02 diciembre 2014

Camino de Santiago, O Cebreiro a Triacastela

Comenzamos en esta ocasión, nuestra andadura en O Cebreiro, lugar mítico del Camino de Santiago que aunque ya nos hemos detenido en otras ocasiones…


...no por eso vamos a dejar ahora de visitar su iglesia para recordar su leyenda griálica, su monumento a Don Elías Valina guardar un momento de silencio ante su sepulcro, contemplar las pallozas con su arquitectura tradicional y a pesar de la climatología pudimos observar sus magnificas vistas de las sierras do Courel y os Ancares, pues no en vano nos encontramos a 1290 metros de altitud.

O Cebreiro

En el siglo IX se fundó aquí un monasterio regido por frailes de San Giraldo de Aurillac durante casi 400 años. El templo prerrománico conserva la talla de Santa María la Real de O Cebreiro, patrona de la comarca. Si la observáis con detenimiento comprobaréis que tiene la cabeza inclinada. ¡Es por el milagro de la transustanciación! Cuando en la Edad Media el pan y el vino se transformaron en carne y sangre.

O Cebreiro

En la capilla de la derecha veréis el cáliz conocido desde entonces como “el grial del Cebreiro” y las ampollas en las que aún se conservan, que fueron donadas por los reyes católicos. Esto también tiene su leyenda pues la reina Isabel consciente de la magia, trató de llevarse consigo el fruto del milagro, pero los caballos que transportaban las reliquias se negaron a seguir cuando llegaron a Pereje, cerca de Villafranca e Isabel comprendió así que debía devolver lo sustraído. Milagros o física cuántica, según el gusto de cada cual, no podéis perderos la oportunidad de rememorar estas historias.

En San Estevo de Liñares nos detenemos a contemplar su ermita que conserva una hechura parecida a la de O Cebreiro, es del Siglo VIII y ya que la encontramos abierta tuvimos ocasión de admirar y fotografiar su hermoso retablo barroco. Al haber dos feligreses en la misa, no se produjo el milagro del Cebreiro.

Liñares

En el Codex Calixtino ya se cita este lugar como “ Linar de Rege” imagino que esto es debido al cultivo tan importante en la Edad Media, al que se dedicaban por aquí.

Salvamos luego varias subidas y bajadas para llegar al “Alto de San Roque” donde no puede faltar la foto peregrina para inmortalizar el momento, desde los 1270 metros de altitud. Con hondos valles cubiertos por la niebla que aún no se ha despejado del todo, nos acercamos a “la estatua del peregrino luchando contra el viento”.

Alto de S.Roque

Es una Obra realizada en 1993 por el escultor José María Acuña y parece que nos avisa de la dureza de los elementos y quiere servir de homenaje a todos los caminantes que se acercan hasta ella.


Por senda paralela a la carretera llegamos a Hospital de la Condesa, lugar que como su nombre indica acogió un hospital de peregrinos desde la antigüedad.

Hospital de la Condesa

La Iglesia del pueblo es del Siglo XII de una construcción típica de las iglesias de la montaña lucense con techo de pizarra.
El hospital que da nombre al lugar fue fundado en el Siglo IX por Dª Egilo, esposa del conde Gatón, legendarios repobladores.
Aquí vamos a refrescar un poco la historia: Después de la batalla de Covadonga en el 722, se organiza en el norte un pequeño reino asturiano, pero debido a las continuas guerras el área comprendida entre el Duero y la cordillera Cantábrica quedó despoblado. La repoblación comenzará 100 años más tarde con gente de estas montañas y clérigos mozárabes. La invasión musulmana convirtió al Bierzo en tierra de nadie hasta que en el 850, Ordoño I ordenó la repoblación de estas tierras al Conde Gatón que en el 854 continúa su avance sobre Astorga y la Cepeda.

Según las fuentes musulmanas Gatón era hijo de Ramiro I, por lo tanto hermano de Ordoño. Esta opinión también la comparte Sánchez Albornoz, aunque para otros Ordoño estaría casado con Nuña, hermana de Gatón siendo por tanto cuñados.

Hospital de la Condesa

Del matrimonio del conde con Dª Egilo nacieron varios hijos, de los cuales la más conocida por los historiadores fue Hermesinda una de cuyas hijas, Elvira, se casaría con el Rey de León Ordoño II.
Según Quintana Prieto, Gatón y Egilo restauraron y dotaron el monasterio de Triacastela. Sus nietos Ordoño II y Elvira al ampliar las dotaciones, recordaron en el documento: “lo restauró nuestro abuelo Gatón”.

