14 diciembre 2011

Ruta de la Vía Carisa

Aprovechando que se estaban celebrando las XXI Jornadas Gastronómicas de la Tercia y por aquello de que "no sólo de pan vive el hombre" decidimos echarnos al hombro nuestras mochilas y hacer un recorrido por la vía Carisa. Podéis ver el reportaje fotográfico pinchando aquí.

Ya en días anteriores había llamado nuestra atención noticias aparecidas en la prensa, tanto leonesa como asturiana, informando sobre la puesta en valor de esta calzada romana.

http://www.la-cronica.net/2011/10/09/leon/comienzan-los-trabajos-en-el-yacimiento-de-la-via-carisa-129025.htm


http://www.diariodeleon.es/noticias/montanacentral/punto-y-seguido-en-carisa_644911.html

Comenzamos en el pueblo de Pendilla de Arbas y después de atravesar un hermoso puente, contemplamos cómo las aguas, fruto del deshielo y la nieve de la montaña, se deslizaban por un estrecho valle, junto al cual discurría nuestro camino.

Vía Carisa

Sigue por cañadas ganaderas, de origen prehistórico, a juzgar por los restos arqueológicos entre los que destacan el asentamiento de la Edad de Bronce del Malleo Busián, situado a 1500 m. de altitud, los dólmenes de Carabanés o los petroglifos de Pendilla.

Las vistas a nuestro alrededor eran sencillamente espectaculares en un día soleado, con la nieve al fondo.

Vía Carisa


Mientras ascendíamos nuestra conversación se fue decantando hacia Publio Carisio, el legado de Augusto, que hizo la carretera por la que ahora transitamos.

Con el tiempo la vía impulsada por Publio Carisio se consolidó en una importante arteria que unía los núcleos urbanos de León y Gijón. Por ella circularía el comercio, el correo y las tropas militares.

Este personaje se esconde en un alo de leyenda, pues nos cuentan por el Bierzo, que tras la conquista de Castro Bergido, un altonazo que hay cerca de Cacabelos, la hija de un jefe tribal de Lucerna, se enamoró del apuesto general, pero este la burló y desapareció, para seguir con sus batallas contra los astures

La ondina Carissia, que así la llamaron en lo sucesivo, lloró y lloró la pérdida de su amor, hasta que inundó el valle con su ciudad. Asì dio origen al hermoso lago de Carucedo.

Leyendas aparte, se sabe que Carisio fue partidario de Octavio en la guerra civil contra Marco Antonio. Fue después pretor de la Lusitania y en el año 25 antes de Cristo fundó Emérita para los legionarios veteranos.

Participó en las guerras cántabras, pero lo que más nos interesa en este momento es que entre los años 26 al 22 A.C. se desata otra rebelión contra los astures, en la que se ve obligado a intervenir directamente.

Vía Carisa

Dión Casio, el famoso historiador romano, atribuye el levantamiento astur, a un comportamiento demasiado severo de Carisio.

Sea como fuere, los astures, conocedores de las técnicas empleadas por Roma contra los cántabros, organizaron el ataque, para sorprender a las legiones de Carisio, posiblemente la X Gémina, la VI Victrix y la V Alaude, en terreno abierto.

Sin embargo la táctica no dio resultado porque fueron delatados a Roma por los Brigaercios. Sin el elemento sorpresa, fueron derrotados por la superioridad numérica y estratégica de los romanos.

Los que sobrevivieron a la batalla se refugiaron en Lancia, que finalmente fue tomada por Carisio. La famosa ciudad astur no fue destruida, para dejar constancia de la victoria romana, que se asentó en ella y la romanizó.

Para destruir los últimos bastiones de los astures, y enlazar el territorio leonés con Gijón, Carisio construyó entre otras, esta vía que lleva su nombre y que ahora transitamos.

Nos cuentan los arqueólogos, que construyeron un campamento, que abarcaba unas dos hectáreas, junto al collado Propinde.

También nos acercamos a él en nuestra excursión, aunque en la actualidad toda esa grandeza es difícil de imaginar.

Vía Carisa

El campamento estaba protegido por su "agger fossaque" una construcción defensiva con tres muros de contención.

Se calcula que las fuerzas romanas estaban constituidas por tres cohortes y que los astures (entre 15.000 y 20.000) hostigaban sin cesar sus vías de aprovisionamiento llegando incluso a cercar la fortificación.

Para hacernos una idea, se estima que con la máxima ocupación del campamento y para un tiempo de 15 días, serían necesarios 244.000 Kg. de alimentos. Para todo esto sería necesario un convoy de 14 Km. de longitud y 2700 mulas.

Toda esta información y mucha más aun, esta sacada de la ASOCIACION AMIGOS DE LA CARISA www.lacarisa.es

En ella escriben los auténticos especialistas y a ellos remito al lector interesado. Yo sólo he intentado aquí, interesar a los senderistas, que gustan de disfrutar de la naturaleza, con un poco de historia como valor añadido.

Me resta decir que también se han descubierto restos arqueológicos de un poblado astur-visigodo en Homón de Faro, a no mucha distancia del objetivo de nuestra excursión.

Pero ahora, a la vista de estos bucólicos paisajes, parece mentira que aquí se haya librado aquí, una de las más cruentas batallas de la antigüedad, por la libertad de un pueblo indomable.

Y lo más triste de todo, es que ya nunca se me olvidará el nombre de la aldea que yo no conocía y en la que comienza la ruta: Pendilla. Parece que procede de "pender" o el lugar donde colgaban a los que eran hechos prisioneros.

Más de XX siglos después, como final de esta historia, comimos, reímos y cantamos en las Jornadas gastronómicas, como hubiera acabado un Cómic de Asterix el Galo. Después de esta narración, espero no ser yo el bardo, que aparece atado y amordazado en la última viñeta.

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