Bien es verdad que otras veces disimulábamos un poco la comilona con aspectos culturales. El año pasado, por ejemplo, visitamos el museo del Jurásico en Colunga, el anterior fuimos a ver el museo de Bellas Artes de Oviedo, en otra ocasión tuvimos un recorrido guiado por el casco antiguo, o visitamos los monumentos del arte ramirense del Naranco, o hacia Avilés con recorrido en trenín de la FEVE. Recuerdo, en fin, una ocasión en que nos perdimos con todo el autobús y llegamos al lagar de Quelo, escoltados por la Guardia Civil de Tráfico como si de personajes de gran relevancia se tratase. Solo nos faltó un recibimiento con gaiteros en esa ocasión.
Pero esta vez....hicimos la preceptiva parada técnica en Oviedo, por lo que nos conformamos con contemplar el paisaje durante el recorrido, y... ¡a seguir a Tiñana! sin perdida de tiempo.
Me dijo un hombre del lugar que este pueblo está rodeado de hermosas fuentes con nombres inspirados, como la fuente del Peralín, de la Monxa, del Sapu y hasta se puede visitar un castro prerromano en el paraje denominado "el castiellu". Son ideas que dejo para conocer en sucesivas visitas, aunque lo que mejor conocemos de Tiñana es el lagar de Quelo.
El lagar data de 1944, aunque los antecedentes se remontan a finales del Siglo pasado. Podéis contemplarlo con todas sus instalaciones en la página http://www.sidraquelo.com
El origen de la Espicha viene de espichar un tonel, donde fermenta y se hace la sidra, es decir, practicarle un pequeño agujero, para poder catar el líquido y así decidir el momento del embotellado. Dicen que antiguamente el propietario del lagar, antes de descorchar la sidra que posteriormente utilizaría para la venta, invitaba a los amigos para que diesen su opinión sobre el producto. Al mismo tiempo y para que la sidra entrase bien, ofrecía un amplio surtido de comida que servía para acompañar: huevos cocidos, empanada, tortilla de patatas, cordero a la estaca. Hoy la tradición culinaria continua con el listón muy alto y por eso nos encanta acudir a la cita anual para degustar sus exquisitos platos y saludar a los amigos.
Es curioso como, con el tiempo vamos aprendiendo algunas palabras y vamos elaborando nuestro diccionario particular.
Por ejemplo ¡a qué ya sabemos que...!: Culín no tiene nada que ver con el sitio en que la espalda pierde su honesto nombre, sino con la cantidad de sidra que nos escancian y que bebemos de una sola vez. Amante tampoco se refiere a nuestras relaciones sexuales, si no más bien a una sidra con un paladar muy grato. Tierna no es la pastora de mirada lánguida que visteis junto a los manzanos de camino al restaurante, sino una sidra que se embotelló sin terminar de fermentar. Dulcina sería la que contiene azúcares residuales con cierto sabor de la que opinan los machistas que "ye de muyeres". Se la denomina Blanda si es ligera de alcohol y Machu o Fecha si tiene un sabor fuerte y con un alto grado. En fin, la que nosotros tomamos habitualmente es la Cantarina que por sus excelentes cualidades invita al canto y al jolgorio, que es lo que más nos gusta.
Otras apreciaciones más técnicas serían Espalmar si comprobamos la permanencia en el tiempo de la espuma en el vaso, después de escanciar la sidra. Dicen que el Palu está constituido por las diferentes cualidades organolépticas (color, aroma, sabor ) que definen a una buena sidra. El Pegue si al beber la sidra cubre las paredes del vaso con una fina cortina de burbujas, cuanto más pequeñas son estas, de mejor calidad es la sidra.
En la página http://www.asturias.web.com
podéis encontrar muchas curiosidades sobre Asturias en general y la sidrina, que nos ocupa ahora y que fue la protagonista de un día muy agradable, en el que saludamos a los compañeros que hace tiempo que no veíamos, disfrutamos de la comida , charlamos, reímos y hasta cantamos un poco, porque ya se sabe: " Y la gente por el prado, no dejará de cantar mientras se escuche una gaita y haya sidra en el lagar"
Pues eso, el año que viene queremos un gaitero que amenice la fiesta, una excursión por los alrededores y os pondremos un diez o un once, ya veremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario