10 julio 2018

Recordando Jornadas burgalesas: Rodrigo Díaz de Vivar, personaje histórico

Jornadas Burgalesas en homenaje al Noveno Centenario de la Muerte del Cid Campeador: D. Rodrigo Díaz de Vivar

Con motivo del noveno centenario de la muerte del héroe acaecida en Valencia el 10 de julio de 1099, la Asociación Cultural de Empleados de la Caja del Círculo Católico de Burgos y ACRECA (Asociación Cultural y Recreativa de Empleados de Cajas de Ahorros) habían organizado un concurso sobre el personaje histórico, es decir sobre la vida de Rodrigo Díaz.

A pesar de lo reñido del concurso, pues los empleados de muchas Cajas de Ahorros de diferentes provincias se sentían muy unidos al héroe y con derecho a defender mejor que nadie el pabellón, el premio se quedó en León, pues el concurso fue ganado por los empleados representantes de Caja España en la capital leonesa.

Una vez finalizado el concurso los responsables del mismo tuvieron la brillante iniciativa de organizar unas jornadas cidianas, de convivencia, entre los participantes del mismo, durante los días l6, 17 y 18 de julio de 1999, en la capital burgalesa, sede de la Caja organizadora.


Así que, la tarde del 16 nos encontramos cruzando el puente de San Pablo, o Vía Sacra cidiana, como la denominó el burgalés Carlos Conde Díaz, S.J. en su Callejero Cidiano de la ciudad de Burgos, ya que como haciendo guardia a ambos lados del puente se encuentran las estatuas de los personajes cidianos más representativos:
Älvar Fáñez de Minaya, Martín Antolínez, Diego Rodríguez, el hijo varón del Cid; el Obispo Jerónimo, Martín Muñoz de Montemayor, Aben Galbon, el moro amigo; San Sisebuto, abad de Cárdena y la esposa del héroe, Doña Jimena. Parece como si todos ellos montasen una guardia de honor, que nos recuerdan su participación en la historia de Rodrigo.

Luego desembocamos en la Plaza del Cid, donde rodeada de un bonito jardín, se encuentra la emblemática estatua ecuestre en bronce del Cid Campeador.

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El monumento tiene una doble inscripción que reza así:

“El Campeador llevando consigo siempre la victoria fue por su nunca fallida clarividencia, por la prudente firmeza de su carácter y por su heroica bravura, un milagro de los grandes milagros del Creador.” (Tomado del historiador árabe, contemporáneo del Cid, Ben Bassan)
“Año 1099, en España dentro de Valencia murió el Conde Rodrigo Díaz. Su muerte causó el más grave duelo de la cristiandad y gozo grande entre sus enemigos” (Tomado del Cronicón Milleacense de Poitou.)
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Todavía gozando de la evocación de los personajes, nos dirigimos al salón rojo del Teatro Principal, llamado Salón de Recreo, donde fuimos recibidos oficialmente por el Excelentísimo Ayuntamiento. Allí D. Luis Escribano, que a su condición de concejal une la de consejero de la Caja Municipal de Burgos, pronunció unas palabras de bienvenida a los participantes en el concurso y un discurso bien elaborado, con gracejo y simpatía.

A continuación se sirvió una cena fría mientras se entablaba una animada charla.

Una vez que hubo oscurecido, nos agasajaron con un paseo nocturno por Burgos "Ciudad de la Luz" . Desde el castillo divisamos la Catedral iluminada, las Huelgas Reales, La Cartuja de Miraflores, el Hospital del Rey... parecía como si en un gran póster nos hubieran marcado con luminarias los puntos más emblemáticos e interesantes de la ciudad.

Al día siguiente empezamos con la recepción en la Sede Central de la Caja del Círculo Católico, por parte del Director General, D. José Ortega, que amablemente glosó una explicación de las vidrieras que adornan la oficina principal, señalando a la Sagrada Familia, patrona de las Cajas españolas, al Cid y su familia, como personajes fuertemente vinculados a Burgos y otros símbolos del trabajo y del ahorro, que todos seguíamos con un convencimiento compartido.

Creo que le gustó el símil de mi alocución al entregarle un regalo institucional de parte de la central leonesa de Caja España, consistente en un bajorrelieve de la Iglesia de Santa María de Carrión de los Condes, que representa a un acuñador de moneda. Yo deseé que significase un acuñador de amistad y hermanamiento entre todas las cajas representadas por los concursantes allí presentes.

