Salimos a mover el coche...
Siempre nos encanta ir a Omaña, su naturaleza es magnífica y los hombres son hombres-dioses. Aún tenemos amigos allí, de nuestros encuentros en el Viejo Camino de Santiago.
Para comer, siempre nos gusta saborear la gastronomía en casa de Toche y Mar en Riello.
Otra visita obligada es El Castillo, con sus cigüeñas, la ruina creciente del castillo. Nosotros recordamos su riqueza ancestral y sus historias milenarias.
Pasamos un buen rato en la Omañuela, con el perro de Tasqui, que nos hizo de guía, hasta que se puso en marcha el coche de su dueño y se fue con él. Nosotros seguimos disfrutando de la soledad del entorno y de su brava energía.
Texto y fotos de Rosa Fadón y Rafael Cid
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