04 septiembre 2013

Bercianos del Real Camino

Luis, Baudi y yo salimos del Burgo Ranero (http://rsas0010.blogspot.com.es/2013/08/el-burgo-ranero-en-el-camino-frances.html ) para dirigirnos al albergue de Bercianos, donde pensábamos visitar a los Hospitaleros Voluntarios y hacer un pequeño reportaje, que aquí veis, para promocionar el pueblo y el Camino de Santiago.

Por el camino fuimos comentando nuestras impresiones sobre la  película “The Way”  cuya acción transcurría en parte, por estos lugares. Su protagonista, Martín Sen, que es hijo de un emigrante gallego, hizo el Camino con un amigo y su nieto en 2003  y quedó tan impresionado, que al volver a EEUU le propuso a su hijo realizar una película sobre sus vivencias. Así surgió “El camino” y así aparecen nuestros paisajes en todas las pantallas del mundo.

Bercianos del Real CaminoÍbamos haciendo la ruta en dirección contraria a la realizada  por los peregrinos, disfrutando de un día hermoso. Yo bromeé sobre unos pozos petrolíferos que divisaba a lo lejos y mis amigos, veteranos peregrinos que habían realizado varias veces el camino me dijeron que no, que lo que a mí me parecía una especie de torre Eiffel era, ni más ni menos, que la torre de la iglesia de Bercianos con su campanario y hasta una columna para el nido de las cigüeñas.


Entonces recordé que leí en el periódico:
http://www.diariodeleon.es/noticias/afondo/la-iglesia-interminable_635843.htm 

Pero sobre todo recordé, no sin cierta amargura, aquel aciago día de junio de 1998 en que leía la noticia del desmoronamiento de la iglesia de esta bonita localidad con su emblemática torre ¡de más de 30 metros de altura! http://www.bercianosrc.es/pueblo/noticias/recortetorre.pdf 


Baudi, que escribió hace tiempo un diario sobre sus experiencias haciendo el Camino de Santiago, dijo que este lugar fue un poblamiento realizado por gentes procedentes del Bierzo y que ya se le citaba en documentos del Siglo X. Hay unos documentos, del año 950 que nos dan cuenta de que Álvaro Velaz, “por miedo al diablo y al juicio final” (“diaboli timens et diem iudicii terriblem tremens”)  hace donación al cercano monasterio de Sahagún, de unas heredades colindantes con el “valle de Berzianos”
Y es así como tenemos las primeras noticias de este bonito pueblo, conocido por miles de peregrinos. Podéis ver mas datos visitando este enlace:  http://www.bercianosrc.es/cultura/historia.html

Bercianos del Real Camino

El albergue esta construido sobre la antigua casa rectoral y desde septiembre del año 2002, los Hospitaleros Voluntarios intentan mantener vivo el espíritu jacobeo.

Bercianos del Real Camino

En esta ocasión conversamos con  Aliane y Javi, siciliana ella, alicantino él, los encontramos preparando la cena para todos los peregrinos que pernoctan en el albergue.

Una cena comunitaria es algo que se aprecia en el Camino, mantiene la convivencia entre personas que ha juntado el azar y que quizá lleguen a conocerse muy bien, en las sucesivas jornadas de marcha peregrina. Este manjar reconfortante está compuesto de ensalada, elaborada con los productos de la huerta y macarrones ¡huelen muy bien!


Me agradó conversar con Javi, de su tierra. Por esas coincidencias del destino, que se producen a veces, yo venía de Alicante, había disfrutado de sus fiestas de San Juan y me encuentro en mi León a este alicantino, que ayuda generosamente a sus semejantes, pues ni por la cena que sirven ni por el trabajo que ejecutan cobran a los peregrinos euro alguno.

Bercianos del Real Camino

Me enseñaron el oratorio con los frescos pintados por nuestro compañero Juan Carlos. Aquí se retiran a rezar o a meditar los peregrinos, para encontrarse consigo mismos, aquí les atiende también D. Jorge, el párroco, cuando sus otras obligaciones se lo permiten.

No hizo falta que nos dijesen que el lleno era total en el albergue. Los estantes de botas, colocadas junto a la escalera, daban fe de ello. El albergue está bien restaurado y el empedrado de la entrada es hermoso.

Bercianos del Real Camino

Luis me llevó a visitar los restos de la antigua iglesia. Me dijo que al atardecer los peregrinos van a este lugar y a través del atrio que aún se conserva, contemplan la puesta de sol. Todo un símbolo.

Bercianos del Real Camino

Caminamos por el espacio abierto, que en su día fue la iglesia del Salvador, con su poderosa torre, hoy desaparecida,  de más de treinta metros, que es muy posible que fuera de origen romano y tuviera fines militares y de vigilancia. 

Esta iglesia, que era de 1430, albergaba también una talla renacentista dedicada a San Juan Bautista y una pintura del Calvario del Siglo XVI.

Me dijeron que, cuando ocurrió la catástrofe,  fueron depositas en el edificio de la antigua Cámara Agraria. Está  también documentado un sepulcro perteneciente a  D.ª Leonor de Quiñones, señora de la villa. Sobre las distintas mujeres de esta estirpe con ese nombre podéis leer http://www.xente.mundo-r.com/luna/leonorQUIN.htm pero al no localizar el sepulcro, yo no pude enterarme de la época, ni del lugar, donde se encuentra en la actualidad ¡No penséis que voy a dejar esta investigación!¡ Para otra vez será!

Nos dirigimos después a la ermita de San Roque, en el centro del pueblo, donde se atienden los oficios religiosos.

Por el camino vi a un Santiago en piedra, que me observaba desde el porche de una casa. Casi me pareció que era de verdad…

Bercianos del Real Camino

Junto a la otra ermita, a la salida del pueblo, bajo la advocación de la patrona, Nuestra Señora de Perales, les dije a mis compañeros que ahora yo seguiría andando hasta Cebreiro.

Ellos, creyendo que el sol había afectado a mis neuronas, viejos conocedores del camino como son, les pareció un tramo muy grande para hacerlo en una sola jornada, pero yo les tranquilicé explicando que en el año 1186, en tiempo de Fernando II se edificó en este mismo lugar el “Hospital de Cebreiro”.

Y como dice mi amigo Luis que en el Camino, en todo pueblo debe de haber una leyenda y una fuente, aquí va la leyenda de la laguna de Bercianos:

Bercianos del Real Camino

Corría la época de las guerras entre la reina Urraca de León y su esposo, Alfonso I de Aragón, el batallador.
El terrible capitán de este último, Giraldo, apodado el diablo por su brutalidad, invadió el pueblo de Bercianos. Para evitar una segura muerte si caían en sus manos, los que pudieron huyeron, pero era noche cerrada y había una espesa niebla, así que muchos se precipitaron en la laguna y se ahogaron, quedando sus cuerpos en el fango sin poder ser enterrados en sagrado.

Dicen que las aves que la habitan portan sus almas y cuando algún cazador las dispara y abate, se oye el grito del muerto aprisionado en el pájaro, quedando así liberada para siempre de la maldición.
    
 Sin atrevernos a pronunciar palabra, seguimos nuestra  ruta a Calzadilla de los Hermanillos,  esta vez en silencio, profundamente impresionados por la narración.

Texto y fotos de Rafael Cid

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