18 febrero 2010

Santiago de Peñalba, camino de Santiago

Aquella tarde, después de visitar el Teleno, marchamos hacia el Morredero. En la estación de esquí paramos a mirar las instalaciones deportivas. Al no haber nieve, dan un aspecto baldío y desolado. Seguimos la ruta pues estábamos interesados en visitar Santiago de Peñalba. Si consultáis esta página tendréis información completa.

Entramos al pueblo por una senda sólo transitable por todo-terreno, que utilizaban los monjes cuando explotaron las minas abandonadas por los romanos, allá por la Edad Media. Debían de tener fortaleza para trabajar en aquellas estrecheces, cara al precipicio. Recuperaban lo que podían del pasado imperial y configuraban el futuro a través del Camino de Santiago.

El pueblo de Santiago de Peñalba está protegido por dos grandes moles montañosos: El Morredero(1762) y la Guiana(1850) y luce más próxima la peña alba de mármol, que le da nombre.

La iglesia es lo que queda del monasterio que fundara S. Genadio, ya obispo de Astorga en el s.X. No queda nada allí de su antiguo esplendor: la cruz que Ramiro II regaló a la iglesia está en el museo de León y el cáliz del abad Pelayo en el museo del Louvre, no hay monjes, ni comunidad alguna, en el contraábside estuvieron enterrados los restos de S. Genadio hasta que la duquesa de Alba ordenó trasladarlos al convento de la Laura en Villafranca, en 1603.

Todo se ha despiezado, hasta el santo fundador: cuando se traslada este convento a Valladolid, el papa GregorioXV dispone entregar el cráneo a la diócesis de Astorga, el brazo a Peñalba y el resto a las monjas.

El pueblo es muy bonito, ahora que está restaurado y las maderas de las balconadas, puertas y ventanas brillaban lustrosas. Los vecinos tenían hermosos tiestos con toda clase de flores y se esmeraban en la limpieza de cada rincón. Visitamos la famosa iglesia y nos hicimos unas fotos aprovechando la tenue luz del atardecer, prometiéndonos dedicar más tiempo a este lugar en una próxima excursión.

El día había sido espléndido y repleto de emociones y experiencias. En casa prepararíamos material que enriqueciera el viaje, he aquí las notas que tomamos:

Del libro Viajando por el Bierzo, de Fco Blanco Prieto y Fco Blanco Antona, su hijo, Ed. Lancia, 2001:
“A lo largo del camino no hemos encontrado adversario alguno, sino al revés, la energía de las montañas nos alentaba, la fina lluvia nos hacía meditar y favorecía la introspección, las subidas agitaban nuestro corazón adormecido, las bajadas abrían nuestros ojos a los inmensos valles, en las cumbres se sentía el fino aire del cielo, el cielo mismo, con su sutil espiritualidad.”

Una excursión por las Médulas1904, José Castaño Posse, Ed. CDN- Ciencias de la Dirección, Madrid, 1991.

Nos parece enriquecedor esta selección del diario de Jesús Barrera de su web:
http://www.angelfire.com/va/valladolid/finisterre.html

También es interesante el libro Bosquejo de un viaje a una provincia del interior de Enrique Gil y Carrasco, Edición de Mª Paz Díaz Taboada, Ed. Dip. Prov. De León, Breviarios de la calle del Pez, León, 1985:
“!Sientan la callada presencia del imperio romano, la intelectualidad goda de los antiguos monasterios de la Tebaida Berciana y la fuerza natural y céltica de los montes Aquilanos con la imponente cumbre de la Guiana”

¡Una maravilla leer y vivir en estos lugares de ensueño!

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