20 febrero 2006

El canal de Castilla

Salimos de excursión con el interés de conocer El Canal de Castilla, camino de agua, que sirvió para transportar el cereal y otros productos del interior, hasta las proximidades de Santander, punto de la costa desde el que, fácilmente podían competir con otros bienes de la península o fuera de ella.

Llegamos a Osorno, donde formamos dos grupos. Unos iniciaban una ruta de senderismo por los caminos de sirga, paralelos al canal, por los que en la época circulaban las mulas que arrastraban las barcas que subían o bajaban por él. Otros continuamos hasta el inicio del Canal del Norte. Recibiríamos información sobre la historia del canal desde tres ciudades representativas.

Iniciamos la visita en Alar del Rey, junto al río Pisuerga, frente al monumento al piragüísta, que celebra el descenso anual del río. Eva, nuestra guía, dio explicaciones de los tres ramales que unen esta localidad con Valladolid y Medina de Rioseco.

patos

El canal es una importante obra de ingeniería, recorre 207 km., salvando un desnivel de 150 m. Iniciada en 1751, por el rey Fernando VI, a instancias del marqués de la Ensenada, en la que participaron hombres anónimos, ingenieros y políticos durante cien años y sirvió como tal otros cien años, hasta que las comunicaciones por ferrocarril se popularizaron.
En la actualidad constituye una importante arteria de regadío que nutre más de 23.000 hectáreas. Los terrenos colindantes de titularidad estatal eran y son aprovechados para pastoreo, con lo que la industria de quesos sigue gozando de merecida fama.
La ciudad de Alar del Rey fue creada por el canal, que aquí nace, tomando un brazo del río Pisuerga. Tiene un pequeño embalse, o zona de retención y en el soto limítrofe han preparado un parque, con sus barbacoas salpicadas por las amarillas hojas de los chopos otoñales, mientras los patos se deslizan entre rumores de agua en la orilla..Caminamos un poco hasta la obra de retención. Formada por dos torretas de buena piedra sillar de arenisca rojiza, dentro se ubica la maquinaria para accionar las portillas que regulan el caudal de agua y el mantenimiento del nivel adecuado. Entre ellas está la compuerta de contención.
Paseamos contemplando las casas de aspecto industrial más que aldeano y la iglesia con los signos de la época de la Ilustración. Nos acercamos a la estación del ferrocarril, una de las primeras líneas españolas, símbolo del progreso y fin del canal, cuyas vías se cruzan en nuestro camino hacia la dársena. En torno a este dique aún pueden verse las argollas de amarre de las barcas, los edificios de almacenes, y otros, entre los que se citan los que servían de alojamiento a los presos, que en un momento de escasez económica sirvieron como mano de obra en las tareas del canal.

Canal de Castilla

El canal dio vida a numerosos establecimientos industriales aprovechando la fuerza motriz de los saltos de las esclusas, así abundaron los molinos harineros y de papel, batanes de paños de lana, de ante, curtidos y establecimientos metalúrgicos. Más tarde se instalaron centrales eléctricas en los mismos edificios de molinos o fábricas, para su propio abastecimiento y para el de las poblaciones próximas. También sirvieron sus aguas para el riego, instalándose arquetas de toma de agua para acequias y pequeños canales. Algunas arquetas lucen como monumentos a lo largo del recorrido.

Dársena

El autobús nos llevó a Herrera de Pisuerga. Posee un Aula Arqueológica que muestra con precisión su pasado histórico. Población vetona, fue asentamiento de la legión IV Macedónica y de la muralla se conserva la gran puerta renacentista. Asentada entre los ríos Pisuerga y Burejo, se alza sobre un cerro en cuyo alto señorea una plaza de toros, donde antes se ubicaba el castillo. Su abolengo señorial se refleja en varias casas con escudos nobles. Paseando llegamos junto a la ermita de La Piedad, al gran parque otoñal, donde una colección de exóticos pajaritos nos miran indolentes desde el otro lado de la alambrada. El monumento al cangrejo, típico de esta villa, nos hizo recordar tiempos de pesca y trajo a nuestra mente la sabrosa comida que nos esperaba en Frómista... Era preciso dejar para otra ocasión la famosa presa de S. Andrés, y el Centro de Interpretación del Canal ubicado en una de las casas próximas al mismo. También los paseos en barca, que allí se organizan, nos servirían de reclamo para repetir la excursión en cuanto pudiésemos.