A continuación viajamos hasta Vivar del CidEn Vivar realizamos una ofrenda floral ante la estatua del Cid en el lugar en el que se dice que nació hacia el año 1043. En este pueblo se encuentra el convento de las Clarisas Franciscanas, en el que estuvo depositado durante muchos años y se encontró un ejemplar del Cantar de Mío Cid. 

El Concurso nos había dado la ocasión de profundizar en la figura histórica del héroe, distorsionada y a veces ocultada por el éxito del Cantar, mucho más conocido, aunque debido a su base literaria, no corresponde con la verdad histórica.Todos los compañeros de las cajas, comprendíamos la mezcla de leyenda y de historia y la aceptamos en el recorrido con el que tratábamos de homenajear a nuestro héroe.

Visitamos el Molino del Cid, moderna hospedería/museo, ubicada en el edificio que se dice, perteneció a su familia. Sobre su fachada reza una lápida con la inscripción de la legua 0.  que inicia el camino del destierro y recordamos al poeta del romancero:

El Cid salió de Vivar a Burgos va caminando
Allá dejó sus palacios yermos y desheredados...

Regresamos de nuevo a Burgos mientras rememorábamos los sentimientos del bravo guerrero, pero también del hombre que deja su hogar y cariños, algo que trasmite tan bien  el manuscrito:

Por sus ojos Mío Cid va tristemente llorando.
Volvió atrás la cabeza y se quedaba mirando...

Amparados por los compañeros de la Caja patrocinadora, siempre cuidando el detalle, recorrimos de nuevo los lugares más sobresalientes de la ciudad, relacionados con la leyenda cidiana. 

D. Ángel García, presidente de la Asociación de la Caja del Círculo, nos explicó cómo en el arco de la puerta de Santa María, la tradición asegura que una brecha existente en la bóveda del arco fue hecha por el mismísimo Campeador al pasar por debajo, empuñando su célebre y muy temida espada Tizona. En la parte superior se conserva la reproducción de la espada, un facsímil del Cantar y un hueso del héroe ¡con su correspondiente certificado de autenticidad!

Visitamos la Iglesia de Santa Águeda o Santa Gadea, "do juran los hijosdalgo" y por la calle de las Brujas nos dirigimos a la Catedral.

En el solar que cedió Alfonso VI, para la construcción de la Catedral románica a la que alude el Cantar, se encuentra ahora la actual catedral gótica. Esta se construyó en 1221, por orden de Fernando III, el Santo. En su fachada occidental, podemos contemplar las famosas torres de 84 metros de altura diseñadas en el siglo XV por Juan de Colonia, Ya en su interior pudimos disfrutar de la visita guiada, admirando las bellezas que atesora: La capilla de los Velasco, el claustro, la sala capitular, la capilla del Corpus Christi y en el crucero de las naves, bajo la espectacular transparencia de su torre linterna, en una sencilla tumba, reposan los restos del Cid y su esposa.

A la hora de comer nos fuimos a la Residencia de Miraflores, de los Hermanos Maristas, donde teníamos nuestro alojamiento. Después de un breve paseo por la amplia finca, nos agrupamos para la visita vespertina.

Fuimos a la Cartuja de Miraflores, en primer lugar.

En el monasterio el guía nos hizo un examen sobre las figuras del hermoso retablo y con su buen humor... ¡claro! nos llevamos un chasco, porque supo bromear con nuestras respuestas, lógicas sí, pero que no se acomodaban a la representación del artista del retablo, que descontextualizó las escenas y reunió a los personajes a su gusto. Admiramos el arte y la grandiosidad de los sepulcros que mandó labrar Isabel la Católica para sus padres, donde reposan, bajo las miradas extasiadas de los visitantes.

Después llegamos al monasterio de Cardeña.
A pesar de su majestuoso aspecto renacentista, aún conserva la torre románica, desde cuyo ventanal, nos comenta el buen fraile, que recibió a nuestro grupo, se asomaba Jimena, esperando el regreso de Rodrigo.
Durante siglos el monasterio conservó los restos del Cid y Jimena, custodiados por frailes benedictinos. Después vino la desamortización y en la actualidad se encuentra regentado por monjes de la Trapa, los cuales narran con veneración detalles de la historia o de la vida legendaria del héroe y sus fieles. Aún se conserva la sala con los cofres que ostentan sus nombres, como cenotafio en su honor. 

Por la noche, disfrutamos de una  sabrosa cena burgalesa, en un típico mesón próximo al Hospital del Rey, que contemplamos por fuera, mientras relatábamos la historia y la leyenda que le pertenece. 

