Víctor nos llevó a recorrer la comarca de Luna, en la provincia de León, en el norte, junto a montañas y prados frondosos. El río Luna riega sus tierras y hoy su caudal se aprovecha en un embalse de grandes dimensiones. Por las carreteras que van al extremo noroeste de la provincia recorrimos las comarcas de Luna, Babia y Laciana y llegamos hasta el límite provincial con Asturias.
El quería enseñarle a Luna la comarca de su nombre, su belleza y los misterios del embalse, que él pudo conocer en el año de sequía, cuando se podía transitar por el suelo del embalse, casi vacío.
Mostrarle su infancia en Palacios del Sil y sobre todo los trabajos de altura por las torres de telefonía, en los crudos y difíciles días de invierno.
Muchas gracias Víctor por esta excursión.
Calcitas y Cuarcitas en las rocas de Luna
La comarca de Luna tiene unas montañas muy peculiares, muy peladas, con desfiladeros, estratos verticales o estriados...
Yo le dije a Lunita, que siempre me habían parecido paisajes lunares. Podía imaginar que miles de años atrás, hubieran venido habitantes de otros planetas, que encontraran en estos paisajes, similitudes con las montañas rocosas de la Luna y le hubieran dado su nombre.
Luna, corazón de oro.
Luna, admirando esta comarca que lleva su nombre, se sentía una princesa de extrañas tierras, ¿verdad?
El agua hace islas de las tierras altas
El valle del río Luna, inundado al máximo, muestra las cumbres de sus montañas en horizontes lejanos.
El embalse de Luna tiene 40 km de costa, 300 millones de metros cúbicos de agua, su presa tiene 80 m y 16 pueblos y barrios desaparecieron en el fondo del embalse. Para mi es una pena crear un pantano, pero el agua es abundante en estas comarcas y vivifica amplias tierras más abajo.
En esta foto se le ve en una crecida, lo que puede comprobarse por la altura del agua.
Pero no siempre está el embalse lleno de agua. En el año 2017, Víctor hizo un recorrido por el suelo seco y nos dejó este vídeo como testimonio: www.youtube.com/watch?v=ykdA6APPUf4
Esto escribió Víctor:
El pantano de Luna está a mínimos históricos. Se pueden ver todos los pueblos sumergidos, se puede pasear por sus calles, se puede cruzar por sus puentes,,, unos puentes que quedaron sumergidos hace más de 50 años y han aguantado el paso del tiempo como si nada. Los ríos que alimentan el pantano han vuelto a ocupar sus antiguos cauces. Los árboles siguen clavados en el terreno como esperando a que termine el invierno. Los muros de los terrenos muestran la realidad de la comarca antes de la concentración parcelaria. Todo sigue como si el tiempo se hubiera parado bajo el agua, y ahora que afloran, nos muestran estos tesoros sumergidos.
El puente que nunca se usó
Este puente no se abrió al público, porque se dijo que sus materiales no fueron correctos y peligraba su uso, pero ha resistido como un campeón.
Esto me hace pensar que pudo haber algún interés en contra del arquitecto.
Los puentes que se miran
Desde la carretera se pueden ver los dos puentes mirándose en el atardecer, como amigos en la distancia..
¡El puente abandonado, dando la talla!
Me llena de nostalgia, mirar este recio puente abandonado.
Puente Carlos Fernández Casado
El embalse es cruzado por la autopista AP-66 en dirección a Asturias, en la cual está construido un puente atirantado llamado Ingeniero Carlos Fernández Casado, que es actualmente el de mayor luz de España, después del Puente de la Constitución de 1812 de Cádiz.
Los tirantes del puente, persiana de montañas!
Zona deportiva del embalse de Luna
Se ha generado una actividad recreativa, como la contemplación del paisaje, pesca deportiva, deportes náuticos, caza, baño y senderismo, etc. Un negocio turístico, con dos campings, el de Mirantes y Sena de Luna y el Club Náutico, el cual cuenta con la organización de competiciones internacionales de vela.
Cascada de Caldas de Luna
En el pueblo de Caldas de Luna hay una estación termal. Nosotros estuvimos allí hospedados un fin de semana, fue genial. Además de los baños, hicimos senderismo y vimos la cascada.
