30 septiembre 2013

Valdepiélago a S. Feliz de Villalfeide, Viejo Camino de Santiago

Continuamos nuestra andadura peregrina por el Viejo Camino de Santiago o Camino Olvidado de la montaña, después de reponer fuerzas en Valdepiélago.

Lo hacemos a sabiendas de que en esta ocasión se trata de un tramo muy duro, pues aunque en el siglo X toda esta montaña era el centro devocional de S. Froilán, que convocaba a multitudes y representaba el poder de los reyes cristianos frente al Islam, hoy en día se encuentra despoblado, las calzadas romanas y sus puentes y fuentes se van perdiendo poco a poco. Sólo nuestro afán peregrino y de aventura nos empuja a ponerlo de nuevo en valor y soportar las dificultades con entereza.

Personalmente, ya había hecho esta ruta en otras ocasiones. En una de ellas, la marcha se llamaba “El collado de los maquis”.

Grupo en Peña Morquera al fondo Peña Valdorria

En la otra ocasión la nombraron "El castro prerromano de Peña Morquera". Ambas acepciones se adecuaban a la realidad, sólo que dependiendo de las modas intelectuales y la época de la visita.

Pero nunca se me ocurrió hacer un recorrido tan largo como la etapa que han programado mis compañeros para esta ocasión, pues de Boñar a S. Feliz de Villalfeide, se acumula tanta historia, con sus importantes hitos geográficos, castros, picos, valles, despoblados y poblaciones, que ineludiblemente se pasarán de largo y la dura caminata podría impedirnos disfrutar plenamente de las bellezas del paisaje, lo cual es una pena, pues es realmente hermoso.

Viejo Camino de Santiago

A un kilómetro escaso de Valdepiélago nos encontramos con la Mata de la Bérbula. Yo tomé la dirección de la plaza del pueblo. Quería visitar de nuevo esta aldea que se conoce coloquialmente como “la Matica”. Después de pasar junto a su Iglesia dedicada a San Bartolomé, nos topamos con una casa que luce un escudo. Las guías al uso nos dicen que perteneció a Joan González Canseco, escribano de este lugar en 1591 y juez de la Encartación del Curueño en 1598, casado con María Robles.

Viejo Camino de Santiago

Detrás de las escuelas comienza el camino que lleva a la boca de una mina, que no se explota en la actualidad. Al no haber minería ni agricultura, han disminuido mucho los habitantes del pueblo. Sin embargo, el visitante ocasional puede quedar sorprendido al encontrarse frente a frente con Julio Llamazares, que se inspiró en este pueblo y en los otros de la Encartación del Curueño, para escribir su libro “El río del Olvido”. No es extraño, ya que Julio vivió aquí en compañía de sus padres y aún conserva su casa familiar a la que acude a menudo con sus amigos, para darse un baño de inspiración literaria.

Me cruzo luego con unos montañeros que vienen en dirección contraria a la que vamos a tomar nosotros, nos saludamos y me piden que devuelva un gran mastín que les ha acompañado desde Correcillas.

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Yo lo acaricio y le digo por señas que haga el favor de seguirme, pero dudo que el perro esté por la labor, dado lo avanzado de la hora y el calor que empieza a apretar.

Fijo mi atención en un papel gris, que tiene el perro bajo su “pataza”. Una extraña curiosidad hace que lo recoja y comience a leer.

Quedé muy sorprendido pues comienza así:
Karta desde el cielo, del abad Gundisalvo, discípulo de Pai Frolanus, a los peregrinos del Vexu Kamin.

Queridos hijos en Cristo que estáis recorriendo el Viejo Camino Olvidado: Hasta el cielo ha llegado el eco de vuestros lamentos: Que si es un camino muy largo, que se ha programado una ruta muy dura, que si la comitiva no pudo pasar por este sitio tan difícil y abandonado de la mano de Dios…
Pues sí, yo mismo escribí en latín el siguiente texto:
“Por la Berbula y Morquera fueron a vuestro Valdecesar y me dijeron haber visitado la ermita que vos hizo y fueron con ellos hasta Dotes junto a la Peña Galicia donde estaban los de Covatuerta con sus pendones y allí les regalaron quesos que ellos hacen los rabadanes y pastores que por allí tienen sus majadas."
¡Ay! hijos míos, deberíais pensar en que cuando con Doña Leodegundia y su séquito peregrinamos a Santiago, estas tierras estaban más pobladas que la calle ¿…? dice el monje Valero, mi copista, que Ordoño II. ¡El sabrá por qué!
Lo cierto es que está probada la existencia de castros, desde época muy antigua. Desde ahí arriba, controlaban los dos valles desde la Peña Morquera y los romanos trazaron una vía transversal para comunicar las que iban paralelas al Curueño y al Torío. Tampoco es casualidad que uno de los valles por los que transitaréis se llamó de Valdecésar ¿César, por que creéis que se llamaría así? Me cuentan que incluso se construyó un castillo en la falda de la peña.

