24 noviembre 2013

P. Eutimio y Siro Sanz "Los orígenes de la nación española, de los Cántabros a Pelayo"


P. Eutimio y Siro Sanz

Cuando D. Eutimio, en la primera lección del presente curso del Instituto Bíblico y Oriental, bajo el tema de “Los orígenes de la nación española, de los Cántabros a Pelayo” tomó la palabra, agradeció nuestra presencia con un chiste eclesiástico: Se trataba de dos curas que comentaban las ventajas del Concilio. Uno iba diciendo: así es más fácil que la gente llegue al cielo. El otro contestaba: sí, sí, pero los que iremos ¡seremos los de siempre!

¡Qué magnífico conferenciante, con ese humor y sobre todo su agudo ingenio para las cosas serias!

Y allí estaba, rodeado de “los de siempre”, sus admiradores, los que no necesitamos que se nos recuerde su carrera universitaria, su tesis sobre Aristóteles, sus abundantes publicaciones, para poder creerle, pues sus enseñanzas desechan nuestras contradicciones,  aclaran nuestras dudas y dan sentido a la realidad que nos rodea.

Recordó cómo descubrió el enigma de los nombres latinos de la conquista, algo que dejó escrito en 1982, en uno de sus libros “Roma contra cántabros y astures”.

En el salón parroquial de Cistierna aparecieron a través de sus palabras, el Monte Vindio y los Picos de Europa, Bergida y Burón, Médulas y medul, canal de agua en Peña Sagra, que nos invitó a contemplar desde el Google map, río Miño y Deva, Astica, Asta, Estepa, mart( )olo, bartolo, S. Bartolomé, roque, Roquefort, S. Roque, papilion, pabellón, Babilonia, pago, vago, pruno, bruno, campos de Matías, Marte, S. Martín, Oseja, Oleia, Virgen de la O, Madalena, mad, lena, cima que separa las aguas...

P. Eutimio y Siro Sanz

 y estos discutidos topónimos, hidrónimos, nombres de hagiografía, fueron encontrando su lugar en la geografía cántabra, tras la labor paciente del P. Eutimio.

Su trabajo de investigación, durante una vida, le ha llevado a leer y releer los textos, empapándose en las fuentes grecolatinas, aprendiéndolos y hasta soñándolos. Luego visitando los lugares considerados por él, le salían al paso refuerzos a su teoría, en documentación medieval, en topónimos y en hallazgos arqueológicos, como las lápidas vadinienses. Lo más importante fue la aportación del sentido común, con él podía avanzar sin equivocarse, a pesar de las negaciones que le hacían unos y otros, todas ellas sin base a ninguna argumentación.

Falta un estudio de campo entre los arqueólogos de nuestras universidades, pero el P. Eutimio lo ha realizado en su constante caminar por la cordillera cantábrica.

Está por hacer un trabajo de campo en el área filológica, de todos los topónimos de agua que dan nombre repetidamente a muchos lugares de nuestra geografía de León, la de más kilómetros cuadrados de cursos de agua de España, cuyo nombre también es un hidrónimo, pero el P. Eutimio lo ha realizado, con sus citas constantes de hidrónimos, que por ignorancia a algunos les suenan a chiste

Ha desbancado teorías equivocadas y desarrollado una magna tarea de investigación, hasta comprobar todos sus hallazgos y comunicárnoslos, con su honda sabiduría. Ha conseguido vivir el tema y soñarlo. El enigma se ha convertido en un hilo de seda, que desenrosca un ovillo fascinante, en el que, el fértil investigador sigue trabajando.

P. Eutimio y Siro Sanz

Así nos contó sobre Pelayo, el cántabro que pisando calzadas romanas y respirando el hálito de antiguas batallas contra romanos, encontró bravura suficiente para rebelarse al nuevo pueblo invasor, los agarenos. No realizó una escaramuza casual, que no conseguiría hacer desistir de su propósito a hombres tan aguerridos, sino que presentó una batalla feroz, una auténtica matanza, en la que de nuevo los cántabros estaban dispuestos a todo, por su libertad.

Ved nuestro reportaje fotográfico aquí.

Ved el trabajo resumen de Siro Sanz aquí

P. Eutimio y Siro Sanz


Texto y fotos de Rosa Fadón y Rafael Cid

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias Rafa y Rosa. Desde luego sois unos discípulos aventajados.
Siro