29 abril 2015

12ª Historias y leyendas. Por la Vid y Vegacervera, el Viejo Camino nos espera

12ª Historias y Leyendas por El Viejo Camino de Santiago en la provincia de León.          

Peleas nobiliarias, brujas buenas y torreones carcelarios




El hayedo de Ciñera con su árbol singular Fagus y la leyenda de la bruja Haeda está al pie de La Vid.

Recordando lo que había dicho Maximiliano González Flórez, en su libro “La Ribera del Torío”  contemplamos el puente de origen romano que se ofrecía a nuestra vista: “Por este puente pasaba el Camino Real (Se encuentra  junto a la ermita de S. Félix de Villalfeide entre Villalfeide y Vegacervera)… También servía de paso para los peregrinos que venían desde Puente Almuhey por Boñar y Valdepiélago  para subir a Valdorria y a la Cueva de San Froilán, santificada por su presencia eremítica en los últimos años del Siglo X. Desde allí bajaban los peregrinos por Correcillas, pasaban el puente de Villalfeide  y seguían a la Vid…” (pag 164) Así nosotros, peregrinos del Viejo Camino de Santiago dejamos el arruinado puente de S. Félix y a dos pasos encontramos Vegacervera. Esta localidad es famosa por las preciosas Hoces, que llevan su nombre, por ser la posada o descanso de los montañeros y excursionistas que visitan la próxima cueva de Valporquero y también por su exquisita gastronomía.

La carretera va serpenteando junto al río Torío. Dicen que esta no existía antiguamente, aunque quizá quedara una trocha, olvidado su uso. Un caballero de Felmín, que tuvo suerte en la conquista del Perú acompañando a Pizarro,  a la vuelta de su aventura  la mandó construir a costa de su propio pecunio.  Admiramos los Sierros Negros al fondo, donde  hubo un castillo en la Edad Media, que a su vez se asentaba en el solar de un castro anterior.  Lo que sí se usaba era  una calzada romana que venía por Gete y Getino, famoso por sus aguas termales y leyendas de cuélebres. Subía hasta Valporquero y bajaba a Valle de Vegacervera. Como toda vía de conquista llegaba hasta los castros, donde se enrocaban los valientes prerromanos. Esa calzada era mucho más agreste que la que consiguió hacer nuestro caballero junto al cantarín río.

Nos paramos junto al viejo puente de Vegacervera y recordamos la historia de la pelea famosa entre el Conde de Aviados, D. Ramiro Núñez de Guzmán y las huestes del Abad de S. Isidoro, que desde época de Alfonso VI era el propietario de estas tierras. Parece ser que todo comenzó por una discusión sobre el derecho a la elección de alcaldes y  la disputa terminó en la Real Audiencia por lo que se conserva abundante documentación.
 Así podemos saber que para envalentonar a sus huestes el conde estimuló el consumo de alcohol, envenenaron dardos y hasta hubo un muerto en la contienda: el clavero del castillo de Aviados, pero sólo porque se cayó del caballo al atravesar el puente.

El Catastro del Marqués de la Ensenada, del Siglo XVIII señala aquí un hospital de Peregrinos, lo que demuestra el uso de esta ruta jacobea, que ahora recuperamos, hasta fechas relativamente recientes.
Seguimos a Coladilla con su iglesia de bella portada románica con motivos jacobeos, la más importante y la que se cita más tempranamente en los documentos medievales de este contorno. Merece una visita. Fijaos en los canecillos 13 en la fachada norte y 11 en la del sur, tiene motivos geométricos, vegetales, animales y humanos (Je, je…) Trece vieiras en relieve, símbolo peregrino por excelencia, orlan el arco de la puerta de acceso. En la clave una roseta de cuatro pétalos, en el lado derecho de la portada hay una inscripción, que los autores traducen como: “Pedro Cuesta me fundó”, la datan entre los Siglos XII y XIII.

Continuamos hasta Villar del Puerto, si el tiempo lo permite,  podéis aprovechar la ocasión para seguir un camino a vuestra izquierda, que pasando frente a la Iglesia y el cementerio, se dirige al Faedo de Ciñera por el lugar denominado las “marmitas de los gigantes”. Son estas unas oquedades en la roca donde el naciente río, que borbotonea en pequeñas cascadas se remansa y parece ser el lugar elegido para bañarse, por estos seres mitológicos. El inicio del recorrido se realiza por una estrecha hoz y es espectacular, aunque peligroso en invierno. Los sacrificados mineros del lugar lo caminaban durante todas las épocas del año para acudir a su trabajo diario entre Ciñera y Vivero y cuando algunas minas se cerraron decidieron arreglar el paso para el público en general, dotándolo de pasillos de madera y balaustradas o agarraderos de sogas. Unos “urbanitas” como nosotros lo recorrimos admirando la belleza salvaje de rocas y agua, hasta que con voluntad de hierro y espíritu a lo Indiana Jones  logramos superar los puentes de madera y llegar al espectacular hayedo.

