Podemos comenzar esta excursión como las series televisivas: En anteriores excursiones por los alrededores de Matallana de Torío, León….
…Y es que la búsqueda del extinto poblado medieval en torno a la abadía de S. Pedro de Cavatuerta, está muy relacionada con las visitas que hicimos alrededor del pueblo de Matallana, siguiendo las investigaciones de José Manuel González García y Julia Miranda Pérez Seoane, al Valle de Orzonaga y la ermita de Villalfeide.
En Villalfeide nos impresionó la ermita, que está antes del pueblo, con sus impresionantes calaveras empotradas en la pared, sus marcas de canteros y el aire medieval, con puente incluido, que desprende todo el entorno.
En Orzonaga existió el poblado de Lláneces, hoy desaparecido y en sus cercanías, existe una ermita a punto de ser fagocitada por la fértil naturaleza del lugar, que ya ha derribado las cubiertas de la misma y algunas paredes laterales.
Cuando me interesé por las imágenes que en su día pudieron adornar esta ermita de san Mamés (“al que dan de mamar” ¿la leche del conocimiento?) me contaron que la mayor parte de las que había en las parroquias del contorno fueron destruidas o se perdieron durante nuestra guerra civil.
Pero sí, se conservaba en la iglesia de Matallana una virgen de madera de nogal, procedente de la ermita del Orugo , que podéis recordar en esta entrada . Aunque la ermita y el poblado medieval de Valdesalinas ya han desaparecido, la virgen se custodia en la sacristía de la Iglesia de Matallana. No conseguimos contemplarla, por más gestiones que intentamos… pero iniciamos una investigación, pensando que una virgen negra, apunta la posibilidad de que en su día hubiera templarios por la zona.
Comencé la búsqueda y no tardé en dar con documentación de la abadía templaria de Cavatuerta, hoy desaparecida, como los poblados medievales de Lláneces y Valdesalinas.
Pueblos perdidos, de los que perdura más que la historia, la leyenda. De este último junto a la ermita del Orugo, cuenta la leyenda que sus habitantes fueron envenenados en un día de romería, falleciendo todo el pueblo.
Siguiendo el magnifico trabajo de José Manuel González García y Julia Miranda Pérez Seoane, que puede consultarse en la siguiente dirección:
www.saber.es/web/biblioteca/libros/tierras-de-leon/html/85-86/5valle.pdf
y, que en su momento nos condujeron a la ermita de san Mamés de Orzonaga, nos dispusimos a buscar la ubicación de la abadía de Cavatuerta .
Esta abadía fue muy citada en documentos del Siglo X, sobre todo donaciones y compraventas. Una vez desaparecida la abadía, se siguió manteniendo el título de abad al que iban ligadas numerosas posesiones. Por esta razón Don Ramiro Núñez de Guzmán, Señor de Aviados en el Siglo XVI pretendió para él y sus sucesores el derecho a nombrar abad al que iban ligadas las numerosas posesiones de la inexistente abadía.
Pero la pregunta seguía siendo: ¿donde se encontraba exactamente? Pude constatar mirando el SIGPAC que, el topónimo de la llana de San Pedro sigue existiendo en la actualidad, así que la busqué partiendo de Aviados por un camino que bordea el arroyo de los Molinos hasta los restos de una mina abandonada cuyo puente de carga me pareció hecho con una mezcla de materiales modernos, ladrillos y cementos pero también con piedras y materiales procedentes de algún antiguo poblado.
En los alrededores hay varias cuevas o “Cavas” ¿habrá algún túnel torcido (Tuerta)? (La traducción del topónimo nos haría pensar en una piedra o dolmen venerada por los antiguos dentro de una cueva torcida).Y aunque no tuve tiempo de explorarlas, dimos el lugar por localizado.
Contemplando aquella soledad y rodeados de la exuberante vegetación del entorno, nos parecía imposible que allí, junto a los muros del ahora inexistente monasterio, se hubieran desarrollado batallas medievales y turbias maniobras políticas, cuyos recuerdos se esconden en los legajos sombríos.
Volvimos al pueblo para comer el bocadillo y protegernos un poco del cálido sol de julio, dando como digo, por finalizadas nuestras andanzas por la zona, cuando un nuevo descubrimiento volvió a atraer nuestra atención……
Comentaba yo, que no me gustaba el hecho, de que se hubieran usado las piedras, para reutilizarlas en lo que yo creía una antigua mina de carbón.
