Hola: Al final me instalé el skype en la tablet y pude hablar un poco con Rafa. El tiempo pasa volando cuando estás de vacaciones y hasta hoy no he tenido ocasión de escribir unas líneas.
El viaje a Brasil fue muy cansado, cogimos el bus a las 17h del sábado y nos esperaban más de 30 horas de viajes y largas esperas en los aeropuertos.
El avión que nos llevó de Lisboa a Salvador era un Airbus A330, un avión gigantesco y muy cómodo, y las 8 h de avión se pasaron volando, nunca mejor dicho.
Luego en Maceió http://es.wikipedia.org/wiki/Macei%C3%B3 nos vinieron a buscar al aeropuerto y nos llevaron a Río Largo, http://es.db-city.com/Brasil--Alagoas--Rio-Largo a la finca del tío Bebeto.
Cenamos y poco más, porque estábamos reventados. Al día siguiente Betinho nos bajó a Maceió.
Fuimos a un centro comercial, a comer y a comprar cosillas. La verdad es que los precios están muy a la par que en Europa. La relación entre las monedas es: 3€ son 10 R$ (reais).
Lu compró una tarjeta de prepago para tener Móvil operativo. Yo el mío lo tengo apagado todo el rato porque estoy de vacaciones, jejeje.
Al día siguiente nos fuimos con Betinho que nos llevó a su piso, porque durmiéramos allí, y así poder aprovechar para ir a la playa.
Fuimos a Gunga,
30 km al sur, donde está la que es considerada por muchos la playa más bonita del mundo, más incluso q las playas de Hawái, Caribe, y por increíble que parezca más bonita que Torrevieja.
La playa desde luego que es resultona, con un bosque de palmeras que llegaba a deformarse con la curvatura de la tierra, inmenso. Las palmeras llegaban hasta apenas 30 m del mar, y cuando sube la marea quedan a unos metros. Las palmeras son de cocos, tienen el tronco muy fino y son muy altas, a diferencia de las datileras que tienen un tronco mucho más grueso y no alcanzan tanta altura.
La arena tiene menos sal que en el mediterráneo, y te la puedes quitar sacudiéndote un poco. La arena cruje debajo de tus pies.
Como estamos en el hemisferio sur, el sol sale por el este pero en vez de ir por el sur hacia el oeste va por el norte hacia el oeste, proyectando la sombra hacia el sur.
El cielo de noche es totalmente distinto y no conozco ninguna constelación. Me instalé el google sky map para ver si aprendo algo más de esta experiencia.
Volvimos a dormir en el piso de la playa, pero al día siguiente fuimos con Tiago. Nos llevó en coche a donde trabaja, una especie de urbanización de lujo, también a 30 km al sur, cerca de Gunga.
Mientras él trabajaba nos fuimos a la playa, una especie de playa privada al lado de restaurantes, cafeterías, etc. Había sombrillas con tumbonas y tenias una bandera que podías izar para llamar al camarero. Pedimos un par de cocos y nos pasamos la mañana en esa playa. Está protegida por un atolón, como la playa de Guardamar, con lo que no tienes olas.
En la playa pasaba gente vendiendo pan de coco, gafas de sol, pareos, etc. También había barcas que daban paseos a los turistas por el mar, o bugies con enormes ruedas que hacían lo propio por la arena.
Aunque nos quedamos gran parte del tiempo debajo de la sombrilla, terminamos todos rojos como cangrejos, y es que aquí el sol arrea con mucha fuerza, aunque estemos en invierno.
Como estamos muy cerca del ecuador (9°S) aquí no hay cuatro estaciones, sino estación de lluvias y estación seca, y hace calor todo el tiempo aunque en la seca bastante más.
La temperatura del agua es como el Mediterráneo en pleno agosto.
Hoy hemos vuelto a casa de Bebeto a dormir, porque tenemos que coger ropa limpia. Los mosquitos nos han acribillado, pero aún así lo estamos pasando muy bien.
Subiré fotos al flickr. Cuando estén os aviso.
Besicos
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