 Faedo viene de Fagus=haya y Edo=Etum=abundancia. Este bosque es una delicia de silencio y de paz, entre las hayas te da la sensación de caminar bajo un paraguas de multitud de colores, que te protege de la lluvia o la nieve y sobre una alfombra de hojas húmedas y hayucos. Nos fotografiamos para cumplir con el ritual, junto a Fagus el haya que en el año 2008 cumplió sus 500 años. Si hablara ¡Cuántas historias podría contarnos! Un año antes, en 2007 se le había concedido el premio “Al bosque más cuidado de España”. Fagus es un “árbol singular”, “un árbol protegido”, de leyenda, que acompaña a otra leyenda, la de la bruja Haeda. Caminando en el bosque, inspirada por su naturaleza feraz, Josefina Diez quiso contarnos un cuento y era algo así:
Érase que se era una bruja llamada Haeda…Érase que se era, cuando los hombres vivían al aire libre refugiándose por la noche en las cuevas del contorno, había una bruja llamada Haeda. Como toda bruja que se precie, tenía poderes mágicos, aunque ¡eso sí! Debían de utilizarse para hacer maldades. En aquel entonces las gentes vivían en cuevas junto a las hoces y como había nevado mucho, casi no salían de ellas y no se acercaban al hayedo.
A la brujita le gustaba mucho oír el canturreo de las voces infantiles jugando por el bosque y para que acudieran, se le ocurrió utilizar sus poderes y prender fuego a un montón de piedras negras que había entre las rocas, su calor atrajo a la gente. Al día siguiente continuó nevando y Haeda sobre la ceniza del día anterior volvió a hacer magia, pero como era para una buena causa se sentía cada vez más débil. Al lavarse en el arroyo que atravesaba el Faedo se vio reflejada en el agua. Las buenas obras contrariaban su naturaleza, estaba muy envejecida. Tenía que hacer algo, y pronto. Con sus últimas fuerzas convirtió la mayor parte de las rocas en piedras negras que con el tiempo la gente llamaría carbón y les aliviaría del frío, extenuada marchó a morir junto al árbol llamado Fagus que custodiaría su reposo para siempre.

El Conde de Saldaña sufrió prisión en el torreón de La Vid después del triunfo de la batalla de Simancas.
Al final llegamos a la Vid de Gordón. Visitamos su torre medieval,  en la que estuvo preso el Conde de Saldaña. En esta fortaleza encerró nuestro rey Ramiro II al Conde de Saldaña, Diego Muñoz, en el año 945 después de la batalla de Simancas, porque sospechaba que establecía acuerdos con el bando musulmán. Lo mismo se pensó de su suegro Fernán González, al que encarceló en León, aunque consiguió escapar disfrazado de mujer con las ropas de su esposa en una visita que esta le hizo. La trampa le resultó tan divertida al rey leonés que desistió de perseguirle, o el rey supo ejercer la diplomacia que le asegurase su fidelidad, pues no convenía prescindir de él, en la frontera del reino.
Matías Diez Alonso en su libro “Mitos y Leyendas de tierras leonesas” habla de este torreón que data en el Siglo X, como torre defensiva del paso a la Gotera. Fray Justo Pérez de Urbel escribió una carta a su antiguo propietario informándole del valor histórico de su propiedad y así lo reseña D. Matías en su libro. Se la conoce con el sobrenombre de “Torre saetera” pues se cuenta que, desde una de sus ventanas se disparó una flecha contra Almanzor que resultó herido, lo cual nos da una idea de la bravura de las gentes de este pueblo.


Fotos y texto de Rosa Fadón y Rafael Cid



Blog de Excursiones de Rafa y Rosi
Blog de Asociación Camino Santiago de León“Pulchra Leonina”


Foto 1: Rafael Cid: Puente del Torío en Vegacervera
Foto2 : Rafael Cid: Iglesia de Coladilla

Foto 3: Rafael Cid: Canecillo del alero de la iglesia de Coladilla
Foto 4: Rafael Cid: Torre saetera en La Vid de Gordón

23 abril 2015

Celebrando a la Virgen de la Velilla

Nuestros amigos de la Asociación de la Virgen de la Velilla nos han invitado a celebrar el IV Centenario de la Construcción del Santuario de la Virgen de la Velilla.

Nosotros os invitamos también, aquí tenéis el cartel con toda la información, nos veremos allí... reviviendo un lugar emblemático en la provincia de León y en el corazón de tantos leoneses a lo largo de los siglos.


21 abril 2015

11ª S. Froilán, milagros y calaveras en el Viejo Camino de Santiago

11ª Historias y Leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León. Los peregrinos del Viejo Camino encontramos a San Froilán y, junto al río Torío, las calaveras de Mataplana.

           
Los peregrinos seguimos “Por la Mata de la Bérbula y Peña Morquera...” (Peña Morquera, cuyo nombre alude a montones de piedras formados en honor del dios romano Mercurio, monumento pagano, enclavado en importantes cruces de caminos junto a antiguos castros que después con la cristianización, los peregrinos depositaban la piedra junto a una cruz, como hoy en día se hace en la Cruz de Ferro.)

"... y llegamos a Valcésar” y aquí nos quedamos observando la belleza del entorno, recordando la extraordinaria historia de San Froilán, santo anacoreta, fundador de monasterios, obispo de León, patrono de Lugo y de la diócesis leonesa.

Ermita S. Froilán en Valdorria
Foto de Rafael Cid: Ermita S. Froilán en Valdorria

Tenemos la suerte de conocer su vida gracias a la biografía que hace de él su discípulo, Juan Diácono en el año 920. Se trata de un opúsculo recogido en la Biblia visigótica de la catedral de León, escrito en los espacios en blanco existentes entre los folios al final del Libro de Job y en el comienzo del Libro de Tobías. Así sabemos que Froilán nace el Lugo e inicia los estudios eclesiásticos, pero pronto se retiró a hacer vida eremítica al Bierzo, donde se encontraba lo que llegó a llamarse “La Tebaida Berciana” por la gran afluencia de ermitaños que vivían allí. Luego se establece en Ruitelán, cerca de Vega de Valcárcel, donde hoy hay una ermita en su honor.

Froilán tenía el don de la palabra, explicaba la vida de los santos y las gentes acudían a oírle entusiasmadas, así que dejó su vida de anacoreta y empezó a predicar por las villas del reino cristiano. Se dice que por La Virgen del Camino, León, Villanueva del Carnero, Eslonza, Sahagún, Valderas, algunos puntos de Cantabria... según recoge la tradición. Froilán era un dinamizador,  en aquellos tiempos de reconquista que le tocó vivir, pero no era sacerdote, así que tuvo que pasar la prueba de fuego para poder predicar con autoridad: “Tomó en sus manos unos carbones encendidos, los puso sobre sus labios, si le quemaban la boca, era la voluntad de Dios que no se dedicara a la Palabra Divina”. No se quemó.

