reinos de los Reyes Católicos con el de Portugal), la locura de Juana (que la desafió abiertamente en Medina del Campo) y los desaires de Felipe el Hermoso y la incertidumbre de su hija Catalina tras la muerte de su esposo inglés la sumieron en una profunda tristeza que hizo que vistiera de luto íntegro. Su espiritualidad recia deja constancia en lo que dijo al conocer la triste noticia del fallecimiento de su hijo: "El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea su santo nombre".
Recluida en Medina del Campo, enfermó de un cáncer de útero que la llevó a la tumba.

Tras su fallecimiento, poco antes del mediodía del 26 de noviembre de 1504 en el Palacio Real de Medina del Campo (Valladolid), su esposo accedió al trono de Castilla reinando bajo el nombre de Fernando II de Aragón y V de Castilla.

Primeramente fue inhumada en San Francisco de la Alhambra, el 18 de diciembre de 1504, en una sencilla sepultura según su deseo. Actualmente Isabel I está enterrada en la Capilla Real de Granada en un fastuoso sepulcro construido por su nieto, Carlos I (que fue profanado durante la Invasión Francesa), junto a su marido Fernando el Católico, su hija Juana I y el marido de ésta Felipe el Hermoso. También se enterró allí su nieto Miguel, que falleció a los 2 años de edad, hijo del rey Manuel I de Portugal y su hija Isabel.

En el museo de la Capilla Real se encuentran la corona y el cetro de la reina, quien además dotó a la Capilla Real de un importante grupo de cuadros (aún in situ), de Botticelli, Dirk Bouts y Hans Memling, entre otros.

El testamento original de la reina se conserva en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. Una copia se envió al monasterio de Santa Isabel de la Alhambra de Granada. Y otro, a la catedral de Toledo, aunque desde 1575 pasó al Archivo General de Simancas.

Su empeño como defensora de la igualdad de sus súbditos americanos con los del Viejo Mundo, le han ganado el título de Precursora de los Derechos Humanos por importantes historiadores (ello a pesar de haber decretado en Castilla la conversión obligada de los judíos, so pena de expulsión, Decreto de Granada, y más tarde, empujada por su marido y por el papado, a romper Las Capitulaciones de Granada, pactadas con Boabdil, y obligar a la conversión a los musulmanes).

A su muerte le sucedió la hija de ambos Juana, pero por poco tiempo, ya que fue declarada incapaz de reinar por "locura" y pasando el reino, primero al marido de ésta (Felipe I el Hermoso) y muy pronto al hijo de este matrimonio, y nieto de los Reyes Católicos, Carlos I.

19 septiembre 2012

Medina del Campo, Castillo de la Mota

Estuvimos en Medina del Campo para visitar algunos de su monumentos emblemáticos, degustar sus exquisita gastronomía y disfrutar de la obra de teatro ofrecida por la CECA.

Medina del Campo está considerada como Conjunto Histórico Artístico desde el 14 de octubre de 1978 por conservar un extraordinario patrimonio monumental y ahora que están pasando la película de Isabel, que trata de la reina conocida como Isabel la Católica, repasaremos aquellos apuntes y les daremos nueva actualidad.

Rafa me había preparado unos escritos sobre el Castillo de la Mota, sobre la villa y sus palacios e iglesias, sobre la exposición de Amadís de Gaula, etc. Luego lo metió en el programa de Loquendo y lo pasó a mp3, de manera que lo llevaba en el reproductor, que le regalaron para el cumple y, de la misma manera que lo hicimos en la excursión de Galicia, lo fuimos escuchando en el trayecto.

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Había una parte importante de datos históricos, vidas de reyes y nobles vinculados con la villa de los mercados. Me sirvió para recordar... a los Infantes de Aragón, con Fernando de Antequera, que rigió la fortaleza, a todos los Trastamaras, Enrique II, Juan I por la Guerra de los Cien Años etc. Me encantaba escuchar todas esas historias permonarizadas porque es la manera de que las pudiera memorizar mejor.

Veamos el edificio más emblemático de Medina, el castillo de la Mota, porque guarda en su entramado la historia de muchos personajes históricos.

La construcción data del siglo XV, iniciada durante el reinado de Juan II de Castilla, llevándose a cabo importantes reformas bajo el gobierno de los Reyes Católicos, que en 1493 le darían su perfil definitivo.
La villa debió de ser repoblada entre los años 1070 y 1080, fortificándose primeramente el recinto de la villa vieja, conocido como La Mota. Con el crecimiento de la ciudad, el recinto de La Mota quedó convertido en una fortaleza independiente de la propia villa. Así, en 1354 Enrique de Trastamara y sus partidarios combatieron la villa. En 1390 Juan I dona la villa a su hijo el infante Fernando de Antequera, futuro rey de Aragón. De esta forma, a su muerte en 1416, Medina y su Mota pasan a poder del infante de Aragón, Juan. Los enfrentamientos entre Juan II de Castilla y los Infantes de Aragón propiciaron que la villa estuviera en ocasiones dividida entre uno y otro bando, dominando los aragoneses la Mota y el rey el palacio de la plaza. En 1439 el infante de Aragón había mandado “cerrar todos los portillos y poner guardas a las puertas y en la villa”, encerrando al rey en ella. En 1441 era, sin embargo, el rey de Castilla el que dominaba la villa y cercaba La Mota, donde se habían refugiado los partidarios de Aragón con “250 hombres, sin víveres y muy poco agua y de malos pozos”, llegando a un acuerdo para rendirla cuando el rey la “comenzaba a minar”.