En este lugar tan querido por pai Frolanus quedó constancia de hasta tres monasterios, para atender la vida espiritual de sus muchos moradores. El de Veseo, que quiere decir lugar umbrío, El de San Juan Bautista en el año 916, al frente del cual sabemos que estuvo el abad Servando. El Obispo Froilán abandonó el mundo en el año 905 y al poco tiempo de su muerte, se levantaron por estos valles otros dos monasterios, el de Santo Tomás y el de Santiago, al intensificarse la devoción al Apóstol, dieron su nombre a valles, fuentes o piedras, que identifican la pisada de su caballo.

Ay peregrinos: Sólo tenéis que caminar despacio y descansar a distancias más cortas ¿o queréis sufrir para expiar vuestros muchos pecados? Porque si así fuere “ego os absolvo a pecatis vestris…” Yo sé que en el fondo sois buenos chicos, por lo que sólo os impondré en penitencia que volváis a estos parajes a menudo. (En vuestra época algunos los denominan “la ruta de las hadas” debido a su extraordinaria belleza). Que subáis los 174 escalones que conducen a la ermita de Valdorria, donde los restos de san Froilán reposaron desde finales del siglo X y todo el XI, hasta que fueron robados por sus queridos monjes del monasterio de Moreruela.

Bajad después hasta el pueblo, al final encontraréis un camino, que si lo seguís os conducirá hasta Correcillas, podréis caminar por algunos tramos de la antigua calzada romana, pero recordad; nosotros hicimos el camino a caballo, vosotros no seáis burritos ¡caminad despacio!
Vuestro en Cristo
Gundisalvo.

Valdorria

Yo no sabia qué pensar ante tal hallazgo. El calor del mediodía arreciaba. El mastín me miraba indolente, con la impasibilidad que miran estos cánidos. Un pensamiento me asaltó de repente ¿sería el lobo, que el santo transformó en perro, para colgarle las alforjas, ahora mutado en mastín leonés?

Dirigí mis pasos en busca de mis compañeros, que, al verme, me preguntaron por el título de la monografía de D José Manuel González y D. ª Julia Miranda en la que se nos informa sobre los asentamientos existentes en al Peña Morquera (Aquí la tenéis, viene con la del cercano castillo de Mesmino de propina) que incluye mapas, poblamientos y despoblados. Es muy interesante. http://www.saber.es/web/biblioteca/libros/tierras-de-leon/html/103/2mesmino.pdf

En la monografía nos informan sus autores que el nombre de Morquera, es un topónimo. Alude a esos montones de piedras ACERVUS MERCURII, formados en honor del dios romano Mercurio, monumento pagano, enclavado en importantes cruces de caminos junto a antiguos hábitats castreños.

Salí de la Matica pasando por lo que me parecieron las ruinas de una vieja ermita, mis compañeros peregrinos lo hicieron desde un camino que sale junto al cementerio, al final es lo mismo y los dos nos conducirán a la collada, donde podremos disfrutar de unas vistas magníficas del Valle Valdecésar, aunque ahora lo llaman Valcesal, La Peña Galicia, casi a nuestro lado la peña Morquera y hasta si forzamos un poco la vista, la ermita de San Froilán en lo alto de Valdorria.

Ermita de S. Froilán detrás de Rosi

Junto a la cueva en la roca podemos imaginar al Santo patrón, junto a Atilano y un gran perro negro, montando guardia.

Ved aquí nuestro antiguo reportaje fotográfico de la cueva de S. Froilán en Peña Valdorria http://www.flickr.com/photos/rsas0010/sets/72157625033427614/

Pero no nos extenderemos más en esta ocasión hablando de nuestro Santo Patrón, pues tenemos que seguir camino a Correcillas.