Cerca del valle del Curueño se encontró con Atilano de Tarazona, que procedía de Aragón y se hacen amigos. Juntos se establecen en el “Monte Cucurrino”, que actualmente es conocido como “Peña de San Froilán” en Valdorria. Se complementan muy bien, porque aunque Froilán tiene el don de la palabra no está ordenado sacerdote y Atilano sí lo está, de manera que en Veseo, en este lugar en el que ahora estamos, protegen a multitudes que proceden de lugares amenazados por las guerras entre moros y cristianos y atraen también a bravos montañeses que están dispuestos a repoblar las recientes tierras conquistadas. En este valle protegido por un circo de montañas como murallas, fundan el primer monasterio con más de 200 monjes y posteriormente se ubicarán nuevos monasterios.

En una ocasión cuando hacía oración en Valdorria se produjo otro milagro: Vio venir volando dos palomas a picotear su boca, una le quemaba como el fuego y la otra le llenaba de suavidad el alma. Esta escena de las palomas quedó inmortalizada en el retablo de la catedral de León.

S. Froilán, retablo catedral de León
Foto de Rafael Cid:El milagro de las palomas, S. Froilán, retablo catedral de León

El milagro más conocido es el que tiene lugar cuando construyendo su primera ermita, ayudado por un borrico que pujaba las piedras a lo alto de la peña, se lo devora un lobo, S. Froilán monta en cólera reprendiendo duramente al hambriento animal y este avergonzado acepta las alforjas a su espalda y ayuda al Santo a terminar la iglesia.

El rey Alfonso III el Magno le pide que emprenda su tarea repobladora en las tierras recién conquistadas en Zamora y allí funda el Monasterio de Tábara, dúplice, es decir, que alojaba a monjes y monjas, aunque hacían vida separada. Froilán fue el abad, y Atilano el prior, Magio hizo famoso el scriptorium. Después funda otro monasterio dúplice en Moreruela, con 600 monjes.

El rey le llama esta vez para que sea obispo de León, pues el pueblo le reclama para la sede vacante. Él no quiere: “alegando que tenía hijos, y que no pasaba de ser un falso monje” Finalmente, es ordenado sacerdote y nombrado obispo de Léon, Atilano obispo de la recientemente reconquistada ciudad de Zamora y ambos continúan su apostolado en las nuevas tareas.

Froilán muere en el 905 y el rey le cede el enterramiento que para él mismo tenía dispuesto en la antigua catedral de León. Luego su cuerpo fue trasladado a Valcésar, a sus monasterios de Veseo, por temor a Almanzor, que efectivamente arrasó León. Allí subían los peregrinos a socorrerse en sus milagrosas reliquias hasta que el monasterio de Moreruela se lo apropió. Tras muchas pendencias las autoridades eclesiásticas ordenaron repartir las reliquias en 1181, entre León y Moreruela. Hoy en día, tras la ruina de Moreruela, puede honrársele en la arqueta de plata en el altar mayor de la catedral de León. La catedral guarda su memoria en el retablo, obra de Nicolás Francés de mediados del siglo XV. A pesar de que una parte importante de los tableros se desmontaron para simplificarlo según el gusto de la época, conservamos valiosas tablas, como el citado milagro de las palomas y su entrevista con el rey Alfonso III.

La fachada sur del templo catedralicio, mirando al palacio episcopal, está dedicada  a S. Froilán que se yergue sobre el hastial. Muestra en su pórtico escenas de la vida del santo y su muerte y en el registro inferior el traslado de sus reliquias desde el monasterio zamorano a la catedral legionense.

Ahora en el valle de Veseo no queda nada de tanta actividad. El Abad Gundisalvo, del monasterio de S. Julián que S. Froilán fundó en Veseo, le escribió una extensa carta explicándole la peregrinación a Santiago de la hermana del Rey Alfonso III, Leodegundia y de su esposo García, rey de Pamplona. En este documento que nosotros estudiamos para seguir la ruta del Viejo Camino de Santiago, se cita expresamente Ruitelán: “al pasar por Ruitelán vimos la ermita que Vos hiciera de joven, que cuidan y visitan” lo que confirma lo que algunos historiadores no dan aún por cierto.

Puente del Torío, S. Féliz de Villalfeide
Foto de Rafael Cid: Puente romano sobre el Torío, S. Feliz de Villalfeide

Seguimos nuestra ruta leyendo: 
“bajamos por Correcillas... anduvimos más y junto al puente de S. Feliz visitamos el monacato de Mataplana”

Aquí al lado está el conocido como puente viejo o puente romano. En los documentos antiguos aparece como puente de San Feliz, la referencia documental más importante es del siglo XIV en el “Libro de la Montería” de Alfonso XI, citado como el puente de Sanct Heltz”

Así hicimos y al llegar al casi arruinado puente romano sobre el río Torío contemplamos la ermita de S. Félix de Villalfeide, que es lo único que queda del citado Monacato.

Aún conserva elementos de época medieval aunque ha sufrido muchas modificaciones. Hay gran cantidad de marcas de canteros. Tiene una inscripción conmemorativa de una restauración de la iglesia, ya en el año 1216. Una vez en su interior contemplamos la pila de agua bendita, la bautismal y el retablo barroco, rodeado de unas pinturas al fresco muy deterioradas por la humedad.

Sorprenden las cabezas humanas que adornan los capiteles adosados a los muros laterales junto al retablo. El del capitel norte se tapa un ojo con la mano, otras dos cabezas llevan velos y la de la derecha cuernos. Pero lo más impresionante son las calaveras que como vigilantes desde la noche de los tiempos nos observan empotradas en la pared del lado norte del crucero.

Calaveras, ermita S. Féliz de Villalfeide
Foto de Rafael Cid: Calaveras, ermita S. Feliz de Villalfeide del desaparecido monasterio de Mataplana.