Después de la batalla de Olmedo de 1445, La Mota quedó definitivamente en manos reales y hacia 1460 ordenó Enrique IV la construcción de “una torre que luego fue la causa de multitud de desgracias”. En 1464 entrega la tenencia de La Mota al arzobispo de Toledo, Alonso Carrillo, que poco después le traiciona y apoya al rebelde príncipe Alfonso. El rey fue entonces sobre Medina “y llego antes de que amaneciese, donde Alonso de Vivero, que era alcaide della y tenía la Mota, que es la fortaleza, por el arzobispo de Toledo no le quiso recibir y el rey mando quedar gente de guarda sobre ella que la cercasen y por capitán (puso) a su contador mayor Pedrarias Dávila”, que la tomó. En 1467 La Mota estaba otra vez en manos de los partidarios del príncipe don Alfonso, apoyando la villa a Enrique IV, pero finalmente toda la villa cayó en manos del príncipe. Muerto éste en 1468, la rebelión la encabeza su hermana la princesa Isabel, que ese mismo año firma con el rey el acuerdo de los Toros de Guisando. En él se estipula que Isabel reciba la “villa de medina del campo e alcazar e fortalezas della e con la torre de la mota”. Sin embargo, en 1470 el rey le quita Medina a su hermana Isabel para dársela a su hija, la princesa Juana. La Mota quedó entonces en manos de un partidario del rey, el arzobispo de Sevilla, Alonso Fonseca, hasta su muerte en 1473.

En esta fecha, los medinenses, con la ayuda del alcaide de Castronuño, habían cercado La Mota y pretendían derribarla. El sobrino del Arzobispo, que la defendía, viendo la imposibilidad de mantenerla pactó con los medinenses su entrega al duque de Alba. El duque la retuvo hasta 1475 y debió de hacer algunas pequeñas obras en el interior, gastando en ellas algo más de 45.000 maravedís. En 1475 la corona reclamó La Mota y el 20 de febrero le ordenan a Francisco Girón, el alcaide, que la entregue a Alfonso de Quintanilla, enviado por los reyes. Es a partir de esa fecha cuando se construye la barrera artillera, “en tiempos de las guerras del rey de Portugal, ocho o nueve años poco más o menos tiempo mientras duró la obra de la barrera”, según la declaración de un testigo preguntado en 1505. Se conservan algunas cuentas de estos años con pagos al maestro de Abdalla, posiblemente el principal alarife de la obra, al maestro Alí de Lerma “ingeniero” y al maestro Fernando. También se conservan cuentas de las obras en los últimos cuatro años (1479-1482), cuyo montante se aproxima a los tres millones de maravedís. La barrera debía de estar acabada en 1483, figurando esa fecha en el escudo que se conserva sobre la puerta principal de ésta y en el que aparecen las armas de los Reyes Católicos sin la granada y el yugo y las flechas, sus divisas.

Durante la guerra de las Comunidades en 1520-1521, la fortaleza permaneció fiel a la corona, pese a que Medina era comunera y controlaba el parque de artillería. “Un regidor llegó a decir que se utilizase el artillería para derrocar la Mota” e incluso, “cuando los de la Junta (comunera) llegaron a Medina desde Avila, también acudieron a ellos unos 2.000 hombres pidiendo que tomasen la fortaleza”, pero gracias a la habilidad diplomática del alcaide, que tenía guarnecida la fortaleza, no llegaron a atacarla.castillo

Posteriormente, el castillo se convirtió en prisión de Estado y en él estuvieron detenidos distintos personajes, tales como Hernando Pizarro, Rodrigo Calderón, el Duque Fernando de Calabria, César Borgia o el conde Aranda. Quizá el hecho más destacado sea la huida de César Borgia, el llamado Duque Valentino, intrigante personaje de la agitada vida política del final de la Edad Media y comienzos del Renacimiento, y a quien el Gran Capitán hizo prisionero en Nápoles, enviándole primero al castillo de Chinchilla, en la provincia de Albacete, de donde intentó escapar mediante una estratagema, no sin antes querer arrojar por las almenas a su alcaide y guardián, Gabriel de Guzmán, quien se libró de muerte segura gracias a su agilidad y fortaleza. Tras el fallido golpe, el Rey Católico ordenó su traslado al castillo de La Mota, custodiado esta vez por el alcaide Gabriel de Tapia. castillo Pasado un tiempo de rigurosa prisión, aunque propia de un personaje de su alcurnia, maquina una nueva fuga con la complicidad exterior del Conde de Benavente, Rodrigo Alonso Pimentel, enemigo del Rey Católico, y las ayudas interiores del capellán y algunos criados. La noche del 25 de octubre de 1506 se descolgó mediante sogas de la Torre del Homenaje. La soga no alcanzaba al suelo, de forma que el último tramo hubo que salvarlo saltando. En unión del Conde de Benavente, llegaron en secreto a Villalón, donde se ocultó unos días (se ofrecían diez mil ducados por su captura). Luego pasaron a Santander para eludir el cerco que el Rey Católico había dispuesto para su captura, y desde allí se trasladó a Navarra, cuyo rey Juan III de Albret era hermano de su esposa francesa Carlota.

Nos quedamos admirados de todo lo que encierra este castillo de ladrillo, abollado por algunos impactos en su fachada pero con mucha historia en su interior.