En el 854 recibe la orden de continuar la repoblación por la Cepeda y Astorga bajando hacia el Duero por lo que iremos conociendo pueblos como San Pedro Bercianos, Bercianos del Páramo, Bercianos de Vidriales…
No estamos seguros de si el Castillo de Sarracín en el Bierzo lo reconstruyó el mismo conde o uno de sus hijos, que llevaba por nombre Sarracino.
Se cree que el conde Gatón falleció en el 860.

El siguiente pueblo que encontraremos es Padornelo. La Iglesia del pueblo se encuentra bajo la advocación de San Xoan (San Juan en Gallego) del Siglo XV. Aquí se instaló en su día la Orden de San Juan de Jerusalén, que se dedicaba al cuidado y defensa de los peregrinos. Esta Orden es conocida a lo largo de su historia con varias denominaciones.

Padornelo

Los Sanjuanistas, en un principio conocidos como Monjes Hospitalarios, iban vestidos con capa negra con cruz blanca de las ocho bienaventuranzas, que a partir de 1259 la cambiarían por la de color rojo.
Ya en el siglo XI antes de la primera cruzada, los mercaderes que comerciaban en Jerusalém hicieron construir a sus expensas un hospital para atender a los peregrinos. Estaba administrado por religiosos benedictinos y dirigido por un monje llamado Gerardo, con una iglesia puesta bajo la advocación de San Juan Bautista.
Parece ser que desarrollaron tan bien su labor que el Califa de Egipto donó a Fray Gerardo un trozo de muro de la ciudad, con su puerta de entrada correspondiente.

Alto del Poio

Pasado el tiempo acogieron a los cruzados heridos y algunos de ellos se integraron en su comunidad. El Papa Pascual II les otorga la bula “Protectio Petri” concediéndoles varias posesiones en Asia y Europa, siendo su primer gran maestre Raimundo de Puy.

Perdidos los santos lugares, construyeron una gran flota para combatir por el Mediterráneo. El gran maestre unía a su titulo el de “príncipe de Rodas” y cuando fueron expulsados de su isla por los turcos, Carlos V les cedió la de Malta, donde acuñaban moneda y constituyeron una especie de Republica Aristocrática. Los monasterios o casas que tenían por Europa, podríamos considerarlas lo que hoy llamaríamos embajadas. Se les denominó a partir de entonces la Orden de Malta.

Sólo en 1800 Napoleón, rumbo a Egipto, ocupó la isla, pero en 1802 en el tratado de Amiens, Inglaterra, Francia, España y Holanda, se obligan a restituir la posesión a la Orden. En la actualidad, la Orden mantiene relaciones diplomáticas con 104 países.
Pero ¿Cómo se financia? ¿A qué dedica su actividad?

Alto del Poio

Nosotros, caminantes sin hospitales Sanjuanistas que nos acojan en la actualidad, peregrinos incautos que creíamos que con la subida a O Cebreiro había pasado lo más duro, nos sorprendemos con un repecho corto, pero pronunciado, que tendremos que salvar para coronar el Alto del Poio.

No os asustéis, porque a partir de aquí comenzamos el descenso y antes paramos a reponer fuerzas en el "Albergue del Puerto" con José Antonio Iglesias, que tenía un bonito sello para los peregrinos.

Camino de Santiago


Mientras conversábamos con el dueño del local atrajo poderosamente nuestra atención un cuadro con los "Diez mandamientos del peregrino" que podéis ver aquí para general conocimiento.

Alto del Poio


Seguimos nuestra andadura hasta Fonfría que como su nombre indica este pueblin nos obsequia con su fuente de aguas cristalinas que brotan junto al camino y próxima a la iglesia dedicada también a San Xoan.

Fonfría

En su momento hubo aquí también un hospital para atender a los peregrinos, aunque en la actualidad ya no existe, pero hay Albergue y una hermosa palloza que tiene un restaurante. Nosotros acertamos a pasar por unas portonas abiertas donde se preparaba la matanza y fotografiamos la escena, tan típica de estas fechas.

Camino de Santiago


Cruzamos Biduedo aldea que debe su nombre a la gran cantidad de abedules (bido en gallego) que crecían en su entrono. Nos han informado que en la capilla de San Pedro se sellan las credenciales, pero sólo pudimos verla desde el exterior, sin embargo se puede sellar en el bar, ¡así es como hemos llegado a cambiar la oración por la buena vida!

Biduedo


Continuamos nuestro camino para adentrarnos en el monte Caldeirón, aprovechando para fotografiar las montañas circundantes mientras admiramos la belleza que se despliega ante nuestros ojos.
Nos encontramos ahora en una especie de balconada desde la que ya se divisa Triacastela con el monte Oribio al frente.