¡Calaveras vigilándonos, caras expresivas que intentan atraer nuestra atención y símbolos de canteros! ¿Qué mensaje están intentando transmitirnos? Recordé que el ojo único es el símbolo de la Conciencia Divina o como se dice ahora Consciencia Cósmica, también el ojo de Orus o el símbolo del Gran Arquitecto. El ojo representa la mente omnisciente de Dios, pero también simboliza al hombre que busca a la divinidad o la sabiduría.

¡Cuántas cosas para un sólo día! Decidimos descansar y refrescar nuestros acalorados pies en el río Torío y ver saltar las juguetonas truchas junto al puente. ¡Qué delicia!


11 S. Froilán

Os dejo aquí una foto de San Froilán, que hizo nuestro amigo de Rodanillo, David González Hernández, de un cuadro que se encuentra en Astorga y que cortésmente nos ha enviado:



Consultad para saber más:

Sobre San Froilán 


S. Froilán y Moreruela
Sobre Nicolás Francés y el retablo de la catedral de León 



Para conocer más Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León:

 
10 Dama Arintero
 Podéis leerlo más cómodamente pinchando aquí.

9 Valdepiélago





8 Porma y Curueño



Ved el artículo séptimo, Boñar: turismo termal desde la antigüedad

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Texto y fotos de  Rosa Fadón y Rafael Cid 


14 abril 2015

10 La Dama de Arintero, los freires templarios y más

10ªHistorias y Leyendas El Viejo Camino de Santiago en la provincia de León.
             
Los peregrinos del Viejo Camino de Santiago parten del río Curueño hacia el  Torío, hallando Damas Guerreras y descubrimientos sorprendentes.

Nos encontramos junto a las cristalinas aguas del río Curueño, hipnotizados con el espejear de los rayos del sol bajo el puente de Valdepiélago. Aún recordamos a los héroes guerreros de la semana pasada, Curueño y la bella Porma. No fue ella la única mujer atrevida y valiente que dieron estas tierras, siguiendo río arriba podríamos llegar al pueblo de Arintero, donde se origina la historia de la Dama de Arintero.
La Dama de Arintero fue una mujer que se disfrazó de varón para salvaguardar el honor de su casa durante las guerras de los Reyes Católicos.


Se trata de una mujer luchadora, que allá por el año de 1476  impresionó a cuantos la conocieron. Iba camino de una guerra de hombres en la que tenía que enrolarse disfrazada de varón, para salvaguardar el honor de la familia. Se llamaba Juana García pero como las mujeres no podían participar en las contiendas bélicas se cambió el nombre por el de Caballero Oliveros, la historia la inmortalizó como La Dama de Arintero.

Escudo de la Dama de Arintero
Foto de Rafael Cid: Escudo de la Dama de Arintero

El padre de la Dama, por su condición de hidalgo debía luchar en la guerra que los Reyes Católicos sostenían contra Juana La Beltraneja. No eran tiempos para dudar del lado de quién se estaba, pero él era anciano o sus fuerzas declinaban y no tenía hijo varón. A los ruegos de Juanita, aceptó que ella le sustituyera. El Caballero Oliveros lucha valientemente escondiendo su feminidad tanto en los combates como en los tiempos de sosiego, cuando los hombres frecuentan tabernas y mercados. Sin embargo, la leyenda cuenta que el capitán de la guardia, un caballero notable, se enamoró de ella.
Esto se canta en coplas que inundaron nuestros mercados en épocas pasadas, eran las "coplas de ciegos", pues ellos las cantaban y las vendían en pliegos de papel unidos por un cordel, por eso se llamaban "pliegos de cordel" y era la literatura al uso de la gente pobre, mientras las clases adineradas, reyes y nobles, disponían de "libros incunables" profusamente adornados con ilustraciones coloreadas o doradas que la imprenta empezaba a generar por Europa.

"Si queréis saber quien es
este valiente guerrero,
quitad las armas y véis
ser la Dama de Arintero.

Conoced los de Arintero
vuestra Dama tan hermosa,
pues que como caballero
fue con su rey valerosa".

En un caluroso día de verano cerca de Toro, en un lugar llamado Peleasgonzalo, cuando se encontraba lavando sus heridas después del duro combate, sus compañeros descubrieron su figura femenina y lo denunciaron al rey: -¡mujer hay en la guerra!- Dijeron. El rey Fernando una vez que la escuchó, premia su hidalguía, la licencia del ejército y la agasaja con prebendas para los habitantes de su casa y solar, pagando una generosa soldada. Al ser informada la reina le parece demasiado galardón y manda la guardia tras ella para arrebatarle los privilegios.

La historia tiene un final un poco triste: la dan alcance en la Cándana, pueblo que estaba en fiesta, donde ella decide retrasarse jugando a los bolos, no sin antes mandar noticia a su casa y enviar por sus criados los pergaminos de privilegios y sus pertenencias. Se enfrenta a sus perseguidores y la Dama muere ante la superioridad numérica de sus enemigos. ¿Sucedería así en la realidad? Yo prefiero pensar que el gallardo capitán de la guardia lucha a su favor en la pelea, consiguiendo huir juntos y felices.

Camino a Arintero
Foto de Rafael Cid: Camino a Arintero

El tema de la mujer guerrera disfrazada de hombre ha proliferado en la literatura y en el cine, últimamente hemos visto la película Mulán, de dibujos animados. Aunque en nuestros días ya no es necesario disfrazarse, porque las mujeres hemos llegado a ocupar los tradicionales puestos de hombres en todos los oficios y también en el ejército.

En estas estábamos cuando llegaron unos peregrinos que nos pidieron que les acompañáramos por el Viejo Camino de Santiago. Eso nos liberó del “pozo” o “Val-de-piélago” en el que tras el laberinto de la jornada anterior nos habíamos retardado, como sucede en el Peregrino Juego de la Oca. Con ellos subimos Por la Bérbula y Morquera hasta Valcésar a visitar la ermita de San Froilán y recordamos el relato de la peregrinación de Leodegundia:
“fueron hasta Dotes junto a la Peña Galicia donde les esperaban los de Covatuerta, Santa Eugenia y Aviados con sus pendones” (pág. 25)
Efectivamente en la parte superior del río de los Molinos existió un pueblo  junto a la abadía de San Pedro de Cavatuerta, en el valle del mismo nombre, entre las montañas de Aviados y Correcillas. Esta abadía fue muy citada en documentos del Siglo X, por donaciones y compraventas, la primera cita del año 963. Según Madoz, fue luego un monasterio templario.