Entonces un contertulio dijo: ¿qué mina de carbón? Esa mina era de uranio.
Templarios, con vírgenes morenas, aldeas, con sus pobladores envenenados y ahora una mina ¡de uranio! Esto si que era interesante. Necesitaba saber más. Había oído hablar en los años setenta de una veta de uranio, que iba desde Cistierna hasta la Robla, pero la bocamina más cercana, al lugar en que nos encontrábamos, estaba en Solana de Fenar.
Busqué por Internet y efectivamente en los periódicos de época se comentaba el hallazgo de varias vetas muy ricas y una historia rocambolesca con el Instituto Palinológico (análisis del polen fosilizado) y la extinta Caja León, como protagonistas.
Concretamente en el diario El País de 28 de marzo de 1981 se señalaba la existencia de uranio en dos grandes franjas en la provincia de León de un tamaño entre 80 y 100 Km de longitud, según documentos confidenciales, enviados por la caja leonesa, a la Junta de Energía Nuclear y a la Presidencia de Gobierno. Se dice también que los informes se habían mantenido en secreto desde la primavera de 1979, fecha en que el Director del Instituto Palinológico detectó la presencia de radiaciones anormalmente altas en la zona, conocida como el “Valle del olvido” cerca de la Robla. Se prohibió expresamente hacer copias de la documentación y solamente un número muy reducido de altos cargos tenía noticias del informe. En dicho informe se delimitaba exactamente la localización geográfica de los yacimientos, la forma de los mismos y se pedía también una investigación sanitaria de los pueblos afectados. El informe añade a estos datos, un resumen cronológico de las investigaciones, destacando que éstas comenzaron como una derivación de otros estudios encargados al Instituto bajo el nombre de "Proyecto carbonífero", en el que participaba la Caja de Ahorros y la Ohio State University, dentro del tratado de amistad y cooperación firmado entre Estados Unidos y España en 1977.
Los datos fueron secretos y no han trascendido al público en general, aunque la gente del lugar, como ha trabajado en ello, lo sabe y se comenta. Ahora seguramente se han descatalogado, pues al menos a día de hoy, se encuentran en la página web:
http://valdesabero.iespana.es/uranio.htm
http://valledesabero.webhispana.net/uranio.htm
Se señala que, tras el descubrimiento de radiaciones altas -entre tres y treinta veces por encima de lo normal- en rocas de origen sedimentario, se decidió investigar la "fuente" del yacimiento.En la prospección, al margen de estudios geológicos o palinológicos previos -análisis del polen fosilizado-, se utilizó básicamente un escintilómetro, versión actualizada de los contadores Geiger. Las mediciones llevadas a cabo en este material dieron índices de 1.800 cps (pulsos por segundo) y, en general, de 200 a 400 cps en zonas donde la radiación normal debería haber sido diez veces inferior. Por ejemplo, se ha descubierto el campo uranífero hidrotermal mayor del mundo, Tabúlica-2, gracias a un aumento de sólo dos veces la radiación sobre el fondo: 80 cps respecto a 160; este yacimiento que vale billones de dólares, no es mayor que un campo de futbol".
Por último, y tras recordar que el valor práctico de las mediciones está en función de las características de los yacimientos, del grado de concentración del mineral y de las facilidades que la zona pueda ofrecer -infraestructura- para su explotación, se destacaba que los límites de rentabilidad son perfectamente alcanzables en León y que, en todo caso, resultaba evidente la urgencia de realizar un estudio geológico detallado de toda la zona, otro geoquímico de las aguas para concretar su contenido en U-238 y U-235, un estudio aeromagnético y aéreo de radicación y "una serie de sondeos poco profundos".
El final de la historia: el Director del instituto fue cesado al poco tiempo y el presidente de la Caja “jubilado por edad”. Por mi parte hice preguntas, investigué en varios organismos y al final llegué a la conclusión de que en aquel tiempo se impuso la ley del silencio, pero yo dejo aquí constancia de todo, para el que quiera seguir investigando y conociendo nuestra historia y nuestras riquezas económicas.