Alto del Poio

Aún cruzamos varios pueblos en primer lugar Fillobal, con su hermoso hórreo y albergue y hospedería. También aquí había gente con la matanza y charlamos para animarles a dejarse tomar una foto.

Camino de Santiago

Después de atravesar un área de descanso llegamos a Pasantes. Nos asomamos a la ventanita de su capilla, que nos dijo una vecina que era de propiedad privada.

Camino de Santiago


En Ramil nos detuvimos para abrazar su castaño centenario, que tiene una cartela explicando su edad, aproximadamente de 800 años y su perímetro de unos 8,5 metros. Un árbol majestuoso al que le deseamos larga vida.

Castaño


Finalmente alcanzaremos nuestro destino de hoy: Triacastela.
Es una ciudad que estuvo rodeada por tres castros, castiellos o castillos cuyo recuerdo se conserva en el escudo y en la fachada de su iglesia monumental.  Estuvo poblada desde antiguo y en sus alrededores se encuentra la Cueva Eirós, donde se han encontrado restos humanos de gran importancia y antigüedad. Ahora deben de haberse parado las investigaciones, por la cercanía de una explotación a cielo abierto, su cantera. ¡Ay que ver, siempre suele haber alguna cantera o mina, amenazando el patrimonio o la riqueza arqueológica!

Nosotros nos adentramos entre el caserío imaginando cómo sería en la Edad Media y adivinando entre las casonas semiderruidas aquellas que la hicieron famosa, como el hospital de peregrinos que hoy se conoce como "casa Pedreira".

Triacastela

Según se dice en el Codex Calixtino, hasta Triacastela se acercaban los mesoneros de Santiago para engatusar a los peregrinos, informándoles del buen trato que habían recibido durante el hospedaje en Santiago y recomendado tal o cual posada. Luego les “clavarían” precios abusivos a los incautos que se lo habían creído. ¡Era el marketing de la época!

Nos acercamos al "Mesón la Ponte" situado cerca del puente medieval, que fue mesón y herrería en aquellos tiempos medievales y nos dijeron que en su interior todavía se conservan muebles y objetos de barro hechos por artesanos de la comarca.

Triacastela

Todavía quedan restos de otro mesón. A buen seguro los que tuvieran posibilidades económicas descansarían en el "Mesón del peregrino" conocido como "Casa de Aira": Luce un hermoso portón adornado con una talla en forma de letra capital "C" que orla una flor y sobre su arco de medio punto sobresale un penacho de enredaderas.

Triacastela

Había también en esta localidad una cárcel para peregrinos o para los que haciéndose pasar por tales, eludían el pago de impuestos o se dedicaban a la mendicidad o al robo. Parece ser que hasta hace poco tiempo se podían leer los grafitis escritos en las paredes de las celdas por los pobres desgraciados.

Triacastela

De haber estado abierto hubiéramos visitado el templo parroquial, con su ábside románico.

Triacastela

Se cree que el conde Gatón nació en este lugar y fundó en el siglo IX el monasterio que luego dotarían sus nietos Elvira y Ordoño II. Su nombre procede de “tres castros” o “tres castillos” aunque un lugareño socarrón me dijo una vez que lo que su nombre quería decir era ¡tira pa´ Castilla!

Hoy en día tenemos cantidad de servicios hosteleros para acoger al visitante y podemos contemplar el monumento al peregrino, hecho con piedra caliza, abundante en las canteras de los alrededores.

Triacastela

Si hay lugares que el Codex Calixtino ni siquiera los menciona, no es el caso de Triacastela que la cita, además de ponernos en guardia contra los hospederos tramposos, nos cuenta la costumbre peregrina de coger una piedra caliza en sus zurrones y transportarla para colaborar con ella en las obras de la Catedral de Santiago.

Por aquí han pasado, como nosotros, miles de peregrinos para abrazar al Señor Santiago en Compostela. También pasaron la Reina leonesa Urraca y Diego Gelmírez, tratando de evitar la guerra con los nobles gallegos y con Alfonso el Batallador. Alfonso IX soñó con hacer de este lugar una gran ciudad que llamaría Triacastela Nova.

Y, en fin, nosotros después de callejear por todos los rincones de la población degustamos una exquisita comida de la cocina gallega y compartimos nuestro tiempo con nuevos amigos. Vednos aquí con Sandra y Saray comprando los pins y tapeando en su bar. 

Triacastela


Texto y fotos de Rafael Cid y Rosa Fadón

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