Evitaremos en esta ocasión hablar de topónimos, castros etc. que hay aquí en abundancia y remitimos al lector a otra interesante monografía, que sobre la historia de los valles de Correcillas y Villalfeide, escribieron los autores citados anteriormente. http://www.saber.es/web/biblioteca/libros/tierras-de-leon/html/85-86/5valle.pdf

Correcillas

En esta foto, junto a la espadaña de la Iglesia de Correcillas podemos observar al fondo dos picos. El más alto, el Castillo y en su falda mirando a poniente, un desnivel, que se denomina el Castro. Dicen los autores de la monografía, que los restos arqueológicos encontrados en sus alrededores, nos dan cuenta de que se trata de un lugar muy antiguo en la parte final de un espigón calizo, en la confluencia de dos pequeños y hundidos arroyos. También nos quedan leyendas de moros, que dicen que los habitaron (no se trata de los musulmanes, sino gente muy antigua y arraigada en el inconsciente colectivo).

Correcillas

El topónimo Correcillas viene de corro o corral y nos da una idea de espacio cercado de forma circular o sea un castro prerromano convertido después en fortaleza.

La iglesia de Correcillas aunque es relativamente reciente, está bajo la advocación de San Julián, santo de devoción muy antigua. Se construyó en 1950 reutilizando el material de otra que estaba a 50 metros más arriba y es de difícil acceso. En el pequeño atrio de la nueva, dos señoras estaban jugando a la baraja protegidas del sol, en el momento que yo la visité.

El siguiente pueblo al que llegamos es Villalfeide.

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Villalfeide recibe su nombre de villa y Alfait=lugar abundante en agua ¿recordáis con qué placer descansasteis junto a la fuente pública, en el cruce de carreteras junto a su iglesia, mirando el corredor de una casa profusamente adornado con bonitas flores?

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El templo está bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen, estaba cerrado y sólo pude hacerle una foto a Luis en el atrio levantado sobre columnas de Madera.

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Después de dejar Villalfeide llegamos a una joyita junto al puente del río Torío. Es la ermita de San Feliz que D. Matías Díez identifica con el Monasterio femenino de Mataplana.

Villalfeide


La cita más antigua que tenemos de esta iglesia es del Siglo XII aunque existe una falsificación textual del año 906.

En la actualidad aún conserva muchos elementos de época medieval aunque a lo largo de su dilatada historia ha sufrido muchas modificaciones. Me sorprendió sobre todo la gran cantidad de marcas de canteros y las misteriosas calaveras empotradas en el interior, en el muro lateral este.

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Tiene una inscripción conmemorativa de la restauración de la iglesia, sobre una piedra, es del año 1216. También son muy interesantes las cabezas humanas que se pueden ver en los capiteles.



En los alrededores de esta iglesia, González Flórez en su libro “La Ribera del Torío” sitúa el Monasterio de Mataplana y D. Matías Diez en su obra “Las Tierras del Torío” apunta la posibilidad de que fuera este monasterio de monjas bernardas. Así coincidiría con nuestro Vexu Kamin cuando Gundisalvo dice:
 “Caminamos más y junto al puente de San Feliz visitamos el monacato de Mataplana y después saludamos a las gentes de Vegacervera”
Aquí al lado está el conocido como puente viejo o puente romano.

Villalfeide

En los documentos antiguos aparece como puente de San Feliz. Tiene tres bóvedas de cañón y pilas con tajamares semiderruidas, la referencia documental más importante es del siglo XIV en el “Libro de la Montería” de Alfonso XI, citado como el puente de Sanct Heltz

Después de cruzarlo y lamentar el estado de abando en que se encuentra, nosotros aprovechamos para refrescar nuestros acalorados pies en el río y ver saltar a las juguetonas truchas ¡Que delicia!

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Ved aquí nuestro reportaje fotográfico de Boñar a Valdepiélago.

Aquí tenéis fotos de Correcillas

y aquí de Villalfeide.

Texto y fotos de Rafael Cid y Rosa Fadón



23 septiembre 2013

El Viejo Camino de Santiago: de Boñar a Valdepiélago

Amigos del Camino Santiago de León

La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León “Pulchra Leonina” retoma el Viejo Camino de Santiago o de la Montaña, por el que los peregrinos anduvimos, antes del verano, las etapas que van  desde el inicio de nuestra provincia de León hasta la localidad de Boñar.

En el paréntesis veraniego hemos revisado y estudiado esta ruta medieval, pisando veredas, para comprender su trazado y las calzadas romanas en las que se asienta. Aprovechando la ocasión que nos brindaban las fiestas de los pueblos, asistimos a algunas romerías como la de la Virgen de Velilla:

Provistos de nuestro atuendo peregrino, hemos acompañado a los feligreses en estas celebraciones religiosas. Arropamos la fiesta con la ofrenda del peregrino, una conferencia y exposición fotográfica. Nuestra ilusión es la de concienciar a la gente sobre este Camino, casi olvidado que pasa por sus pueblos.

