Nos acercamos al final de las XIV Jornadas Jacobeas de la ACSL "Pulchra Leonina", en las que el vicepresidente de la Asociación, dio lectura del acta, en la que el jurado hacía público el fallo con los premios otorgados a los participantes del VII Concurso de fotografía sobre el Camino de Santiago.
Podrán admirar la Exposición Fotográfica en la Sala de Exposiciones de la Obra Social de Caja España Duero hasta el día 25 de octubre,las personas que lo deseen.
Una vez recogidos los premios por los ganadores, todos los asistentes fuimos obsequiados con un estupendo concierto, interpretado por dos personalidades musicales de lujo.
He dicho personalidades porque no sé si llamarlas compositoras, directoras de orquesta, violonchelistas, pianistas… pues todo eso son Georgina Sánchez Torres y Daria Koltunyuk
GEORGINA SÁNCHEZ TORRES. Valladolid, 1985. Violonchelista, Compositora y Directora de Orquesta, ha sido premiada como concertista en treinta concursos nacionales e internacionales.
Desde los 16 años, ha ofrecido más de 200 conciertos por toda la geografía española y extranjera. Es compositora, contando con más de treinta piezas. Se dedica a la investigación musical, habiendo recuperado recientemente obras de la Generación del 27.
Ha formado parte del Habemus Quartet y desde 2008, es violonchelista del dúo Santor-Gilort, atípica formación de violonchelo y clarinete, con la que ha obtenido once galardones de música de cámara en España, Italia, Alemania y Rusia.
Ha grabado recientemente “En la Ciudad del Cielo”, CD íntegro con parte de sus composiciones para cello solo y cello y piano, patrocinado por la Fundación Medinaceli.
La crítica dice de ella que es “una artista de talento y personalidad que, bajo una inocente juventud, transforma la música increíblemente en pasión, alegría, energía y fuerza sobre el escenario”.
DARYA KOLTUNYUK. Nacida en Ucrania, la pianista Daria Koltunyuk disfruta de todos los aspectos de las artes: danza, pintura, fotografía, literatura, teatro.
Estudia Literatura Comparada en la Universidad de Princeton, centrándose en la relación entre la música y la literatura.
Ha estudiado violín, viola, viola de gamba y dirección, y ha sido clavecinista para una producción de la ópera Dido y Eneas de Purcell. La teoría y la historia de la música siempre le ha fascinado. Sin embargo, es la belleza de la música, y en especial el piano, lo que llena su corazón y forma su vida.
Darya ha actuado en prestigiosas salas en toda la Costa Este, Francia, Alemania e Italia. Ha actuado como solista con la Manhattan School of Music Symphony, Sinfónica de la Universidad de Princeton, Plainfield Symphony y New York Chamber Players orchestra.
Darya está especialmente interesada en acercar la música clásica a nuevos públicos, siendo co-creadora del “Ensemble de pianistas de Princeton” y de la producción de muchas actuaciones en el campus.
Allí estábamos su público, socios del Camino de Santiago, que habíamos asistido a las Jornadas, colaboradores de la Fundación Eutherpe y muchos amigos en general.
Nos obsequiaron con composiciones de Georgina, que luego nos llevamos a casa tras adquirir su CD “En la Ciudad del Cielo”
El programa seleccionado para esta ocasión estaba integrado por:
Danzas Farrucas nº 1, 2, 5 y 6:
Georgina interpretó al chelo en solitario, con una fuerza y pasión desbordante, vibrando con sus manos posadas sobre las cuerdas, produciendo una música con sentimiento español, que nos recordaba la guitarra clásica y desmelenada de gozo, acompañando la música hasta con su viva voz.
Elegía rapsódica:
La segunda pieza la interpretaron las dos artistas a la par, al piano y al chelo con arco. Una pieza desgarradora, que las unía en la melodía y en los contrastes, que las separaba en los lamentos y en el bronco sonido del dolor.
El sollozar del guerrero:
Antes de interpretar esta obra, Georgina nos explicó el sentimiento de donde surgió esta composición: Poner música al resentimiento desolado de aquel que ha conseguido poder y fama a costa del dolor de sus hermanos los hombres. Dentro de la música surgía la palabra, mezclándose poesía y acordes, de la misma manera que se desbordaba la fuerza de la ambición y el arrepentimiento por el daño causado.
La ciudad del cielo:
En esta pieza brotan las notas, trayendo y llevando el amor, la pasión, la ternura, la nostalgia, la ausencia. Georgina mira para dentro y busca en el piano el acompañamiento de sus pasos, el apoyo de sus suspiros...
Ante los aplausos insistentes, tuvimos la propina de una pieza muy romántica y esperanzadora: Hirunda rústica, dedicada a un amigo, que al perder a su esposa, tan amante de las golondrinas, le ofrece esta música, que como golondrina, regresa, como una esperanza.
Nuestro presidente les hizo entrega de unos obsequios muy jacobeos, la simbólica venera. Las hizo mucha ilusión y apostaron por realizar algo personal sobre el Camino de Santiago, ¡seguramente nos sorprenderán!
Las dos artistas pusieron un excelente broche final a estas magníficas Jornadas Jacobeas consiguiendo que nuestro presidente se aficionara al chelo.
Nuestro presidente agradeció a Caja España Duero, a la Fundación
Eutherpe, a todas las entidades y personas, que han hecho posible la
realización de estas Jornadas y a la música, que es también "el Camino".
Sin que faltara la emoción en sus palabras, se alegró de que la
Asociación, que cumplía 18 años, hubiera llegado a la mayoría de edad.
Texto y fotos de Rosa Fadón y Rafael Cid
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