Carmen es una entusiasta de la naturaleza, conoce todo el patrimonio natural y lo disfruta en sus infatigables paseos.
Descubriendo toda una variedad de plantas, setas, violetas, gritsandanas...
Puente Viejo, joya del Viejo Camino de Santiago.
Alegría de sol, canción de agua, leyendas de Porma, historia antigua, magia de nuestra tradición y cultura.
Sorpresa de mariposas mírándose a los ojos
Agua y nubes también se miran a los ojos...
De vez en cuando los osos de la montaña cantábrica se han acercado a Boñar y sus alrededores...
Aunque hay quien duda de la existencia del castillo, el padre Alba nos relata en su “Historia de la montaña de Boñar” que esta villa estuvo amurallada, constando igualmente haber tenido un fuerte castillo. Escribe el autor:
“Este ultimo lo hemos visto los que vivimos todavía pues existió con sus dos torres hasta cerca del año de 20 de este siglo en que se demolió en parte para hacer la obra de la iglesia...” Pág. 90En otras entradas del presente blog, ya tuvimos ocasión de hablar de nuestra estancia en Boñar, al peregrinar por el Viejo Camino de Santiago:
http://rsas0010.blogspot.com.es/search/label/Bo%C3%B1ar
Hay en la fachada de una casa un hermoso símbolo jacobeo:
También dejamos constancia escribiendo en el periódico de “La Nueva Crónica de León” señalando las historias y leyendas de este emblemático punto del Viejo Camino:
https://drive.google.com/file/d/0B8B6TE9X5vWZbWhVTDA2aGVWejA/view
Quisimos esta vez hacernos una idea de como sería la fortaleza y murallas que Pedro Alba nos describe así que acompañados por nuestra amiga Carmen, extraordinaria Guía, examinamos los restos del Castillo junto al arroyo Arbejal que paseamos hasta llegar a su desembocadura en el río Porma.
Boñar crece en población con gentes de toda Europa, entusiasmados con sus riquezas naturales, pesca, escalada, equitación...
Documentado en las piedras desde la época de Alexis el aquilego, Boñar es un pueblo sanador gracias a sus aguas y a sus gentes.
Acompañados por Carmen bebimos del agua de sus innumerables fuentes a la vez que me avisaba ¡Mira! Por allí viene “Cordobin” o -Ayer hablé con Nino- me decía, mientras degustábamos unas exquisitas mollejas de Nisi que nos trasladaban a los años 70 por un viaje en el tiempo.
Ella me contó: Se me escapó Tomás que ahora vive en Zaragoza, pero hace un par de días pasó por aquí para comprar chorizos de la tierra y eliminar así la nostalgia de la distancia. Al pasar por delante de su casa, pregunté por Carlos, su madre fue la practicante durante muchos años, y juntos Carlos y yo nos recorrimos los Picos de Europa cuando éramos chavales.
A todos los que aquí cito y a otros muchos que no menciono, un abrazo amigos ¡Os llevo en el corazón!
Puedes ver todo el reportaje fotográfico aquí.
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