Seguimos nuestra ruta por el Valle Chico y nuestra primera parada fue junto al desvío al pueblo de Sabugo, que está a la izquierda de la carretera que comienza en Omañón y que acaba en Senra.
Llegados a este punto os voy a contar un secreto: Rosi tiene mucho interés en visitar este paraje porque se apellida SABUGAL, que parece significar lugar de sabugos, saúcos o sabugueiros. A pesar de que su apellido procede de Barrios de Gordón, según la heráldica del libro citado, “Nobiliario de la montaña de León", desea conocer este hermoso pueblo.
Así que ¡Voila!
Dicen que el pueblo posee un magnifico robledal que se llama "abesedo u osedo" por si acaso hay algún oso en el bosque, hablaremos bajito para no molestarlos.
Todo nos indica que estamos en un lugar de una magnifica calidad ambiental, perfecto para dar un paseo por entre estos prados regados por profundos regatos y contemplar en las lomas los bosque de robles. La sensación que se percibe al acercarse al pueblo es de una gran paz.
La primera edificación que nos encontramos, es la escuela y adosada a ella está la iglesia. Felipe Almarza nos explicó luego, que hubo una Venta y Parada de Postas, según el diccionario de Madoz y que las ruinas se encuentran antes de llegar a la escuela, en el paraje denominado "los Jardines". Nos imaginamos a las gentes de otros tiempos, disfrutando de estos jardines, descansando de sus viajes o realizando sus negocios allí.
La escuela se encuentra desafectada del Ministerio de Educación y ahora la Junta Vecinal se encarga de su mantenimiento y se está rehabilitando como centro social del pueblo y como vivienda para alquiler.
Nosotros seguimos adelante después de santiguarnos.
Vemos entre flores amarillas en la pradería un curso de agua y nos explicó luego, Felipe :
-el canal no corresponde a un molino, si no a un canal de riego a prados.
A la izquierda hay una casa, que posiblemente haya servido de pajar cuando el pueblo estuvo rebosante de gente y de ganado. Nos llamó la atención el tradicional cuelmo de ramas de la parte de arriba.
Nos explica Felipe:
- el arroyo que pasa por el pueblo viene nombrado geográficamente como "arroyo de Sabugo". Deciros que Sabugo dispone de molino y al tiempo, de fábrica de luz, la cual se encuentra en el rio "Grande", que así lo nombramos los del pueblo, pero que geográficamente viene denominado como "rio de Sabugo". No confundirlo con el arroyo de Sabugo, que es el que pasa por el pueblo y la ubicación de uno u otro es distinta.
Pasa por debajo de un pajar y al lado de una cuadra, que corresponden a una vivienda, por eso tiene una estructura muy particular. se trata de La casa de "Pantaleon".
Parece que fue una casona importante. Todavía, a pesar del desuso, se mantiene hermosa y nos entretuvimos haciendo varias fotos.
Las casas del pueblo son de gran tamaño, de buena piedra renegrida, con buenos portalones, hasta algunos defendidos con su propio tejado.
Algunas casas perdieron la vistosidad de sus fachadas de piedra, al ser revocadas en blanco, pero aún delatan su hidalguía las piedras sillares que rodean puertas y ventanas.
Se pueden ver que hay algunas casas separadas por pequeños callejones, con lo que aseguraban antaño la independencia de cada propiedad. En Omaña estos callejones de denominan como "cañales, el cañal, cañalones"
Aunque no mantienen el empaque de las casas antiguas, hay buenas casas reformadas, que aguardan la llegada de sus inquilinos en días festivos o vacaciones. No vemos ningún bar abierto en esta época del año, así que nos detuvimos en la fuente de la plaza del pueblo, para recargar la cantimplora y echar un trago de agua fresquita.
Seguimos hasta el final del pueblo y nos hicimos unas fotos en un rústico puente de bonitas barandas de madera, que nos ayudó a vadear el río y volver sobre nuestros pasos, aunque también podíamos haber seguido una senda de montaña aparentemente en buen estado.
No sabíamos bien qué dirección tomar y estábamos en esas divagaciones, cuando apareció “Chisco” un magnífico perro pastor alemán, para sacarnos de dudas. Aunque no te den miedo los perros, en estos parajes solitarios, siempre hay que mirarlos con precaución, pero Chisco tras olfatearnos, nos dio su beneplácito, resultó tan cariñoso, que enseguida nos hicimos amigos.
Chisco parecía querer decirnos:
-Venid conmigo a saludar a mi amo- y como no habíamos encontrado ni un alma desde que llegamos, decidimos seguirle y él nos condujo hasta Felipe Almarza, que estaba cuidando de una hermosa yegua, que acababa de parir. Vedla aquí con su cría, ¡qué preciosas, qué suerte verlas!
Empezó a hablarnos con tal cordialidad, que cuando tratamos de presentarnos, dijo que nos conocía por nuestros escritos, que leía en el Facebook de Omaña.
Entonces nos contó muchas cosas interesantes de la montaña, sus bosques, con fantásticas rutas por caminos antiguos que cruzan a otros valles y permiten vistas desde impresionantes alturas; trabajos y dificultades para cuidar el río, el pueblo, el ecosistema y la recuperación del patrimonio; pero sobre todo de la ganadería, que había sido el quehacer de su familia en Sabugo y el suyo propio, un joven emprendedor que dejó otros trabajos para afrontar la soledad del pueblo.
Felipe es un apasionado de los caballos y enseguida nos explicó las características de las distintas razas que tenía: - Ese que está ahí es un hispano-bretón y vienen a comprárnoslos de varios países de Europa. Estamos trabajando para consolidar la raza, llevamos cuenta de su progenie.
Yo que soy del bachiller antiguo, le pregunté incrédulo: - ¿Anda, no sabía que ahora también ellas estudian el PREuniversitario?”
- ¡No hombre, PRE quiere decir: pura raza española”! Es tarea de los ganaderos mejorar la raza y llevar cuenta de sus padres.
No le preocupó en absoluto que lo estuviéramos entreteniendo Hablamos de cuántos vecinos había en el pueblo los fines de semana o los que venían en verano y todavía tuvo tiempo para indicarnos que nos podíamos encontrar con el resto de sus caballos que pastaban más arriba, si seguíamos esta ruta.
Da mucho gusto encontrarse con gente tan acogedora como tú, Felipe. Esperamos que tu iniciativa anime a otros muchachos a emprender su propio negocio y puedan vivir en libertad, en un medio natural tan maravilloso. Que la montaña viva, porque como dice nuestra canción "Que si la montaña muere, España perdida es!
Antes de despedirse encargó a Chisco, que nos acompañase durante el resto de la ruta. En la que vimos una fuente que si no es la de “las Piedras blancas” se le parece mucho.
Y una cascada con dos saltos, que aunque no sea la de “los Fumos” también es muy bonita. Esta es más pequeña, pero está en un prado más abierto y contrasta con el verdor de la hierba y el robledal que hay más al fondo.
Se nos había hecho tarde y empezaba a lloviznar, teníamos miedo de que no nos recibieran en el restaurante, así que nos despedimos de nuestros vecinos excursionistas, deseando volver lo antes posible. ¡Hasta pronto, amigos!
Ved más fotos de
Texto y fotos de Rosa Fadón y Rafael Cid
2 comentarios:
Buen paseo por Sabugo, uno de los mas recónditos pueblos de Omaña y que conserva rasgos antiguos muy interesantes.
Gracias Paco por comentar. Como esperábamos nos dimos un paseo bonito y aprendimos muchas cosas.
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