¡Hay que ver lo que da de sí la búsqueda de un poblado medieval en León!
…Y es que la búsqueda del extinto poblado medieval en torno a la abadía de S. Pedro de Cavatuerta, está muy relacionada con las visitas que hicimos alrededor del pueblo de Matallana, siguiendo las investigaciones de José Manuel González García y Julia Miranda Pérez Seoane, al Valle de Orzonaga y la ermita de Villalfeide.
En Villalfeide nos impresionó la ermita, que está antes del pueblo, con sus impresionantes calaveras empotradas en la pared, sus marcas de canteros y el aire medieval, con puente incluido, que desprende todo el entorno.
En Orzonaga existió el poblado de Lláneces, hoy desaparecido y en sus cercanías, existe una ermita a punto de ser fagocitada por la fértil naturaleza del lugar, que ya ha derribado las cubiertas de la misma y algunas paredes laterales.
Cuando me interesé por las imágenes que en su día pudieron adornar esta ermita de san Mamés (“al que dan de mamar” ¿la leche del conocimiento?) me contaron que la mayor parte de las que había en las parroquias del contorno fueron destruidas o se perdieron durante nuestra guerra civil.
Pero sí, se conservaba en la iglesia de Matallana una virgen de madera de nogal, procedente de la ermita del Orugo , que podéis recordar en esta entrada . Aunque la ermita y el poblado medieval de Valdesalinas ya han desaparecido, la virgen se custodia en la sacristía de la Iglesia de Matallana. No conseguimos contemplarla, por más gestiones que intentamos… pero iniciamos una investigación, pensando que una virgen negra, apunta la posibilidad de que en su día hubiera templarios por la zona.
Comencé la búsqueda y no tardé en dar con documentación de la abadía templaria de Cavatuerta, hoy desaparecida, como los poblados medievales de Lláneces y Valdesalinas.
Pueblos perdidos, de los que perdura más que la historia, la leyenda. De este último junto a la ermita del Orugo, cuenta la leyenda que sus habitantes fueron envenenados en un día de romería, falleciendo todo el pueblo.
Siguiendo el magnifico trabajo de José Manuel González García y Julia Miranda Pérez Seoane, que puede consultarse en la siguiente dirección:
www.saber.es/web/biblioteca/libros/tierras-de-leon/html/85-86/5valle.pdf
y, que en su momento nos condujeron a la ermita de san Mamés de Orzonaga, nos dispusimos a buscar la ubicación de la abadía de Cavatuerta .
Esta abadía fue muy citada en documentos del Siglo X, sobre todo donaciones y compraventas. Una vez desaparecida la abadía, se siguió manteniendo el título de abad al que iban ligadas numerosas posesiones. Por esta razón Don Ramiro Núñez de Guzmán, Señor de Aviados en el Siglo XVI pretendió para él y sus sucesores el derecho a nombrar abad al que iban ligadas las numerosas posesiones de la inexistente abadía.
Pero la pregunta seguía siendo: ¿donde se encontraba exactamente? Pude constatar mirando el SIGPAC que, el topónimo de la llana de San Pedro sigue existiendo en la actualidad, así que la busqué partiendo de Aviados por un camino que bordea el arroyo de los Molinos hasta los restos de una mina abandonada cuyo puente de carga me pareció hecho con una mezcla de materiales modernos, ladrillos y cementos pero también con piedras y materiales procedentes de algún antiguo poblado.
En los alrededores hay varias cuevas o “Cavas” ¿habrá algún túnel torcido (Tuerta)? (La traducción del topónimo nos haría pensar en una piedra o dolmen venerada por los antiguos dentro de una cueva torcida).Y aunque no tuve tiempo de explorarlas, dimos el lugar por localizado.
Contemplando aquella soledad y rodeados de la exuberante vegetación del entorno, nos parecía imposible que allí, junto a los muros del ahora inexistente monasterio, se hubieran desarrollado batallas medievales y turbias maniobras políticas, cuyos recuerdos se esconden en los legajos sombríos.
Volvimos al pueblo para comer el bocadillo y protegernos un poco del cálido sol de julio, dando como digo, por finalizadas nuestras andanzas por la zona, cuando un nuevo descubrimiento volvió a atraer nuestra atención……
Comentaba yo, que no me gustaba el hecho, de que se hubieran usado las piedras, para reutilizarlas en lo que yo creía una antigua mina de carbón.