Senda a Cavatuerta
Foto de Rafael Cid: Senda a Cavatuerta

Una vez desaparecida la abadía, se siguió manteniendo el título de abad al que iban ligadas numerosas posesiones. Por esta razón Don Ramiro Núñez de Guzmán, Señor de Aviados en el Siglo XVI pretendió el derecho a nombrar abad, ya que esto le daba la posibilidad de adjudicar limpiamente a su favorecido las numerosas posesiones de la inexistente abadía.

Cavatuerta es un lugar entre las montañas de Aviados y Correcillas, donde antiguamente hubo un monasterio.

Cavatuerta es un lugar poco conocido de nuestra provincia, sin embargo su historia es muy interesante a nuestro juicio, por tres razones. La primera, porque se cree que ha dado origen a la Casa y apellido “Iglesias o de la Iglesia”, nombradía de tiempos muy antiguos: Se considera como progenitor del linaje a un caballero llamado Alvar, un esforzado guerrero que allá por los años 725, en los tiempos del  invicto don Pelayo, ante el ataque de los musulmanes que lo perseguían, se hizo fuerte en una iglesia o ermita, posteriormente llamada San Pedro de Cavatuenta y con sólo ciento cincuenta hombres aguantó las embestidas de más de cinco mil enemigos, defendiéndola con tal ardor, que dio muerte a más de dos mil enemigos.

La segunda porque hubo templarios por aquí. Nos preguntamos ¿Qué andarían buscando, fuerzas de la naturaleza, metales o minerales? En los alrededores hay varias cuevas o “Cavas” ¿habrá algún túnel torcido cuya reminiscencia quede en la palabra “Tuerta”, que significa torcida? ¿La traducción del topónimo o de la antigua iglesia, nos daría pie a pensar en una piedra o dolmen, venerada por los antiguos dentro de una cueva? La cueva del Gobio que se encuentra por los alrededores ¿puede significar un lugar con un retén de soldados en tiempos de los romanos, puesto que la palabra Gobio o gobia significaba grupo armado? ¿siguiendo huellas romanas habrían tratado de reutilizar venas minerales?

Cumbres y bosques
Foto de Rafael Cid: Cumbres y bosques

Cerca de la llana de San Pedro, cuyo nombre era el patronímico de la abadía, existió una explotación en la que se buscó uranio en los años 70.
Al explorar el lugar, inmerso en la  soledad, rodeado de exuberante vegetación, parecía imposible que allí, junto a los muros del ahora inexistente monasterio, se hubieran desarrollado batallas medievales y turbias maniobras políticas, cuyos recuerdos se esconden en legajos sombríos. Me sorprendí cuando me corroboraron que en ese lugar existió una mina de uranio y efectivamente yo había oído hablar en los años setenta de una veta de uranio, que iba desde Cistierna hasta la Robla... De regreso a casa lo comprobamos en internet a través de la hemeroteca del diario El País de 28 de marzo de 1981 y en la página oficial del Valle de Sabero:  http://valledesabero.webhispana.net/uranio.htm   que confirmó información tan sorprendente. Nosotros pobres peregrinos, encontramos estas cosas en el Camino y no salimos de nuestro asombro, que cada cual saque sus propias conclusiones...

Consultad la bibliografía para saber más:

Maximiliano González Flórez, La montaña de los Argüellos

Matías Diez Alonso, Mitos y leyendas de la tierra leonesa

 Javier Tomé, La Dama de Arintero



10 Dama Arintero

Para conocer más Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León:

9 Valdepiélago





8 Porma y Curueño



Ved el artículo séptimo, Boñar: turismo termal desde la antigüedad

7 Boñar.jpg


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Texto y fotos de  Rosa Fadón y Rafael Cid 



08 abril 2015

9ª Valdepiélago y San Froilán en el Viejo Camino de Santiago por la provincia de León

9ª Historias y Leyendas El Viejo Camino de Santiago en la provincia de León.

Vivimos una jornada como si estuviéramos en el Laberinto del peregrino Juego de la Oca. En este 9º artículo los peregrinos salen de Valdepiélago por un camino equivocado y regresan de nuevo para encontrar a San Froilán, cuyos restos reposaron en Valcésar, junto a la Valdorria y Valdepiélago. Así también han caminado en busca del santo los peregrinos que nos han precedido en los pasados siglos como queda dicho en los libros que aquí se comentan.
Dejamos nuestra  crónica anterior junto a las ruinas del castillo del Curueño. Parece ser que el mítico Almanzor lo atacó, pero no pudo apresarlo y se salvó al igual que el de Gordón, junto al que pronto pasaremos continuando nuestra ruta del Viejo Camino de Santiago. Sin embargo el fragor de esta batalla quedó grabada en el subconsciente colectivo de tal forma que aún hoy se cuenta el diálogo entre el jefe agareno llamado “Mun el Tuerto” que pedía a gritos la rendición del alcaide: ¿cedes? Este le respondía a pleno pulmón: ¡No cedo, no cedo! Fijaos que muy próximos tenemos dos pueblos, cuyos nombres, Montuerto y Nocedo, rememoran esta leyenda. El moro Mun el Tuerto y su gente regresaban vencidos, lamentándose de esta manera: “Aviados vamos por este Campo Hermoso por donde cantan las aVecillas.” Hoy sin miedo a las batallas, los peregrinos podemos transitar por los bucólicos pueblos no sólo de Nocedo y Montuerto, sino también por Aviados, Campo Hermoso y la Vecilla.

