22 marzo 2009

Viajes por tierras de Luna


Es de todos conocido que los viajes son a veces motivo de agradables sorpresas y fuente de inspiración para los que los realizan, máxime cuando se trata de viajeros por las montañas de León y por sus cauces de agua, donde las janas de las fuentes y las brujas de los manantiales te cuentan viejas historias.

Con la sequía de este verano ha saltado a todas las conciencias la belleza y desastre en torno a las tierras de Luna .

Nosotros a menudo aquí venimos a encontrarnos con la magia del agua y de los sentimientos.
Unas veces con amigos, en soledad otras y otras veces por varias razones.

Pero la historia siempre nos sale al paso insinuante o pertinaz, nos hace guiños a cuya atracción nunca podemos claudicar. Incómodos por responder al envite que surge de los restos históricos, para encontrar información ante tanta riqueza, en principio busqué sobre la casa de los Quiñones, señores de Luna, porque en el mismo pueblo de las Caldas hay un palacio del siglo XVI y restos de un monasterio junto a la iglesia, la cual tiene una magnífica estampa señorial. Además se conservan un par de casas blasonadas y la arrogancia de los actuales edificios parece insinuar un pasado de rancios abolengos.

Con poco esfuerzo averigüé que en 1462, Diego Fernández de Quiñones accede a la nobleza con el título de Conde de Luna. Su solar, entonces, está dotado con importantes fortificaciones, desde el Castillo de Luna a Laguna de Negrillos, pasando por todo el valle regado por el río Luna, que al unírsele el río Omaña toma el nombre de río Órbigo y cuyo señorío llega hasta las tierras del Páramo leonés.

Caja España tiene editado un libro "Historia de los Balnearios de la provincia de León" de Wenceslao Alvárez Oblanca y más concretamente sobre el que nos ocupa de Caldas de Luna. En él, se da cuenta de los nombres de todos los propietarios, las propiedades químicas de sus aguas, etc.

Hay en él una precisión curiosa: un intento de embotellado ¡y por parte de un lugareño emprendedor! Qué pena que quedara sólo en intento, con la riqueza que ofrecen estas aguas en otras partes del país.
Así que ya iba yo rebuscando datos...Conocía ya el emplazamiento del balneario, el itinerario de acceso y programé hasta las actividades de montaña y de relax para cada día, preparando así una visita al lugar.

Pero en todas las historias siempre queda un lugar para la magia y en esta también ocurrió.

Como cita imprescindible, fuimos a contemplar el embalse de Luna con sus puentes al fondo y tierras abandonadas por los alrededores. Al aparcar el coche junto al pueblecito de Barrios de Luna, cuando admirábamos el paisaje en todo su esplendor, se me acercó un "vejete", de esos que siempre están vigilando el pueblo y me preguntó con recelo:
-¿busca el castillo?, pues, no lo encontrará, lo acabaron de destruir cuando hicieron el pantano, y ¡tenia mucha historia, no crea usted!
Yo le dije que, si se refería al castillo de los Condes y él me contestó:
-Hoy es conocido como de los Condes de Luna y anteriormente, como de D. García, hermano de Alfonso VI, que estuvo preso aquí, para que no pudiera ser rey de Galicia. Y antes aún fue famoso por haber estado encarcelado en él el conde de Saldaña, conocido por el Romance de Bernardo del Carpio.

Ya sabía yo sobre este joven leonés, que venció a los franceses de Carlomagno en la famosa y heroica batalla de Roncesvalles, conocía las alabanzas que le da D. Quijote, cuando le coloca entre sus héroes preferidos y también yo, como el ingenioso hidalgo, he leído con fruición su historia en el Romancero

...Pues aquí estuvo preso su padre, por orden del rey Alfonso II el Casto y ahí en la roca están todavía los pasadizos que conducen a las mazmorras, y cuevas llenas de historias y leyendas.

Seguimos departiendo, aquel campesino y yo, mientras ascendíamos a la presa del embalse, para desde allí contemplar la panorámica que se ofrecía a nuestra vista.

Me contó con su picardía irrespetuosa, cómo Sancho Díaz, conde de Saldaña se "entendía" con Doña Jimena, hermana de Alfonso II el Casto, fruto de estos amores secretos, nació Bernardo.


El buen rey des que lo supo
mandó en el claustro encerralla
y mandó prender al conde
en Luna la torreada...

¡Y nosotros estábamos allí...!
Me dio por decirle:
-¿No resulta emocionante, sentir la proximidad de los personajes históricos, que parecen hablarnos desde las grietas de las peñas?.- Y él me respondió:
-En muchas aventuras de guerra se vio envuelto Bernardo, siempre al lado de su tío. Muchas veces salvó al Rey en batalla, consiguiendo a cambio la promesa de liberar a su padre de la prisión del castillo de Luna, pero otras tantas Alfonso canceló su promesa.

El viento suave y susurrante parecía traernos la voz apesadumbrada del joven cuando le recriminaba:
Bastardo me llaman Rey
siendo hijo de tu hermana
tú y los tuyos lo habéis dicho
que otro ninguno osara.

Corriendo el tiempo Alfonso buscó alianzas con Carlomagno, esto no gustó a los astur-leoneses temerosos de la injerencia de una potencia extranjera. Entonces, acaudillados por Bernardo derrotan completamente a los franceses en Roncesvalles, matando incluso al famoso Roldán, mágico caballero, que no podía ser herido. Este es el hecho que recoge Cervantes en el Quijote, alabando al héroe leonés, por su astucia, cuando remeda al famoso Arceo y le asfixia entre sus brazos.

