¡Hola amigos! Como todos os habréis dado cuenta este relato viene desde Irlanda.
Tenéis que empezar a acostumbraros a compartir las historias de nuestras rutas españolas con las de este verde país ¿Os he dicho ya que tengo otra nieta? Pues sí y de vez en cuando me lío la manta a la cabeza y cruzo el charco para visitarla.
Pero el hecho de que sea muy pequeñita no nos impide hacer con ella algunas excursiones para que se vaya acostumbrando, como por ejemplo hoy, que hemos ido a la capital de un antiguo condado: Lucan, con la excusa de gestionar su pasaporte.
Lucan, quiere decir “ciudad de los Olmos”, título comprensible por la exuberancia arbórea que hay junto a sus ríos, aunque otros la llaman la ciudad de los Elfos, pero no me preguntéis el por qué de esta denominación, si bien una cosa parece implicar la otra, ¿no?.
Como es un condado, os diré que su primer conde se llamó Patrick Sarsfield, allá por el año del Señor de 1690. Este buen conde no tuvo una vida precisamente aburrida, participando en su juventud en un montón de duelos y desafíos, llegando incluso a secuestrar a una bella señorita, hija del II Barón de Chandos, a la que luego galantemente puso en libertad cuando se negó a casarse con su raptor.
Participó en varias acciones militares en el bando del rey Jacobo II convirtiéndose en un héroe para sus compatriotas irlandeses, sin embargo tuvo que huir a Francia donde continuó luchando hasta su muerte bajo las banderas del Rey Luis XIV.
Más cerca de nuestra época y para los aficionados a la novela policíaca os contaré que el séptimo conde de Lucan, de esta linajuda familia, Richard John Bringham, desapareció después de ser acusado formalmente por la policía de asesinar a la niñera de sus hijos cuando intentaba quebrar una orden de alejamiento de su hogar. Como en las mejores novelas de Agatha Christie se dio a la fuga y sus allegados dicen que se suicidó, aunque Scotlan Yard mantiene la teoría de que siguió vivo.
A partir de aquí, de cuando en cuando, hay gente que asegura haberlo visto, ahora en Nueva Zelanda, jugando al póker con sus amigos, en Botsuana organizando una partida de caza o en el consultorio de un afamado psicoanalista en Paris, convirtiéndose así en un personaje enigmático y su delito en uno de los misterios sin solucionar del siglo XX.
Paseamos por este pueblo de casas tradicionales, coloridos pubs, típicas calles y ajardinadas iglesias.
Nos detuvimos en los puentes para contemplar sus dos ríos: Liffey y Griffen, que se unen en esta población.
En el centro, donde confluye el comercio y se ubica el parque y las áreas verdes, los viandantes nos asomamos al puente, mientras veíamos alimentarse a multitud de simpáticos patos.
Al final, quedamos despavoridos al comprobar cómo nuestros movimientos eran observados desde el tejado de una casa por un gigantesco dragón.
Y es que no olvidéis que estamos en Irlanda, que como nuestro León(España), es una tierra llena de magia y en ella puede pasar cualquier cosa.
Fotos de Irlanda: https://www.flickr.com/photos/rsas0010/sets/72157646555010575/
2 comentarios:
Dice Munia que estáis muy guapos los dos con vuestra nieta y que le gustan los patitos del río.
Gracias Munia. Lo pasamos muy bien viendo dar de comer a los patos, ¡llegaban muchísimos, era sorprendente!
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