Los moros derrotados decían: “Aviados vamos por este Campo Hermoso, por donde cantan las aVecillas.”
El paisaje es hermoso realmente, los pajarillos cantan y nosotros seguíamos las típicas flechas amarillas por la carretera que nos llevaba en dirección a la Robla cuando ¡de repente! comenzamos a sospechar que algo fallaba. Imposible seguir sin visitar la ermita de nuestro patrono San Froilán en la Valdorria  y el Valcésar, en cuyo anchuroso valle escondido, el Santo había dirigido la repoblación en tiempos de Alfonso III. Consultamos el mapa que editó la Federación de Asociaciones de Caminos de Santiago que, efectivamente marcaba la etapa por carretera, así que aparentemente íbamos por buen camino. Paramos a consultar los libros que a modo de cuaderno de bitácora llevamos en nuestra  mochila.

Libro del Vexu Kamin
Foto de Rafael Cid: Libro del Vexu Kamin

Sacamos el libro Vexu Kamin, de Julián González, que recoge un Documento, que fue escrito en latín, en el año 902. Es la carta que escribe el abad Gundisalvo, del desaparecido monasterio de Viseo, próximo a la Valdorria, a su fundador San Froilán y se tradujo a “la lengua de aquí” por el monje Valerio en el año 1002.  Narra la peregrinación a Santiago, del cortejo real de Leodegundia, hermana del rey Alfonso III el Magno, casada con García rey de Pamplona, desde donde inician la peregrinación. El texto va puntualizando la ruta y las curiosidades del viaje, como un predecesor del Códice Calixtino.
 Dice el Documento al llegar a Valdepiélago:
 “Por el valle del Piélago… por la Bérbula (la Mata de) y Morquera (la Peña) fueron a nuestro Valcésar  y me dijeron haber visitado la ermita que vos hizo (la Valdorria)…”
Estaba claro que el trazado histórico lo habíamos perdido en Valdepiélago. Cuando me dispuse a “desfacer el entuerto” avisando que el Viejo Camino de Santiago por la montaña de León no pasaba por donde decía el mapa de rutas peregrinas ¡Me ofrecieron marcarlo como ruta alternativa¡ ¡Ay, Si los viejos autores leoneses levantaran la cabeza! Pues es cierto que el peregrino elige su ruta, pero no debería haber dos, una ruta histórica que cruza León por las antiguas vías romanas y otra que para facilitar el trayecto hasta Santiago, viene por las asfaltadas carreteras.

El Documento del año 902 no es la única prueba del trazado histórico, veremos estos libros que nos demostrarán que el Viejo Camino de Santiago corre el peligro de convertirse en un camino olvidado si no tenemos en cuenta el legado que los que nos precedieron aportaron. ¡Despertad Instituciones, Asociaciones de Peregrinos y Ayuntamientos implicados¡

Río Curueño en Valdepiélago
Foto de Rafael Cid: Río Curueño en Valdepiélago

Ved el libro “La historia de la Montaña de Boñar,  escrita por don Pedro Alba, párroco de Valdesaz de los Oteros en 1863”, que así se titula al gusto de la época. Reeditado en 2001 por Ediciones Leonesas. Yo, ensimismado por lo bien que me lo pasé en su día al leerlo, el libro se me resbaló de las manos quedando abierto oportunamente por la página 57 que dice:
“venía otro camino menos principal, pero tal vez más usado en tiempo de calores, al par de Guzpeña, cortando desde Puente del Muey a Mercadillo,(Cistierna) Arrimadas, Boñar, Valdepiélago, etc.  Cuya dirección hemos visto llevar en nuestros días (1.863) a los peregrinos y se colige que la llevaban de antiguo…”
Sí, el camino llegaba a Valdepiélago para seguir al valle de Valcésar por la Mata de la Bérbula por la calzada romana, luego a la Valdorria para venerar los restos de San Froilán, pues aunque el rey le dio sepultura en la catedral de León de la que fue obispo, cuando León iba a ser tomada por Almanzor, lo que ocurrió en el año 998, se trasladaron sus santas reliquias al Monasterio de San Juan, que él había fundado en Valcésar  próximo a la Valdorria, Ayuntamiento de Valdepiélago y allí permanecieron durante muchos años, hasta que volvieron a la catedral legionense y parte de ellas se veneraron en Moreruela, tal era la devoción que el santo aglutinaba en todo el reino de León.

De Valdepiélago a la Mata de la Bérbula
Foto de Rafael Cid: De Valdepiélago a la Mata de la Bérbula

Siguiendo los testimonios de otros historiadores leoneses abrimos el libro de “La ribera del Torio”  Editado por Celarayn y escrito por Maximiliano González Flórez en 1982. Este gran conocedor de la montaña leonesa nos dice: 
“La ermita que hoy sustituye a la cueva de san Froilán es de un estilo muy sencillo…sobre el arco de la entrada hay un escudo heráldico que lleva la imagen de Santiago Apóstol en plan acometida guerrera. Este santo tenía que presidir las rutas de peregrinación y por Valdorria pasaban miles de peregrinos que veneraban a San Froilán y proseguían después hacia el Camino de Santiago” (pág. 225)“Entre otras rutas peregrinantes se habla de una que venía desde Puente Almuhey pasando por Boñar, donde había un hospital de peregrinos. Seguía hasta Valdepiélago con dos direcciones (Observad que nada se dice de la Vecilla a la Robla etc.) una llegaba hasta Nocedo para subir por la difícil senda que conduce a Valdorria. Otra se desviaba desde Valdepiélago por la Mata de la Bérbula para llegar a los lugares de veneración...Después de cumplir la visita, proseguían por Correcillas para pasar el Torio por el puente de Villalfeide. Seguían por el valle de Coladilla a Villar del Puerto para incorporarse por el camino de la Tercia en la Vid” (pág. 226)
Un documento muy citado, titulado “El primitivo camino de peregrinación por las montañas leonesas” publicado en Cuadernos de Estudios Gallegos, fasc. XL, año 1958 por el arqueólogo e historiador José María Luengo, dice:
“El camino leonés de la montaña comenzaba en Puente Almuhey, pasaba el Cea, siguiendo por Mercadillo; cruzaba el Esla para encaminarse a Barrillos de las Arrimadas – Donde hubo posteriormente residencia de Templarios, lo que confirma no haberse perdido en dicha época el uso de este camino—y desde allí subía hasta Boñar, en cuyo punto existe un gran puente sobre el Porma. Una prueba más de la permanencia de esta ruta jacobea, aún en pleno siglo XIII…El camino para Galicia seguía por la orilla derecha del río Porma pasando por un pueblo hoy desaparecido, que se denominaba San Julián desde donde se dirigía a Valdepiélago para cruzar el río Curueño, por un puente que hoy subsiste, notablemente reformado y seguía por Villalfeide, salvando allí el río Torio”.