De regreso a León me faltó tiempo para ir a la biblioteca y sacar, como si de un tesoro se tratase "Flor Nueva de romances Viejos" en la edición comentada por Menéndez Pidal, "La casada en la muerte" de Lope de Vega y "La Casa de los Celos" de Cervantes.

 Mientras leo sigo viendo el paisaje del atardecer, con la puesta de sol reflejándose sobre el pantano, junto al viejo labrador que me cuenta la historia y me pregunto: ¿este encuentro fortuito, ocurriría realmente?

20 marzo 2009

Compartiendo con Mª Carmen

He tenido un ratito para entrar en el blog y he visto el de mi amiga MªCarmen. Estamos muy interesadas en meternos en canciones y lo pasamos muy bien... ya veréis lo que da de sí el blog.

07 marzo 2009

El Faedo de Ciñera 07.03.09

Hemos vuelto al Faedo queriendo mostralo a los chicos, pero lo hemos disfrutado solos. Las hayas estaban silenciosas bajo el manto de nieve, pero todo el ambiente estaba inundado del fragor del agua, que corría a borbotones por el estrecho cauce que le permite la hoz de roca caliza o saltando atropelladamente entre las piedras cuando se abre el bosque.
Extrañamente, estuvimos sólos en nuestro periplo, pisando sobre las huellas de otro solitario montañero, único rastro humano sobre la nieve impoluta.

Los recuerdos fotográficos muestran diferencias con respecto a la nieve del día que se lo dimos a conocer a Toño y Raquel, a pesar de que ahora estaba de nuevo nevado. Véamoslo.

01 marzo 2009

Espicha en Oviedo y juegos de autobús

Como todos los años empezamos las excursiones de UCECA con la Espicha del 2009.
  Podéis ver nuestras fotos aquí.
Nunca nos la perdemos porque aprovechamos la parada en Oviedo para visitar a Tere y Jose.
Les llevábamos los regalos de cumpleaños de Tere y santo de Jose y ellos nos dieron los suyos, como solemos hacer siempre.

Rafa Escuchar noticia prepara datos de historia, de literatura o de actualidad, que suelen documentar el artículo de recuerdo y para amenizar el autobús, ahora escuchándolo a través de los auriculares del mp3.

Nos acompañaba Víctor Escuchar noticia(no os perdáis su relato) pero Lu tuvo que quedarse y mis hermanos la echaron de menos, porque el año pasado había venido también.


Salimos a dar una vuelta con mi hermana, mirando tiendas de ropa de etiqueta y luego nos fuimos hacia el Calatrava, edificio moderno que piensa albergar el Palacio de Congresos, aunque de momento funciona como Centro Comercial y allí nos esperaban los autobuses.

Como en toda espicha de UCECA que se precie, no faltó la atracción de que se perdiera el conductor.

Rafa decía que seguramente alguien habría pagado para que no faltara esta atracción, que a falta de gaiteros, que animaran la sobremesa, se hacía indispensable para abrir el apetito.

Me acuerdo del año que paramos en Gijón, no sólo se nos abría el apetito, sino que ya eran casi las cuatro y andábamos dando vueltas a la carretera y por supuesto al estómago. Pero ese problema se solucionó cuando decidieron citar a los comensales frente al autobús a las 2 de la tarde, para que diera tiempo a jugar por las carreteras.

La verdad es que, de todos los años que yo he ido, sólo el año pasado no nos habíamos perdido y yo, ingenua de mí, pensé entonces que los organizadores habían puesto los puntos sobre las íes y que aquello ya no se repetiría más, pero qué va.

¡La búsqueda de laberintos y nuevos caminos hacia el Quelos va en aumento!

Esta vez el conductor salió por la autopista hacia León y dio la vuelta en Mieres. No contento con este bucle, cuando ya íbamos por el camino correcto, llegó a la salida de Bobes- Granda pasó de largo y entramos por una vía posterior, en la que nos encontramos con la gasolinera en la que habíamos girado ¡hasta 6 autobuses! un año de esos pasados, ¡tan desesperados que pisando la línea continua!

¡Que tiempos aquellos! Ahora sólo dos autobuses íbamos a la deriva cuando avanzábamos hacia León, pero en estos momentos tan sólo nuestro conductor merodeaba las lindes de los polígonos industriales próximos a Colloto.

Volvimos sobre nuestros pasos, como siempre en el autobús había cachondeo, un compañero quiso ayudar, pero el chofer le advirtió que tenía GPS... ¡Ay madre mía, con lo bien que llegamos a destino aquella vez que el del autobús paró a preguntar en la gasolinera de la autopista y nos escoltaron los policías de tráfico que a la sazón llegaron allí!.

Volvimos a la autopista de Santander, para coger luego la salida anterior a la que correspondía y después de hacer un ocho o dos y de estar pendiente del móvil que seguramente le iba indicando, el buen hombre llegó al restaurante y todos los pasajeros nos ubicamos en los huecos que quedaban vacantes en el comedor, donde ya los compañeros degustaban los largueros de embutidos, los huevos cocidos, el cabracho y, por supuesto, la joven sidra del año, que estaba buenísima.

Todo resultó muy bien, pero lo mejor, la imprescindible búsqueda del restaurante, entre risas nerviosas y la adivinanza del tiempo final de arribada. ¡No pienso perderme la de la próxima temporada, ya os la contaré!