La última etapa del Viejo Camino de Santiago que hicimos en mayo, terminó en Boñar. Recordamos la gran nevada que pisamos, cuando andábamos por Peña Corada, hacia el Mirador de los Rejos y cómo llovía en la ruta de Barrillos a la Devesa.

Boñar, Barrio de las Ollas

En esta ocasión, si yo tuviera que buscar un título a nuestra ruta de hoy,  la denominaría la de “Ruta de los frutos silvestres” pues, moras, brunos, ambruños, manzanas silvestres, se presentaban a nuestro alrededor, brindándose gratuitamente, en este magnífico otoño, que disfrutamos en León.

Retomamos la andadura, siguiendo la narración del monje Gundisalvo con “la fala deiquí” plasmada en el libro de D. Julián González, el Vexu Kamin:
“Fueron hasta el castillo de Boñar donde descansaron y (don Guisvado les contó la batalla …) pasado el refugio y el puente, mirando a la Mata, por senda de peregrino, fuimos hasta el Curueño por Valdepiélago”

Ahora nosotros también nos vamos de Boñar, el del maragato en la torre, el de las aguas medicinales y sus exquisitos “nicanores”. Aunque la gente salga por el moderno puente del Soto, en puridad hay que cruzar el legendario río Porma, como tantos peregrinos a lo largo de la historia, por el Puente Viejo, de hermosa fábrica, que hace sospechar su origen romano.

Boñar

No hay estudios de su primitiva construcción, aunque hay datos del Siglo XVII, ya tenemos referencias de su existencia en el XIII, así como de un hospital en sus inmediaciones, para atender a los romeros que se encaminaban desde aquí, bien a la derecha al Salvador de Oviedo por Pardomino, o tomando ruta a la izquierda a Santiago, como haremos nosotros.

¿Recordáis cuando, en otras ocasiones os he hablado del Juego de la Oca, tan querido por los peregrinos medievales. Sí, ese de “puente a puente”, de la “Mata de Monteagudo a la Mata de la Riba”… pues ahora tened cuidado porque jugamos a “del laberinto al treinta” y si os equivocáis de camino, tendréis que retroceder.

Veremos a continuación dos carreteras casi paralelas. Nosotros tomaremos la de más arriba sin hacer caso a las falsas señales. Los dos caminos están señalizados, pero uno os llevará por carretera a Matallana y la Robla, mientras que nosotros, siguiendo el Viejo Camino de Santiago de la montaña, explicado por el monje medieval, llegaremos a los lugares que repobló San Froilán, en el valle de ValdeCésar, próximo a la Valdorria, donde se ubicaron varios monasterios, que acogían a peregrinos y daban prestigio al cristiano reino de Alfonso III el Magno, allá por el año 900.

Saliendo de Boñar nos encontramos con Barrio de las Ollas. Barrio=aldea adjunta a una población más importante. Ollas=oficio de alfareros al que se dedicaban las gentes que aquí vivían (¡Ojo! Una leyenda local dice que en un viejo caserón, hoy restaurado, se encontraron unas ollas llenas de monedas de oro). Pasamos junto a su iglesia que está bajo la advocación de San Juan Bautista, data del Siglo XVII y junto a la entrada de la misma hay una lápida escrita en castellano antiguo.

El Barrio está situado en la ladera del pico Cueto pero no os asustéis que nosotros no lo subiremos. En esta ocasión seguiremos bordeando el Pico Muelas por camino cerca de Mata de la Riba. Si pudiéramos detenernos en todos los pueblos junto a los que pasamos durante nuestro recorrido, podríamos admirar sus escudos nobiliarios que nos hablan desde las piedras.

Boñar a Barrio de las Ollas

En la Mata de la Riba tenían una segunda residencia los Álvarez-Acebedo. Anteriormente la casa había pertenecido a los Guzmanes. En el frontispicio fotografiamos dos escudos, uno con los motivos de los García de la Vecilla, Robles y Ordás. Tiene una leyenda en latín que se traduce por “un árbol bueno da buena fruta. Matheo año 1652”.

El segundo pertenece a los Ordás y Álvarez-Acevedo. Dª Mª del Carmen Orejas ha escrito un magnífico libro: “Mancomunidad del Curueño, Historia, Hidalguía y armería en piedra” cuyo titulo ya nos da una idea de su contenido.