San Froilán en la iglesia de Valdepiélago
Foto de Rafael Cid: San Froilán en la iglesia de Valdepiélago

El Viejo Camino de la Montaña es recordado por historiadores, arqueólogos o simples peregrinos.
Como veis el “Viejo Camino de la Montaña” no es un camino olvidado por todos, a lo largo del tiempo, lo recuerdan historiadores, arqueólogos o simples peregrinos curiosos como nosotros. Así que, ¡a seguir la huella que nos ha dejado Leodegundia! si queréis hacer nuestra ruta y coincidir con los testimonios históricos que nuestros mayores han dejado en nuestras manos y ahora en las vuestras...

Con la conocida frase: “Del laberinto al treinta” nos castiga “el peregrino Juego de la Oca” y nosotros tenemos que desandar parte del camino, con el mal sabor de boca por tener que disentir con personas que aprecias y que son tus compañeros y amigos, para regresar a Valdepiélago. (Piélago=pozo en el río) Pozo del juego... y esperaremos hasta que otros peregrinos lleguen y nos saquen del pozo


9 Valdepiélago

Para saber más Consultad la bibliografía citada:

"Vexu Kamin", de Julián González Prieto, 2004
“La historia de la Montaña de Boñar" de Pedro Alba, 1.863
“La ribera del Torío”  por Maximiliano González Flórez, Ed. Celarayn, 1982
“El primitivo camino de peregrinación por las montañas leonesas” de José María Luengo, 1958.


Para conocer más Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León:

8 Porma y Curueño



Ved el artículo séptimo, Boñar: turismo termal desde la antigüedad

7 Boñar.jpg




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Texto y fotos de  Rosa Fadón y Rafael Cid









01 abril 2015

8ª Porma y Curueño “De puente a puente y sigo porque me lleva la corriente"

8ª Historias y Leyendas El Viejo Camino de Santiago en la provincia de León: 

Los peregrinos hemos recorrido el Viejo Camino de Santiago esta semana entre Boñar y Valdepiélago y hemos conocido la Historia de Porma y Curueño: Vamos del río Porma al río Curueño, cantando aquello...“De puente a puente y sigo porque me lleva la corriente”


PuenteViejo, río Porma

Los peregrinos continuamos la andadura por las montañas de León, saliendo de Boñar por el Puente Viejo sobre el río Porma y admirándonos de tantas historias y leyendas como encierra esta antigua ruta medieval. Enseguida nos encontramos  con la localidad de  Barrio de las Ollas. Barrio=aldea adjunta a una población más importante. Ollas=oficio de alfareros al que se dedicaban las gentes que aquí vivían (¡Ojo! Una leyenda local dice que en un viejo caserón, hoy restaurado, se encontraron unas ollas llenas de monedas de oro).  Decidimos por unanimidad que esa definición era la que más nos gustaba y seguimos caminando poniendo como meta otro río, el Curueño y otro puente para atravesarlo, el de Valdepiélago.

Llegamos a Ranedo de Curueño, pasando junto a la ermita recientemente restaurada de San Roque, el Santo peregrino al que nos referimos al llegar a Boñar. Caminamos ensimismados con la belleza del paisaje y poco a poco va creciendo en nosotros una sensación de paz que agudiza los sentidos, resaltando los sonidos que nos rodean. Cuando el escritor Julio Llamazares andaba por estos caminos, a punto de alcanzar esta localidad refiere:
“Un camino de carros solitario y minúsculo avanza entre zarzales y praderas en las que ahora están cantando todos los pájaros del mundo” 
Nosotros también disfrutamos de sus cánticos, así que escuchamos hasta que los trinos se confundieron con el ¡kikirikiii! de unos gallos que picoteaban libres por una huerta junto al camino.

En toda la ribera del Curueño son famosos los gallos, por el brillo de sus plumas que se utilizan como anzuelos en el arte de la pesca

gallos del Curueño

Hubo uno llamado  Willy que alcanzó gran notoriedad ¡Jugando al fútbol con los niños del pueblo! que se quedaban extasiados viendo sus evoluciones con el balón. No sólo los pequeños se interesaron por sus destrezas con el esférico, sino también los medios de comunicación leoneses se hicieron eco de sus hazañas. No sabemos qué fue de Willy pero los sones de varios gallos elegantes y arrogantes nos acompañaron un gran trecho del camino.

¿Recordáis cuando, en otras ocasiones os hablamos del Juego de la Oca, tan querido por los peregrinos medievales? Sí, ese de “puente a puente” pues ahora nos toca ir desde el río Porma al Curueño y que mejor forma de recorrer el camino, que hacerlo entretenidos con la narración de una hermosa historia.

Hay un  libro del siglo XVI, llamado "El León de España", de Pedro Vecilla Castellanos. El autor procede de la Vecilla y es un amante de León. En él se nos cuenta la historia del reino de León y su importancia como fundamento de la formación de España. Aparecen los montañeses en lucha contra los romanos y entonces se habla de dos jóvenes prerromanos, la bella Porma y el aguerrido  Curueño,  ahora transformados gracias a los poderes mágicos de las janas en los ríos que corren por esta zona, la que nosotros ahora pisamos.