Entonces un contertulio dijo: ¿qué mina de carbón? Esa mina era de uranio.
Templarios, con vírgenes morenas, aldeas, con sus pobladores envenenados y ahora una mina ¡de uranio! Esto si que era interesante. Necesitaba saber más. Había oído hablar en los años setenta de una veta de uranio, que iba desde Cistierna hasta la Robla, pero la bocamina más cercana, al lugar en que nos encontrábamos, estaba en Solana de Fenar.
Busqué por Internet y efectivamente en los periódicos de época se comentaba el hallazgo de varias vetas muy ricas y una historia rocambolesca con el Instituto Palinológico (análisis del polen fosilizado) y la extinta Caja León, como protagonistas.
Concretamente en el diario El País de 28 de marzo de 1981 se señalaba la existencia de uranio en dos grandes franjas en la provincia de León de un tamaño entre 80 y 100 Km de longitud, según documentos confidenciales, enviados por la caja leonesa, a la Junta de Energía Nuclear y a la Presidencia de Gobierno. Se dice también que los informes se habían mantenido en secreto desde la primavera de 1979, fecha en que el Director del Instituto Palinológico detectó la presencia de radiaciones anormalmente altas en la zona, conocida como el “Valle del olvido” cerca de la Robla. Se prohibió expresamente hacer copias de la documentación y solamente un número muy reducido de altos cargos tenía noticias del informe. En dicho informe se delimitaba exactamente la localización geográfica de los yacimientos, la forma de los mismos y se pedía también una investigación sanitaria de los pueblos afectados. El informe añade a estos datos, un resumen cronológico de las investigaciones, destacando que éstas comenzaron como una derivación de otros estudios encargados al Instituto bajo el nombre de "Proyecto carbonífero", en el que participaba la Caja de Ahorros y la Ohio State University, dentro del tratado de amistad y cooperación firmado entre Estados Unidos y España en 1977.
Los datos fueron secretos y no han trascendido al público en general, aunque la gente del lugar, como ha trabajado en ello, lo sabe y se comenta. Ahora seguramente se han descatalogado, pues al menos a día de hoy, se encuentran en la página web:
http://valdesabero.iespana.es/uranio.htm
http://valledesabero.webhispana.net/uranio.htm
Se señala que, tras el descubrimiento de radiaciones altas -entre tres y treinta veces por encima de lo normal- en rocas de origen sedimentario, se decidió investigar la "fuente" del yacimiento.En la prospección, al margen de estudios geológicos o palinológicos previos -análisis del polen fosilizado-, se utilizó básicamente un escintilómetro, versión actualizada de los contadores Geiger. Las mediciones llevadas a cabo en este material dieron índices de 1.800 cps (pulsos por segundo) y, en general, de 200 a 400 cps en zonas donde la radiación normal debería haber sido diez veces inferior. Por ejemplo, se ha descubierto el campo uranífero hidrotermal mayor del mundo, Tabúlica-2, gracias a un aumento de sólo dos veces la radiación sobre el fondo: 80 cps respecto a 160; este yacimiento que vale billones de dólares, no es mayor que un campo de futbol".
Por último, y tras recordar que el valor práctico de las mediciones está en función de las características de los yacimientos, del grado de concentración del mineral y de las facilidades que la zona pueda ofrecer -infraestructura- para su explotación, se destacaba que los límites de rentabilidad son perfectamente alcanzables en León y que, en todo caso, resultaba evidente la urgencia de realizar un estudio geológico detallado de toda la zona, otro geoquímico de las aguas para concretar su contenido en U-238 y U-235, un estudio aeromagnético y aéreo de radicación y "una serie de sondeos poco profundos".
El final de la historia: el Director del instituto fue cesado al poco tiempo y el presidente de la Caja “jubilado por edad”. Por mi parte hice preguntas, investigué en varios organismos y al final llegué a la conclusión de que en aquel tiempo se impuso la ley del silencio, pero yo dejo aquí constancia de todo, para el que quiera seguir investigando y conociendo nuestra historia y nuestras riquezas económicas.
¡Hay que ver lo que da de sí la búsqueda de un poblado medieval en León!
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