20 marzo 2009

Compartiendo con Mª Carmen

He tenido un ratito para entrar en el blog y he visto el de mi amiga MªCarmen. Estamos muy interesadas en meternos en canciones y lo pasamos muy bien... ya veréis lo que da de sí el blog.

07 marzo 2009

El Faedo de Ciñera 07.03.09

Hemos vuelto al Faedo queriendo mostralo a los chicos, pero lo hemos disfrutado solos. Las hayas estaban silenciosas bajo el manto de nieve, pero todo el ambiente estaba inundado del fragor del agua, que corría a borbotones por el estrecho cauce que le permite la hoz de roca caliza o saltando atropelladamente entre las piedras cuando se abre el bosque.
Extrañamente, estuvimos sólos en nuestro periplo, pisando sobre las huellas de otro solitario montañero, único rastro humano sobre la nieve impoluta.

Los recuerdos fotográficos muestran diferencias con respecto a la nieve del día que se lo dimos a conocer a Toño y Raquel, a pesar de que ahora estaba de nuevo nevado. Véamoslo.

01 marzo 2009

Espicha en Oviedo y juegos de autobús

Como todos los años empezamos las excursiones de UCECA con la Espicha del 2009.
  Podéis ver nuestras fotos aquí.
Nunca nos la perdemos porque aprovechamos la parada en Oviedo para visitar a Tere y Jose.
Les llevábamos los regalos de cumpleaños de Tere y santo de Jose y ellos nos dieron los suyos, como solemos hacer siempre.

Rafa Escuchar noticia prepara datos de historia, de literatura o de actualidad, que suelen documentar el artículo de recuerdo y para amenizar el autobús, ahora escuchándolo a través de los auriculares del mp3.

Nos acompañaba Víctor Escuchar noticia(no os perdáis su relato) pero Lu tuvo que quedarse y mis hermanos la echaron de menos, porque el año pasado había venido también.


Salimos a dar una vuelta con mi hermana, mirando tiendas de ropa de etiqueta y luego nos fuimos hacia el Calatrava, edificio moderno que piensa albergar el Palacio de Congresos, aunque de momento funciona como Centro Comercial y allí nos esperaban los autobuses.

Como en toda espicha de UCECA que se precie, no faltó la atracción de que se perdiera el conductor.

Rafa decía que seguramente alguien habría pagado para que no faltara esta atracción, que a falta de gaiteros, que animaran la sobremesa, se hacía indispensable para abrir el apetito.

Me acuerdo del año que paramos en Gijón, no sólo se nos abría el apetito, sino que ya eran casi las cuatro y andábamos dando vueltas a la carretera y por supuesto al estómago. Pero ese problema se solucionó cuando decidieron citar a los comensales frente al autobús a las 2 de la tarde, para que diera tiempo a jugar por las carreteras.

La verdad es que, de todos los años que yo he ido, sólo el año pasado no nos habíamos perdido y yo, ingenua de mí, pensé entonces que los organizadores habían puesto los puntos sobre las íes y que aquello ya no se repetiría más, pero qué va.

¡La búsqueda de laberintos y nuevos caminos hacia el Quelos va en aumento!

Esta vez el conductor salió por la autopista hacia León y dio la vuelta en Mieres. No contento con este bucle, cuando ya íbamos por el camino correcto, llegó a la salida de Bobes- Granda pasó de largo y entramos por una vía posterior, en la que nos encontramos con la gasolinera en la que habíamos girado ¡hasta 6 autobuses! un año de esos pasados, ¡tan desesperados que pisando la línea continua!

¡Que tiempos aquellos! Ahora sólo dos autobuses íbamos a la deriva cuando avanzábamos hacia León, pero en estos momentos tan sólo nuestro conductor merodeaba las lindes de los polígonos industriales próximos a Colloto.