El León de España

Porma y Curueño son dos jóvenes que habitaban estas tierras montañesas antes de la llegada de los romanos y que mueren luchando por la libertad. 
Pedro Vecilla es el creador de esta obra épica escrita en octavas reales, donde se nos narra como la bella Porma es raptada por Curueño la víspera de sus esponsales con Canseco.  Se inician una serie de escapadas y luchas entre los protagonistas hispanos, entonces se dan cuenta de que el verdadero enemigo por el que debían pelear es por el invasor romano. El aguerrido Curueño pelea también para liberar a sus gentes del yugo de Roma. Porma se une a la pelea temiendo la muerte de su prometido Canseco, vestida de brava guerrera:

De pieles de león el cuerpo bello
En vez de rica ropa se vestía
Coronando las sienes el cabello
Con un morrión de tigre se cubría
Echó un cosido escudo al terso cuello
Y con serdosa banda se cernía
Y el calzado es la piel de un lobo pardo
Apretando en la diestra agudo dardo.

Piden ayuda a otros héroes como Getino y luchan bravamente. No pudo ser y al final todos mueren en la sangrienta refriega como si de una tragedia griega se tratase. Los cuerpos alejados de Porma y de Curueño, sólo convirtiéndose en ríos pudieron juntarse. Ahora el río Porma recibe al río Curueño al encontrarse en  Ambasaguas, pueblo cercano al Barrio de Nuestra Señora. Otros héroes de la historia permanecen inmortalizados en los nombres de los pueblos y topónimos como Canseco, Getino, Arbás o Tolibia.

El libro de "El León de España", fue muy famoso en su época y D. Quijote lo tuvo en su biblioteca, pero se fue al fuego en un apresuramiento, porque no llegó a ser visto por el cura ni el barbero, que sin duda le hubieran salvado de las llamas, como puntualiza Cervantes en su obra inmortal.

Cervantes en el Quijote, en el cápítulo 7º de la primera lo expresa así:
"Por acudir a este ruido y estruendo, no se pasó adelante en el escrutinio de los demás libros que quedaban; y así, se cree que fueron al fuego, sin ser vistos ni oídos, La Carolea (de Jerónimo Sampere –Valencia 156– que trata de las victorias del emperador Carlos ) y León de España (de Pedro Vecilla Castellanos –Salamanca 1586– sobre el mismo tema), con Los Hechos del Emperador, compuestos por don Luís Ávila, que, sin duda, debían de estar entre los que quedaban, y quizá si el cura los viera, no pasaran por tan rigurosa sentencia".
Verdaderamente sorprende la erudición de Cervantes, conocedor de tantas  características  del antiguo reino de León, que trascienden en su obra, como mostrando un cariño especial a esta tierra. Quizá sea debido, como él mismo dice por boca del personaje del Cautivo, porque nació o tuvo su origen "en las montañas de León" y una buena parte de los investigadores cervantistas sugieren que el autor del Quijote efectivamente procedía de las montañas de León.

La tragedia de Porma y Curueño es conocida también por Lope de Vega, que la recrea en su comedia “La amistad pagada” llamada también “la Montañesa” haciendo intervenir a nuestro héroe Curueño atacando el campamento romano con los bravos montañeses, en una nueva trama en la que todos compiten por demostrar su bravura.

Ya en nuestros días le sirve de base a José Antonio Llamas Fernández no sólo para el estudio “Las Montañas de León en el Quijote de Cervantes” sino también para la elaboración de la obra “La Bella Polma” que fue editada y estrenada en teatro en León.

Laurentino-César Lòpez Sánchez, escribió una versión en la que el amor de los protagonistas impera sobre el espíritu heroico de la obra original, la versión que más se conoce.

Otro enamorado de esta tierra, con casa familiar en la Mata de la Bérbula, es el escritor Julio Llamazares, que también ha divulgado la historia de Porma y Curueño. Se inspiró en este pueblo y en los otros de la Encartación del Curueño, para escribir su libro “El río del Olvido” donde también nos cuenta la leyenda.  No es extraño encontrase con él cuando caminamos por estos lugares , ya que Julio vivió aquí en compañía de sus padres y aún conserva su casa familiar a la que acude a menudo, para darse un baño de inspiración literaria.

Castillo de Curueño sobre Nocedo

Hoy en el valle del Curueño sólo se respira tranquilidad unida a un ligero toque de nostalgia por los tiempos pasados. Mientras contemplamos las ruinas del castillo de Arbolio, pinado sobre el río Curueño, que algunos llaman Castillo de Curueño, todas estas historias nos dan vueltas en la cabeza y aún más, pues también se observan sobre él las ruinas de la iglesia de La Virgen So el Castillo que tiene su leyenda.

Dicen que unos pastorcillos encontraron una imagen en los alrededores del Castillo y la llevaron a la iglesia parroquial de Nocedo. Al día siguiente había desaparecido y sólo la encontraron en el lugar dónde la habían hallado la víspera. Quisieron trasladarla de nuevo a Nocedo, pero la imagen se hizo tan pesada que no tuvieron más remedio que edificarle una iglesia junto al Castillo. Ni que decir tiene, que hoy en día ante la ruina de iglesia y Castillo, la Virgen se ha conformado con ser venerada en la iglesia de Montuerto.


Para saber más Consultad la bibliografía citada:

"El León de España" de Pedro Vecilla Castellanos
“La amistad pagada” de Lope de Vega
“Las Montañas de León en el Quijote de Cervantes” de José Antonio Llamas Fernández
“El río del Olvido” de Julio Llamazares
"Vegaquemada" de Laurentino-César Lòpez Sánchez

También las URL:
http://rsas0010.blogspot.com.es/2013/09/el-viejo-camino-de-bonar-valdepielago.html
http://www.jccanalda.es/jccanalda_doc/jccanalda_alcala/artic-alcala/artic-ssnn/matalariba.htm



8 Porma y Curueño



Para conocer más Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León:
 

Ved el artículo séptimo, Boñar: turismo termal desde la antigüedad

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Texto y fotos de  Rosa Fadón y Rafael Cid