En Otero se encuentra el palacio principal de esta linajuda familia de la que la autora ha trazado su árbol genealógico desde el siglo XIV y nos da cuenta de antepasados como Diego de Ordás, que acompañó a Cortés en la conquista de Méjico y fue herido en la “noche triste”, o la más reciente narrada por Ángel Fierro del Valle en el libro "La Real Encartación del Curueño, crónica y documentos del Concejo” protagonizada por D. Mariano Álvarez-Acevedo que fue Diputado con Castelar, Presidente de la Diputación de León, Gobernador de Palencia y General del Ejército.

Cuando viajaba a Madrid solo paraba para cambiar de caballos, pero lo hacia siempre en una de sus propiedades (otras anécdotas: atacó con su gente el Alfolí de Boñar protestando por la subida del precio de la sal, en otra ocasión se presentó en las Cortes vestido con zamarra de piel de cordero para reclamar los derechos de la mesta, y cuando en 1869 prendieron al alcalde de León por ser carlista, él intercedió ante la reina).

Existe también otro escudo de la Orden de Santiago, que como sabéis se encargaba de proteger a los peregrinos, así que continuamos nuestro camino más tranquilos.

Boñar a Barrio de las Ollas

La iglesia de la Mata es del Siglo XVII, aunque hay vestigios que datan de los siglos XIII y XVI. En el muro sur junto al tejado podemos admirar unos canecillos de piedra. El templo está bajo la advocación de los niños santos de Alcalá de Henares, Justo y Pastor que fueron martirizados a la edad de 7 y 9 años durante la gran persecución de Diocleciano.

Tiene una nave central con artesonado de madera, el arco toral es del Siglo XVI, las imágenes del retablo son posteriores a la guerra civil, aunque hay otras dos imágenes más antiguas y de más valor de los mismos santos con libros bajo el brazo que llevan el nombre de los santos inscrito en borde y en la otra mano la palma del tormento, aunque si os digo la verdad a mi me parecieron dos escribanos renacentistas ya mayorcitos.
Podéis ver datos de la Iglesia de la Mata en el siguiente enlace

No dejéis de visitar este pueblo cuando tengáis ocasión ¡Merece la Pena!

Nosotros continuamos nuestro peregrinar en dirección a Ranedo de Curueño, que es pueblo muy antiguo, citado ya en documentos del año 1069 como Ranera. De este lugar dijo el escritor Julio Llamazares, del que volveremos a hablar cuando lleguemos a la Mata de la Bérbula, que:
“Un camino de carros solitario y minúsculo avanza entre zarzales y praderas en las que ahora están cantando todos los pájaros del mundo” así que, guardad silencio y escuchad…
Hay una ermita a la vera del camino bajo la advocación de San Roque, santo que nos acompaña en la devoción de esta ruta peregrina. La ermita estuvo en ruinas, pero fue restaurada por los vecinos y se hace una procesión anual con el santo. Podéis observar al pasar junto a ella, el cepillo de las limosnas Es de piedra, colocado en la pared externa con unos cables colgando ¿Cómo medida de seguridad antirrobo?

Viejo Camino de Santiago

Pero no siempre se alcanza la fama a través de Escritores o santos. Como curiosidad os contaré que, cuando visité este pueblo me hablaron de las maravillas que sabía hacer un gallo llamado Willy.

Valdepiélago

En toda la ribera del Curueño son famosos los gallos por el brillo de sus plumas que se utilizan como anzuelos en el arte de la pesca. Pero este gallo, Willy alcanzó su notoriedad ¡Jugando al fútbol con los niños del pueblo! que se quedaban extasiados viendo sus evoluciones con el balón. No sólo los pequeños se interesaron por sus evoluciones con el esférico, sino también los medios de comunicación leoneses se hicieron eco de sus hazañas, que podéis leer aquí:

Seguimos por la collada de Otero de Curueño, pero sin pasar tampoco por el pueblo del mismo nombre.

Así llegamos a Valdepiélago. En la mitad del pueblo, está su emblemático puente, con sus casetones y rombos desafiando al río Curueño, cuyos piélagos(pozos) dieron nombre al pueblo.

Viejo Camino de Santiago

Tiene categoría de villa, por ser la capital de la Encartación (es decir: avalada por cartas reales) del Curueño. Aquí se conserva aún el arca de las tres llaves, que los Reyes Católicos, seguidos ahora por la serie “Isabel”, mandaron construir para conservar la documentación de los concejos. Deberían tener tres cerraduras para poder abrirse con el consenso de los tres claveros.