Y llegamos a Frómista, era la estrella de nuestra ruta, por sus impresionantes esclusas.
Antiguamente conseguían elevar el nivel del agua en los tramos de desnivel, según los modelos mitra, diseñados por Leonardo da Vinci y que luego se desarrollarían en el Canal de Suez. A lo largo del canal hay 50, la mayoría ovaladas, que permitía una mejor maniobrabilidad de dos barcazas. Hay que ponerle imaginación porque hoy en día carecen de las necesarias compuertas y, el supuesto paso de barcas está impedido por las presillas de hormigón que dirigen el riego, modificando totalmente la fisonomía de tan singulares construcciones.

Exclusa en Frómista

Desde aquí caminamos al restaurante y por la tarde visitamos la famosa Iglesia románica de S. Martín. La belleza y pulcritud de este modelo de arte románico, que contemplamos desde niños en libros de texto, se ofrecía a nuestros ojos desde todas las perspectivas y queríamos captarla con la cámara fotográfica; por eso la rodeamos y la encuadramos desde las distintas plazas que la circundan. Los canecillos de todos los aleros intensificaban con sus luces y sombras las grecas de ajedrezados que partían los muros en distintas alturas y seguían las líneas de medio punto de los arcos de las ventanas. Las dos torres cilíndricas, que flanquean la fachada principal confieren al edificio un aspecto defensivo y la iglesia parece acogerse dentro de ellas como en un intento de protegerse. En el interior admiramos los numerosos capiteles historiados y conocimos detalles de la restauración del templo, una de las primeras basadas en criterios científicos, que ahora se conmemora.
Luego nos despedimos de los amigos y nos respanchigamos en nuestros asientos hasta que el autobús nos dejó en casa.
Para saber más:
El arte en el canal: http://www.turwl.com/alar/arte.htm
Enlaces del canal de Castilla y de otros canales del resto del mundo: http://www.geocities.com/royales2000/enlaces.html

08 febrero 2006

Amigos en Guitiriz

Jesús Martín & Rafa

Siempre me ha gustado el ambiente tranquilo y relajado de los balnearios, por eso cuando UCECA propuso la excursión a Guitiriz lo primero que hice fue interesarme y visitar en internet la página. www.guitiriz.com/de/lamari/teveo.htm Muy completa, con datos históricos, artísticos, rutas de senderismo... Soñé entonces con hacer una escapada por "sete muiños" y perderme entre el murmullo del agua de los ríos o pasear por las calles de Guitiriz, la antigua Witerici o Viterico, llamada así en honor del rey suevo fundador de la villa en el siglo VI.
Pero... Dice el refrán que el hombre propone y Dios dispone, tuve que conformarme con visitarlo solamente en internet, en su página www.hesperia-balneariodeguitiriz.com y hacer un recorrido virtual por sus instalaciones.
Allí decía que fue reinaugurado en junio de 2003 con el nombre que tuvo en su inauguración del año 1908: Gran Hotel Balneario de Guitiriz, uno de los mejores de Galicia. Las propiedades curativas de las aguas de San Juan de Langostelle, ya se conocían de antiguo para curar enfermedades del hígado, aparato digestivo,, hipercolesterolemia, diabetes, dermatología...En fin, D. José Lázaro, médico cirujano del Hospital de Santiago recomendó estas aguas con fines terapéuticos allá por el año 1850.

Y me dijo un pajarín que:
"Las instalaciones del balneario son modernas y limpias. El entorno muy agradable para darse unos buenos paseos.
En cuanto a las aguas del balneario los tratamientos especiales que ofrecían, algas, masajes, lodos, por los comentarios que se oían, merecían la pena y solamente por el disfrute de las piscinas, con todo tipo de chorros, merece la pena desplazarse hasta este hermoso lugar.
Hablando de gastronomía, en Guitiriz son famosas las tortas de maíz por su calidad artesana.
El Sábado por la tarde, y con el inconveniente de la lluvia, que cayó con ganas y deslució la visita, parte del grupo se desplazó a Lugo, donde se pudo disfrutar de su zona monumental, ceñida por las murallas.
Un pequeño inconveniente para los amigos futboleros, fue que, en el Hotel, no hubo posibilidad de presenciar el partido Madrid-Barcelona, pues no conectaron con la cadena que realizó la transmisión. El desplazamiento al pueblo, distante unos dos kilómetros y por un camino sin ninguna iluminación en una noche bastante cerrada, se hacia poco menos que intransitable, no obstante, hubo alguno o alguna que corrió el riesgo para presenciarlo.
Los pocos ratos libres, se pasaban jugando una partida a las cartas, al billar, leyendo algún libro o periódico o bien paseando, disfrutando de una buena charla sobre las peripecias del día, vamos, agradablemente, como siempre."