Fuimos Inés y yo a por el desayuno, al super que está en la esquina, puesto que ayer la compra la hicieron los hombres.
Yo desayuné tostada, mientras que ellos se tomaron el desayuno Irlandés, algo muy sustancioso, pensado para permanecer sin hambre unas cuantas horas, huevos, salchichas, bacon, morcilla o algo así, alubias pintas, tomate, cebolla y no sé que más.
Volvimos a usar el descapotable para conocer el lado sur de Dublín, la zona monumental y la ciudadana, con sus casas de ladrillo y a mi parecer, menos zonas verdes.
En este domingo de sol y calor se veía a la gente salir en bici o a disfrutar de un ambiente festivo, muy animado por el próximo mundial de fútbol. Y parece que son de los que apoyan a España, pues nuestra bandera ondea en muchos pubs.
Marchamos a comer a casa de los amigos, que dejaban Irlanda para ir a Salamanca. Era una despedida a la que acudiría mucha gente y todos llevaban comida para compartir.
Inés llevaba la Quiche y ahí había ensaladilla, pimientos, tarta de queso, brownty y muchas más cosas de las que yo pudiera dar fe.
Todo el mundo era joven y tenían niños. En un momento vi de mamar a tres madres. La casa estaba llena y andábamos por todas las habitaciones, pero el ambiente era amistoso y genial.
Cuando les entregaron los regalos de despedida fue muy emocionante, pues habían elegido aquello que les gustaba y les identificaba. Se sintieron tocados en lo más íntimo, comprobando la complicidad de sus amigos.
Al regresar visitamos el Phenix Park de arriba a abajo, un parque inmenso que se puede recorrer en coche, conduciendo dentro de él.
Vimos el obelisco conmemorativo de la visita de Juan Pablo II y las farolas, que el padre de Inés se dio cuenta de que son de gas.
Paramos en el pub Twefth dock, en el canal.
Paseamos a lo largo del Canal y vimos barcos que se alquilan como si fueran hoteles, Rafa explicó el funcionamiento de los diques y mientras se hicieron fotos.
Vimos el obelisco conmemorativo de la visita de Juan Pablo II y las farolas, que el padre de Inés se dio cuenta de que son de gas.
Paramos en el pub Twefth dock, en el canal.
Paseamos a lo largo del Canal y vimos barcos que se alquilan como si fueran hoteles, Rafa explicó el funcionamiento de los diques y mientras se hicieron fotos.
Volvimos por casa de Kuba, para saludarlo, pero como no estaba, se le telefoneó para invitarle a que nos hiciera una visita y así fue.
Chateamos con los padres de Inés mientras llegaba. Cenamos juntos y charlamos divertidos.
Eso fue todo.
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