Alli, tuvo lugar la entrega de premios a los equipos ganadores. 

El primer premio, ganado para Caja España de León. La espada tizona fue entregada a su capitán, Rafael Cid y en ausencia de Javier Cruz, que le fue imposible asistir, acudió José Antonio Gago. A continuación se hizo entrega de los regalos que, Caja España enviaba al presidente de la Junta Directiva de la Asociación, D. Ángel y a D. Josemari del Val, el cual se había encargado de la organización del Concurso. 

El segundo premio fue entregado a La Caja de Ahorros de Málaga, al capitán Eduardo Medina Ramírez. 

El tercer premio correspondió a La Caja de Ahorros de Zaragoza, a su capitán Antonio Casao Ibáñez. 

Los dos accesits recayeron en dos grupos de la Caja de Albacete, recogidos por Miguel Jiménez Pérez y por Juan Lorenzo Collado López.

Todos contentos con los agasajos, alegramos la sobremesa con variadas canciones regionales.

La voz maravillosa de la mujer de Josemari, cuando Ángel lograba que le acompañara en un dúo, inundaba el comedor con su vibrante tono melodioso. Cantando el himno de Galicia, su patria chica, con aquella potencia y ternura, liberaba nuestros sentimientos y emociones.

En el camino del restaurante a nuestro alojamiento, no sé si por aquello de que "de la panza sale la danza", hicimos parada en una gran sala de fiestas, donde bailamos y charlamos, estrechando nuestros lazos de amistad.


El domingo, como gran broche de oro, tuvimos la posibilidad de asistir a la misa conventual cantada por los Monjes del Monasterio de Silos. 

Su música, tan prestigiosa, que ha alcanzado grandes éxitos en ventas de discos, no tiene parangón con el hecho de ser escuchada en vivo, dentro de la celebración de la Misa, en el ambiente monástico de la capilla de Silos. 
Las notas se desparramaban por las naves a través de un volumen suave, bajito, casi susurrante. Su melodía armónica nos mostraba la paz, nos llevaba a estados de conciencia próximos al ensimismamiento. Era el día de la Santísima Trinidad, el abad, que oficiaba la misa, había leído su sermón, elaborado concienzudamente hasta conseguir la pieza literaria y espiritual que amorosamente nos ofrecía. La hojita que teníamos sobre los bancos nos servía de guía para los cánticos, impresos en versión bilingüe. Los monjes entonaban sus vocales de aspecto circular y nosotros nos adormecíamos delicadamente en la beatitud del oficio religioso.


Antes de comer visitamos Covarrubias, no sin antes comprobar que en el restaurante Galo nos estaban preparando el yantar. 

Entramos en la Colegiata, contemplando los sepulcros de Fernán González y su esposa, así como las diversas joyas que atesora. Estábamos expectantes, deseando llegar a la Sacristía, para experimentar de nuevo la grata impresión que nos produjo la primera vez que contemplamos el tríptico de los Reyes Magos, de Gil de Siloé. Sí... la impresión fue de nuevo exquisita...


Por la tarde volvimos a Silos para la visita del edificio, el claustro, la botica y foto final junto al viejo ciprés.


Al salir nos despedimos de nuestros amigos deseando vernos en alguna otra ocasión que nos pudiese ofrecer la oportunidad de renovar tan buenos ratos de camaradería y fiesta. Pocos días después los encontramos en León y pudimos mostrarles los monumentos leoneses, acompañarlos por nuestra ciudad y centrar nuestra conversación en un artista que admiramos ambos y que disfrutamos en la Casona de Vela Zaneti.


Pie de fotos:
1- Haciendo entrega del regalo de Caja España a D. José María del Val, organizador del Concurso Nacional sobre La vida del Cid Campeador.

2- Recepción por parte del Ayuntamiento. De izquierda a derecha Rafael Cid, el concejal Sr. Escribano, D. Ángel García, presidente de la Asociación de la Caja del Círculo y junto a otros directivos de la Asociación, D. Jesús, y D. Ángel

3-El Director General de la Caja del Círculo Católico de Burgos, D. José Ortega, pide ayuda al presidente de la Asociación para proceder a desenvolver el regalo que acaba de recibir de Caja España.

4-Rafael Cid recibe de parte de los dirigentes de la Asociación burgalesa, .una reproducción de la espada Tizona y una arqueta que reproduce la que legendariamente se conserva en la Catedral.

5-El equipo directivo de la Asociación convocante y los compañeros de Caja España.

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