La iglesia habla del antiguo esplendor, con fábrica de los Siglos XVI y XVII dedicada a Santa Eulalia. Luis y Rafa, que habían venido a marcar la etapa conocían a la persona que les abrió la iglesia y les dejó la llave para que la visitáramos. Así que admiramos el retablo barroco de finales del XVII y otro del XVIII, dorados y policromados, una talla de Santa Ana, con la Virgen en el regazo y en Ella el niño Jesús, de las pocas que se conservan, del SigloXV.

Otra talla barroca de la Virgen de la Portera, con su ropaje al viento y un Cristo Crucificado, ambos del Siglo XVIII. La pila del agua bendita es del Siglo XVI. A mí me gustó el coro, que se alza a los pies de la iglesia con fachada renacentista a juego con el retablo mayor y los barrotes torneados en el balcón. También fue muy admirado un confesonario con celosía frontal, policromado.

En el altar está la talla de San Froilán que se lleva todos los días 1 de mayo en solemne procesión hasta Valdorria.

Valdepiélago

Hay también en esta villa un escudo que atrae poderosamente nuestra atención: representa un capitán de pie con armadura de guerrero y yelmo a su izquierda, pero cuidado, ¡coronado a su vez, por una bombona de butano! En la mano derecha una bandera y alrededor una leyenda explicativa: el valeroso capitán Llamaseras.

Viejo Camino de Santiago

Mientras nos dirigíamos al restaurante, que nos aguardaba con una sabrosa comida, nos preguntábamos ¿Quién será este valeroso capitán Llamazares?


Si quereis acercaros al Soto del río Torio y leer placidamente en las sombras de la ribera podéis elegir aquí vuestras lecturas.

Para los que queráis admirar todos los detalles de esta ruta, aquí tenéis nuestro reportaje fotográfico.

Fotos y texto de Rafael Cid y Rosa Fadón


21 septiembre 2013

Inauguración del nuevo órgano en la Catedral de León.


La Asociación de Amigos del Camino de Santiago "Pulchra Leonina" de León estuvo presente, junto a las autoridades, las Asociaciones Culturales, y colectivos cuidadanos leoneses, arropando con cariño la inauguración del nuevo y espectacular órgano en la Catedral de León.


Inauguración órgano, León

Inauguración órgano, León

Vestidos con nuestros trajes peregrinos medievales paseamos desde la Plaza de Guzmán el Bueno, por la vía principal de la ciudad Ordoño II y calle Ancha, para llegar a la plaza de Regla, donde tuvo lugar una serie de actuaciones mientras los pendones de las localidades leonesas ondearon al viento.

Inauguración órgano, León

Inauguración órgano, León

Al llegar a la plaza de Regla, actuaron las bandas de Semana Santa,

Inauguración órgano, León

y los músicos de la Escuela Municipal de Música Tradicional Leonesa.

Inauguración órgano, León

Inauguración órgano, León

Al finalizar los actos con el himno a León nosotros saludamos elevando nuestro bordón al cielo.

Inauguración órgano, León

Fué un momento emocionante que a buen seguro no olvidará ninguno de los asistentes al mismo.


Texto y fotos de Rafael Cid y Rosa Fadón

20 septiembre 2013

Pamplona y peregrinos, XIII Encuentro Jacobeo

El tercer día del XIII Encuentro de Asociaciones Jacobeas estuvimos en Pamplona, donde teníamos una misa solemne en la catedral, con ocasión de Ofrenda a Santa María la Real. La Asociación de León asistimos ataviados con los trajes de peregrinos medievales.

Pamplona, por la ciudad

Primeramente realizamos una visita guiada por la ciudad.
Empezamos en la plaza de toros, recordando los encierros de S. Fermín, uno de los patronos de la ciudad.
Paseando por lo alto de la muralla, disfrutamos de hermosas vistas de la urbe moderna y las zonas verdes de sus parques, el terreno ganado a sus baluartes y ciudadela.

Pamplona, por la ciudad

Desde el paseo de ronda del obispo Barbazán, contemplamos el portal de Francia, la puerta por la que los peregrinos cruzaban la muralla, cuando llegaban del Camino Francés.
También llegaban peregrinos por la Ruta Jacobea de Baztan, que cruzaba los Pirineos siguiendo una antigua calzada romana.