Estratos piramidales
Al regreso, aunque estábamos algo adormecidos miramos las montañas espectaculares de Luna, sintiendo que Luna se impregnaba de su belleza. La geología de la comarca de Luna se estudia por su riqueza y diversidad.
¿Rocas lunares, encantadas?
Estamos en Laciana
Vimos el cartel en un coche aparcado frente al restaurante donde entramos a comer. Luna se acordó de su mamá...tan sólo cambiando la primera A por una U, tendríamos su nombre.
Luna quiere a Luciana
Así que editamos la foto de Laciana, para enviársela a Luciana!
Víctor rememoró su trabajo en las antenas de telefonía.
Un día que nevaba, ya tarde para encontrar cualquier sitio de comer, después de subir y trabajar en la torre, rendido, llegó a este restaurante, donde le acogieron y le dieron rica y abundante comida. ¡Por eso estábamos aquí!
El abrazo de Luna a su abuelo.
Durante la sobremesa nos hicimos unas fotos. Te queremos mucho, Luna, dijo el abuelo, acariciándole la cabecita.
Luca y su abuela Rosi
Estuvimos abrazados tan felices. Luca con sus inseparables coches arrempuñados, para que no se cayeran, no fueran a romperse.
Luca y el helado de chocolate
Luca conquistó a la camarera y obtuvo el helado de su gusto.
Luna y su reloj digital
Mientras tanto Luna se entretenía con su regalo. Ahora ella saca fotos y puede hacer más cosas...
En medio de ninguna parte
Víctor nos llevó a ver la antena del límite de la provincia y aparcó, como veis, antes de la marca provincial de Asturias, pero la cosa es que ya habíamos salido de la provincia de León, como veréis en la siguiente foto.
Acabamos de salir de la provincia de León
El coche aparcado entre León y Asturias, ¿dónde se supone que está?
Puerto de Cerredo
Este es el camino a la mina de tantos mineros y transportistas de carbón que lo bajaban a Anllares y a la Térmica de Ponferrada. Así lo hacía César el pedáneo de Valseco, esposo de Olimpia, en cuya casa me acogieron cuando llegué de maestra. Su recuerdo y agradecimiento nos acompañaron en este viaje.
Para saber sobre la Térmica deAnllares:
Lluvia
No hubiéramos preferido otro clima, porque nuestros recuerdos estaban en la lluvia y en la nieve.
Eso lo dijo Víctor y tenía razón, pues su trabajo en las torres de telefonía de Caboalles, Rabanal, Palacios del Sil, siempre estaban causados por inclemencias meteorológicas e implicaban graves riesgos de conducir por las difíciles sendas de montaña a gran altura.
Han tratado de compensar el cierre de las minas preparando algunas pistas de senderismo.
Antigua casa-escuela de Palacios del Sil
Aquí vivimos en la parte centro-derecha del edificio, cuando llegué de maestra. Víctor llegó con seis meses. Conoció el río Sil, La Cuérguila, los sotos de castaños, la vida campesina, con gallinas, gallos, vacas y caballos. Y multitud de personas!!!
El jardín era la Era
Donde estoy, es ahora una plaza ajardinada, con fuente y todo. Antes aparcaba el camión de los transportistas de Valseco y había siempre una montaña de arena de las obras que estaban en marcha. Ahora tiene un potro, recién preparado.
El potro
Este potro es una reproducción del que aún permanece, medio derruido, frente al Bar de Vitoriano, donde siempre le conocimos.
¡Qué bueno el potro cuando llueve!
Aunque hay que tener cuidado con esos ganchos que se mueven cuando Víctor choca con ellos. Cuidadín.
Rafa con mascarilla, para recordar este año 2020
Ved nuestro álbum de fotos de este día
Recorrimos al regreso la comarca de Babia. Vedlo aquí:
rsas0010.blogspot.com/2007/08/babia-rio-sil.html
2 comentarios:
Qué bonito relato de este día tan maravilloso!
Tú lo hiciste maravilloso, gracias por emprender con nosotros esta excursión.
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