La Navidad es la época del año en que todos nos deseamos lo mejor, así que quiero comenzar este escrito con mis mejores deseos para vosotros y que el próximo 2015 venga colmado de venturas.
Nos gustaría contaros que los reyes magos han estado en nuestra casa, pero no para dejarnos oro, incienso y mirra como hicieron en su día con el niño Jesús. Nos trajeron tres viejos libros ¿por qué sus majestades nos enviarían desde oriente tres libros ya descatalogados ? me pregunté inquieto.
Me dispuse a ojear el primero de ellos, “La historia de la Montaña de Boñar, escrita por don Pedro Alba, párroco de Valdesaz de los Oteros en 1863”, que así se titula el libro al gusto de la época. Reeditado en 2001 por Ediciones Leonesas.
El libro es, a mi modo de ver, una joyita con agudas indicaciones geológicas, teológicas e históricas que el buen párroco hace de las montañas de Boñar. Ensimismado, por lo bien que me lo pasé en su día al leerlo, el libro se me resbaló de las manos quedando abierto por la página 57 que dice:
“unos y otros caballeros ( se refiere a los de Santiago y a los Templarios) estaban destinados a la custodia del camino de los peregrinos que iban a Santiago de Galicia; y aunque desde principios del Siglo X el camino principal de aquellos iba de Carrión a León por hacia Mansilla, según la dirección que le dio el conde D. Diego de Poncelos venía otro camino menos principal, pero tal vez más usado en tiempo de calores, al par de Guzpeña, cortando desde Puente del Muey a Mercadillo,(Cistierna) Arrimadas, Boñar, Valdepiélago, etc. Cuya dirección hemos visto llevar en nuestros días (1.863) a los peregrinos y se colige que la llevaban de antiguo…”
Y digo yo que es imprescindible que pasara por Valdepiélago, pues los restos de San Froilán al ver que León iba a ser tomado por Almanzor, lo que ocurrió en el año 998, se trasladaron al Monasterio de San Juan, que él había fundado en el valle de Valdecesar, próximo a la Valdorria, Ayto. de Valdepiélago y allí permanecieron durante muchos años para ser objeto de veneración en todo el reino de León.
Esto es algo que no se ha respetado en el "Camino olvidado" al trazar la ruta por la Vecilla y la Robla, para seguir hasta la Magdalena por Carrocera, olvidando totalmente los lugares que indican los libros. Algo que tendremos que corregir y también el mapa de la Federación, que no puede ser un regalo que agradezcamos los que poseamos la información histórica. Hemos de corregirlo y no empecinarnos en apoyarlo con conferencias y ponencias, que trasgreden lo que dicen, no sólo el documento de Leodegundia, que publicó Julián González en su “Vexu Kamin” o el libro de José Fdz Arenas "El Viejo Camino de Santiago", si no también otros libros más antiguos de nuestros historiadores leoneses.
Pero sigamos con las sorpresas que nos deparaban los regalos de sus majestades: Abrimos el segundo paquete que contenía ¡Otro libro! Se trata de “La ribera del Torio” Editado por Celarayn y escrito por Maximiliano González Flórez en 1982.
Maximiano es un gran conocedor de la montaña leonesa, como lo demuestra en “La Montaña de los Arguellos”de Graficas Villena, Madrid 1978. “El castillo de Montuerto” Tierras de León, núm. 29 o “el Infantado del Torío” Tierras de León nº 45.
Dice Maximiliano:
“La ermita que hoy sustituye a la cueva de san Froilán es de un estilo muy sencillo…sobre el arco de la entrada hay un escudo heráldico que lleva la imagen de Santiago Apóstol en plan acometida guerrera. Este santo tenía que presidir las rutas de peregrinación y por Valdorria pasaban miles de peregrinos que veneraban a San Froilán y proseguían después hacia el Camino de Santiago” (pág. 225)
“Entre otras rutas peregrinantes se habla de una que venía desde Puente Almuhey pasando por Boñar, donde había un hospital de peregrinos. Seguía hasta Valdepiélago con dos direcciones (Observad que nada se dice de la Vecilla a la Robla etc.) una llegaba hasta Nocedo para subir por la difícil senda que conduce a Valdorria. Otra se desviaba desde Valdepiélago por la Mata de la Bérbula para llegar a los lugares de veneración."
"Después de cumplir la visita, proseguían por Correcillas para pasar el Torio por el puente de Villalfeide. Seguían por el valle de Coladilla a Villar del Puerto para incorporarse por el camino de la Tercia en la Vid” (pág. 226)
Podéis comprobar en el blog, que esta es exactamente la ruta seguida por nosotros con la ACS "Pulchra Leonina" de León:
Quedaba aún por abrir un sobre regalo del rey Baltasar, se trataba de un documento titulado “El primitivo camino de peregrinación por las montañas leonesas” publicado en Cuadernos de Estudios Gallegos, fasc. XL, año 1958 por el arqueólogo e historiador D. José María Luengo.
Dice D. José Mª
“El camino leonés de la montaña comenzaba en Puente Almuhey, pasaba el Cea, siguiendo por Mercadillo; cruzaba el Esla para encaminarse a Barrillos de las Arrimadas – Donde hubo posteriormente residencia de Templarios, lo que confirma no haberse perdido en dicha época el uso de este camino—y desde allí subía hasta Boñar, en cuyo punto existe un gran puente sobre el Porma. Una prueba más de la permanencia de esta ruta jacobea, aún en pleno siglo XIII…El camino para Galicia seguía por la orilla derecha del rio Porma pasando por un pueblo hoy desaparecido, que se denominaba San Julián desde donde se dirigía a Valdepiélago para cruzar el rio Curueño, por un puente que hoy subsiste, notablemente reformado y seguía por Villalfeide, salvando allí el rio Torio”.
Desde aquí se nos indican dos rutas alternativas, una por Miñara, Salientes y Valseco a Páramo del Sil que también se refleja en el “Vexu Kamin”.
Luego continúa:
“Cruzaría por los pueblos de Viñayo, donde hubo monasterio dedicado a Santiago, cedido por Ordoño II al obispo de León, Fruminio, y por Trascastro e Inicio en los que se ven restos de calzada que ya localizó el padre Tirso López, siguiendo por Fasgar…”
Inicio es una localidad importante del Ayuntamiento de Riello, en la parte derecha del rio. En su día hablando con el alcalde, nos prometió abrir el sendero cuando inaugure el albergue de peregrinos de Vegarienza.
Como veis el “Viejo Camino de la Montaña” no es un “camino olvidado” por todos, a lo largo de su historia nos lo recuerdan historiadores, arqueólogos o simples peregrinos curiosos como nosotros. Así que, a seguir la huella que nos ha dejado Leodegundia, si queréis hacer nuestra ruta y coincidir con los testimonios históricos que los buenos reyes magos han dejado en nuestras manos y ahora en las vuestras...
Con el deseo que el niño Jesús y el Abad Gundisalvo os iluminen y el año que comienza os colme de venturas, recibid un fuerte abrazo...
Texto y fotos de Rafael Cid y Rosa Fadón
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