Pamplona, por la ciudad

Tras acercarnos a la Catedral callejeamos por la zona histórica. Nos detuvimos frente al Ayuntamiento para escuchar a la guía, que nos explicaba cómo los tres burgos medievales se unificaron en 1423 gracias a Carlos III, con la creación de esta plaza y la promulgación del Privilegio de la Unión.

Pamplona, por la ciudad

En la iglesia de S. Saturnino, donde se venera al segundo patrono de la ciudad, nos postramos ante la imagen de Santiago, como peregrinos que somos.
También honramos a S. Fermín, visitando su capilla en la iglesia de S. Lorenzo.

religiosidad, Pamplona

Luego llegamos a La plaza del Castillo, donde, tras admirar el hotel Luna y rememorar su histórica importancia, entramos a tomar algo con el famoso Hemingway, al Café Iruña, que conserva su sabor literario.

Pamplona, por la ciudad

Ya se acercaba la hora de la misa, por lo que decidimos volver a coger sitio en la Catedral.

religiosidad, Pamplona

 La Eucaristía fue presidida por el arzobispo de Pamplona y Tudela, concelebrada por miembros del Cabildo.

religiosidad, Pamplona

Mientras la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona interpretaba el repertorio musical de la ceremonia. Se nos dio un elegante programa a los asistentes, con los cánticos y con todos los detalles de la Ceremonia.

religiosidad, Pamplona

La Presidenta de la Comunidad accedió al templo acompañada por los maceros, rey de armas y alguacilillos, portando la arqueta histórica con la aportación para la Virgen y fue recibida a la puerta de la catedral por el Cabildo Catedralicio y la Corte de Sta Mª la Real.

religiosidad, Pamplona

Tras la ceremonia los peregrinos acompañamos a la comitiva por el claustro hasta la Capilla Barbazana, que fue antiguo refectorio, con su cocina anexa de gran chimenea.

Pamplona, peregrinos, catedral

Esperamos hasta que se nos recibió para conducirnos a la Exposición Occidens, que se muestra en las salas anexas al claustro de la Catedral.

Pamplona, peregrinos, catedral, Occidens

La Exposición da idea de las distintas encrucijadas, por las que ha pasado la catedral pamplonesa y los fieles de la diócesis, a lo largo de la historia, así como el enriquecimiento que surgió después de tales pruebas, de lo cual da fe el legado histórico y artístico de la Sede. 

Pamplona, peregrinos, catedral, Occidens

Al mediodía comimos en el restaurante Anaitasuna, con sobremesa de música de acordeón a cargo de nuestra socia Conchita y las voces de los compañeros de diversas provincias, entre las que sobresalían las jotas aragonesas y navarras.

comida, despedida

Hubo elección de la próxima ciudad de Encuentro, que será Burgos y la Clausura con regalos e intercambio de recuerdos.

comida, despedida


Fotos y texto de Rafael Cid y Rosa Fadón

18 septiembre 2013

Sangüesa, Javier, Foz de Lumbier

Seguimos conociendo los lugares jacobeos más emblemáticos de Navarra, con los peregrinos que llegamos a Pamplona para el XIII Encuentro de Asociaciones Jacobeas.

Sangüesa

En la localidad de Sangüesa entramos cruzando el río Aragón por el puente de hierro, que alarga otro de piedra, probablemente medieval.
Dejamos a nuestra espalda el cerro con el Cristo, en cuyas proximidades debió de asentarse el antiguo núcleo urbano, antes de que el Camino de Santiago, que entra por Somport, diera lugar a la actual población.

Navarra, Sangüesa, StaMªReal

Al inicio de la calle se encuentra la iglesia de Santa María la Real, joya arquitectónica del románico. Nos sorprende su portada, que la guía nos explica con detalle en el interior del templo, sobre una gran fotografía, para evitar peligros de tráfico junto al puente.

Luis M.de Lojencio, OSB, en su libro Rutas románicas en Navarra, considera este templo como el resultado de corriente constructiva de influencia internacional, en la cual los dos hijos del rey Sancho III, el Mayor estuvieron implicados. No se niega esa influencia, pero también debe considerarse la de los usos constructivos imperantes en el reino cristiano asturleonés.

El rey Fernando I y la reina Sancha de León edifican el templo regio, sede de la corona y panteón real, S. Isidoro en 1063. En cambio, a D. Ramiro, primer rey de Navarra se le ha venido atribuyendo la obra de la Seo pirenaica de Jaca, en fecha posterior, hoy se cree que debe situarse en 1077.

