Seguimos nuestra andadura después de pasar por Omañón y junto a Sabugo y antes de llegar a Rodicol a la izquierda del camino, en los prados muy verdes en esta época del año pastan apaciblemente unas vacas, caballos y ovejas.
A nuestra derecha vemos una ermita, hacemos un alto porque sabemos que es muy importante. Es la ermita de la Virgen de la Seita y está al pie de un cerro llamado del Cotorriello.
Al darle una vuelta al templo, vimmos una placa inscrita con una oración, que rezamos con devoción, ya que estaba cerrado el templo: "Nadie pase por aquí sin saludar a Maria y decirle con amor, no me dejes Madre mía". Al no encontrarla en el pueblo, os dejamos esta foto del libro “Omaña, pueblos, paisajes y paseos” de Julio Alvz Rubio, que siempre llevamos en nuestros paseos por los pueblos de Omaña y que os recomendamos, por ser muy interesante.
Aquí se hace una romería en el mes de agosto, con la procesión que traslada la imagen desde la iglesia del pueblo a la ermita, la misa y la comida en la campa, que la rodea. Todos piden sus favores a la Virgen del s.XII, que es famosa en los alrededores.
Tiene su leyenda y todo y nos la narró amablemente Carmen Enelida que vive en la única casa que permanece abierta durante todo el año, aún en invierno.
El Padre Cesar Morán en su libro "Por tierras de León", que también nos parece imprescindible, confirma que está ubicada junto a una elevación en la que hubo un castro, rodeado por un foso (de SEPTA-ORUM) así que posiblemente fuera otro asentamiento prerromano, que corrobora el descubrimiento, que en los años sesenta del siglo pasado se haría a unos escasos 150 metros de la ermita, es el “ídolo de Rodicol”. Aquí os dejamos el enlace para que lo veáis:
Lo descubrió labrando su finca D. Argimiro Suárez y lo colocó en la pared que delimitaba la propiedad. Allí permaneció hasta que los niños de la escuela del pueblo, concursando en el famoso programa de TV de la época “misión rescate” con su maestra al frente lo redescubrieron y D. Argimiro lo cedió amablemente a la Diputación Provincial de León.
Aquí viene nuestra aportación personal a la leyenda de la Seita y al ídolo, ya que aún nos faltaba deciros que el lugar exacto donde se encontró se denomina “los Barriales”. Según nuestra interpretación de la lengua prerromana, he aquí que traduciríamos como bar=abajo y ales=mujeres poderosas.
Esto concuerda bastante con la leyenda que nos contó Enélida:
En el Cotorriello brotaban unos fuegos fatuos, así que un pastor decidió excavarlo y aunque hizo un gran agujero no pudo levantar la piedra de la que salía la luz. El pastor empujó y empujó pero no consiguió nada hasta que finalmente la piedra se levantó sola dejando a la vista una hermosa talla de la Virgen. Rápidamente, los lugareños comenzaron la construcción de una ermita en el cerro y milagrosamente al día siguiente aparecían en el valle por lo que todos comprendieron que abajo era el lugar en que debían edificar el templo a la mujer poderosa.
Como sabíamos que con los tiempos que corren, la milagrosa imagen no estaba en la ermita si no en la iglesia del pueblo, nos acercamos hasta allí, para verla y rezarle la preceptiva oración que indica la placa de la puerta pero ¡Oh casualidad¡ se la habían llevado a restaurar a no se sabe dónde.
La familia de Enélida, son ganaderos y nosotros disfrutamos viendo sus animales y su perrito, que nos acompañó muy cariñoso, por el pueblo.
Al marchar le dijimos a Enélida, que se venía con nosotros y ella replicó que
- ¡no, no, no lo doy por todo el oro del mundo!
Realmente algunas personas, aún tenemos que aprender mucho de los animales y darles su verdadero valor.
Ved nuestras fotos de
Texto y fotos de Rosa Fadón y Rafael Cid
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