Vinieron Víctor, Luciana y Luna a bañarse con nosotros. Lo pasamos muy bien.
Era una delicia ver a la niña bañándose en los charquitos que hay delante de las rocas, de los que no quería salir ni dejar de chapotear.
Estaba muy simpática con sus manguitos de "Dora la exploradora" o sujetando el "pepino marino" cuando entraba a nadar con sus padres. Nosotros la recogíamos cuando ya tenía las manos remojadas como garbanzos y envuelta en una toalla en nuestro regazo, dormitaba al sol.
Dimos paseos en la silleta, por las tablas, por las dunas del Parque del Agua, de noche o de siesta, para que cogiera el sueño...
Comimos en Martín para recordar la infancia de Víctor cuando "invitaba" a sus abuelos. Jugamos en la terracita, hicimos fotos y esos días felices perdurarán hasta el próximo verano.
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