Navarra, Sangüesa, StaMªReal

Nosotros pudimos contemplar elementos similares a los que tenemos en S. Isidoro de León, como son los ajedrezados y las ventanas ciegas, que se mantienen en el muro del interior del templo, tras sus respectivas ampliaciones, así como numerosos aspectos de la decoración.

Navarra, Sangüesa, StaMªReal

En el gran retablo nos contempla la Virgen de Rocamador, con su corona de oro y su vestido de plata.

Nos dice la guía, que el templo pertenecía al conjunto del palacio-castillo de Sangüesa, así como el hoy Ayuntamiento, con sus soportales y la plaza, que era el patio de armas.

La ciudad ocupó una gran extensión, pues fue plaza fuerte en las guerras medievales.

A su abrigo, se fueron instalando familias nobles con sus bonitos palacios que se alinean en la calle Mayor, luciendo sus ornamentados aleros. Nosotros visitamos el Palacio de Vallesantoro, que tiene un claustro de tres pisos, con maderas y balaustradas torneadas.

Navarra, Sangüesa, calle, palacio

Como peregrinos que somos nos acercamos a visitar la iglesia de Santiago, que tiene gran importancia en la historia de esta localidad jacobea y que contiene lujosos retablos, imaginería y otras obras de arte.

Navarra, Sangüesa, Santiago

Todo Sangüesa celebraba la festividad del Cristo, llenando las calles de música y canto y hasta los más pequeños iban vestidos de blanco y rojo.

Navarra, Sangüesa, calle, palacio

A las dos de la tarde, cuatro Gigantes bailaban frente al Ayuntamiento la tradicional jota vieja de Navarra y multitud de público se agolpaba, para disfrutar, hacer fotos e inmortalizar la actuación. Nuestro grupo de peregrinos jacobeos nos unimos a ellos.

Navarra, Sangüesa, calle, palacio

Caminamos la calle arriba, en un día de calor y sol brillante, contemplando la ciudadanía, que abarrotaba las terrazas de los bares.

En la alta explanada, que da inicio a la Cañada Real de los Roncaleses, que ha de llegar al afamado monasterio de Leire, ya en las estribaciones de la Sierra, nos esperaba el autobús, que nos llevó a Javier.

Comimos en la localidad de Javier, donde nació y se rinde homenaje al misionero español, que de 1541 a 1552 recorrió parte de África, Asia y Oceanía, creando un puente cultural entre Oriente y Occidente.

Navarra, Javier

Nos juntamos mucha gente de todas las Asociaciones Jacobeas, que celebrábamos este XIII Encuentro en Navarra.

Tras la sobremesa y comprar las típicas zapatillas, que no son tales, sino un postre de hojaldre y crema muy sabroso, salimos a la campa y a la vera de la gigantescas imagen del Santo, nos hicimos la multitudinara foto de grupo.

Navarra, Javier

Cantamos y bailamos en la explanada y visitamos furtivamente las dos iglesias del conjunto monumental del siglo X y XI, restaurado en el 2005 magníficamente.

Navarra, Javier

En el Castillo una misionera, que nos recibió, nos explicó la azarosa vida de S. Francisco y la trascendencia que tenía el Cristo de la capilla, que íbamos a visitar.

Navarra, Javier

Nos dijo que era un "Cristo sonriente", algo que nosotros podíamos conseguir, haciendo que nuestros crucificados por el dolor, la enfermedad, la angustia, familiares o amigos nuestros, recibieran nuestra atención. Mensaje para reflexionar, antes de entrar en una capilla estrecha y oscura, que tan impregnada estaba de muerte.


Nuestra siguiente visita era la Foz de Lumbier.

Es un estrechamiento de montañas al paso del río Irati, que procede del Valle de Salazar.

Navarra, Foz de Lumbier

Se trata de un espacio natural de valor ecológico por el asentamiento de aves, entre ellas los buitres leonados, que sobrevuelan estas impresionantes gargantas de rocas multicolores.

Navarra, Foz de Lumbier

Y ubican sus nidos en elevadas oquedades, camufladas entre la vegetación agreste.

Navarra, Foz de Lumbier

Anteriormente pasaba por esta hoz un tren de vía estrecha y al desmantelarlo se ha acondicionado una ruta de senderismo.

Navarra, Foz de Lumbier

Fue un bonito paseo, que se alargó hasta que las sombras de la tarde nos obligaron a cerrar nuestras cámaras fotográficas.

Navarra, Foz de Lumbier


Fotos y texto de Rafael Cid y Rosa Fadón