Marcelino peregrino

Con ocasión de asistir a algunos actos del Camino, ataviados al modo de los peregrinos de la Edad Media, la gente que nos ve, quiere hacerse alguna foto junto con nosotros. Luego entablamos conversación, charlando del Camino, de nuestra labor de divulgación o de la proliferación de peregrinos orientales vestidos a la usanza de aquel país, de manera que nuestro traje crea amigos.
Hay personajes señeros, con su atuendo jacobeo, que por derecho propio, se han hecho famosos a lo largo y ancho del Camino:
Zapatones, el peregrino de Fraga, que aborda a la gente en Santiago de Compostela, para explicarles cómo D. Manuel que estaba muy atareado con la política, le había encargado a él, la alta inspección del Camino.
Tomás, el último templario que custodia el alto Manjarín es un personaje suficientemente conocido por los peregrinos, del que se comenta en todos los ambientes.
Y ahora viene el personaje que nos ocupa, alguien con unas barbas muy largas que recorría el camino, todos los caminos, acompañado de un perro y un burro. Así es al menos como yo lo recuerdo, cuando lo vi por primera vez en Hospital de Orbigo. Me lo presentó mi amigo Salvadores y se llama Marcelino.
Le hice esta foto, que no es un robado, pues él posa pacientemente, sabedor de su merecida fama y sus fans presumen de tener su imagen y compartir unos momentos con él.
Le hice esta foto, que no es un robado, pues él posa pacientemente, sabedor de su merecida fama y sus fans presumen de tener su imagen y compartir unos momentos con él.
Marcelino “el peregrino pasante” caminante incansable, que ha entrado en la historia legendaria del Camino por derecho propio, como Suero de Quiñones, el Caballero del Paso Honroso, que se celebra en Hospital de Órbigo, en el puente más emblemático del Camino de Santiago.
Aunque algunos creen que Marcelino es natural de Logroño, es leonés de pura cepa, como el caballero de las Justas Medievales, que acabamos de citar.
Nació en Regueras, un pueblecito cerca de la Bañeza, aunque emigró de joven a la capital riojana y a sus raíces regresa, siempre que sus andanzas por los caminos se lo permiten.
Me lo encontré este verano en las Jornadas Jacobeas organizadas por Monte Urba, la Asociación de Amigos de Santiago de la Bañeza, con su completo atuendo peregrino y su luenga barba, escoltando a D. Arturo.
Aquí veis otra foto del año pasado posando junto a Rosi y Leo, en las Justas medievales que rememoran la hazaña del caballero D. Suero. Yo creo que en esa ocasión intentaba dejar de fumar, pues lleva como Luki Luke, unas hierbas del bordón en la boca.
Su peregrinar por los distintos Caminos no pasa desapercibido. Marcelino ha hecho todos los Caminos. Ved la foto del Diario de León con sus credenciales, que ha unido en forma de acordeón, extendidas frente a la Basílica de S. Isidoro de León. ¡Con ella podría entrar en el Guinnes de los Records!
Nuestro personaje aparece en miles de fotos, con personalidades políticas, religiosas o personas anónimas, como tú o como yo, en noticiarios de TV o abriendo la Puerta Santa, en presencia de los Reyes de España.
Cuando le llaman para impartir conferencias o prologar libros, él siempre está dispuesto a acudir, como este año en su pueblo, donde hizo entrega de los premios que llevan su nombre y se otorgan a personas o entidades, con un reconocido trabajo en pro del Camino.
¿Sabéis quien se llevó los galardones? Pues, entre otros, nuestro amigo, el mantenedor de los mismos, D. Ángel Luis Barreda, que pronunció también una conferencia, en ocasión de esta efemérides. Podéis ver aquí la reseña del acto en el Adelanto Bañezano.
Porque Marcelino con sus kilómetros de caminos recorridos, sus vivencias, amistad alegría y recuerdos que comparte con quien quiera escucharlo, a pesar del dicho de que nadie es profeta en su tierra, ha sabido ganarse el respeto y el cariño de sus paisanos.

¡Buen camino, Marcelino!
Texto y fotos de Rosa Fadón y Rafael Cid