Volvimos sobre nuestros pasos, como siempre en el autobús había cachondeo, un compañero quiso ayudar, pero el chofer le advirtió que tenía GPS... ¡Ay madre mía, con lo bien que llegamos a destino aquella vez que el del autobús paró a preguntar en la gasolinera de la autopista y nos escoltaron los policías de tráfico que a la sazón llegaron allí!.

Volvimos a la autopista de Santander, para coger luego la salida anterior a la que correspondía y después de hacer un ocho o dos y de estar pendiente del móvil que seguramente le iba indicando, el buen hombre llegó al restaurante y todos los pasajeros nos ubicamos en los huecos que quedaban vacantes en el comedor, donde ya los compañeros degustaban los largueros de embutidos, los huevos cocidos, el cabracho y, por supuesto, la joven sidra del año, que estaba buenísima.

Todo resultó muy bien, pero lo mejor, la imprescindible búsqueda del restaurante, entre risas nerviosas y la adivinanza del tiempo final de arribada. ¡No pienso perderme la de la próxima temporada, ya os la contaré!

22 febrero 2009

Mi colega de siempre

Me he puesto muy contenta al conocer goear. Me he suscrito y he empezado a disfrutar de su música.

Enseguida se me ha ocurrido contaros que en el colegio hay alumnos que cantan muy bien y siempre pienso que, si se les promocionase convenientemente, llegarían a ser famosos y a mí me gustaría, que también ricos.

La vitalidad y alegría de varios éxitos del Arrebato se asemeja a la que tienen los muchachos que yo conozco. Escuchándole se crean en mí, imágenes mentales, que me parece que podrían ser ciertas o conseguirse, en las situaciones personales de algunos de ellos.

Es lo que me pasa con esta canción, que es una de mis favoritas. La añado a continuación para que la disfrutéis:

También podéis seguir la letra aquí.

Cuando menos te lo esperas va la vida y te sorprende
Tanto tiempo de vacio que se llena de repente
He vuelto a ver a un buen amigo a mi colega de siempre
Ese que nunca se olvida, ese que vive en tu mente

Como celebrando un gol nos pegamos un abrazo
Pareciamos dos crios nerviosos por encontrarnos
Como te trata la vida, como te tratan los años
Que alegria me da verte

Y ver que en ti nada ha cambiado
Y de repente se paro el reloj
Y volvimos a cantar la envidia por jose,

Un bocata, una cerveza por el callejon,
Y senti con alegria como nos aplaudia el corazón,
Y volvimos a ser guerreros por la libertad
Y la luna nos prestó las llaves
de todas las calles de la ciudad
Y volvimos a sentirnos compañeros de los gatos
Maullando en el tejado de la princesa del barrio

Volvimos a ponerle pegamento a nuestras vidas
Y a cantar por camaron en todas las esquinas
Paseamos por el barrio rebuscando en sus paredes
Los nombres de viejos colegas
con los nuestros aparecen
Eramos una familia que se divierte y se defiende
Cuantas guerras en la espalda
guiñandole un ojo a la suerte
Y de repente se paro el reloj

Y volvimos a cantar la envidia por jose,
Un bocata, una cerveza por el callejón,
Y senti con alegria como nos aplaudia el corazón,
Y volvimos a ser guerreros por la libertad
Y la luna nos prestó las llaves
de todas las calles de la ciudad
Y volvimos a sentirnos compañeros de los gatos
Maullando en el tejado de la princesa del barrio

Volvimos a ponerle pegamento a nuestras vidas
Y a cantar por camaron en todas las esquinas
Y volvimos a sentirnos como lobos callejeros

Fabricantes de la risa, buscadores de respeto
Volvimos a pretar el cinturon de nuestras vidas
Y a cantar por camaron en todas las esquinas
Y volvimos a ser guerreros por la libertad
Y la luna nos prestó las llaves
de toas las calles de la ciudad

Y volvimos a sentirnos compañeros de los gatos
Maullando en el tejado de la princesa del barrio
Volvimos a ponerle pegamento a nuestras vidas
Y a cantar por camaron en todas las esquinas
Y volvimos a ser guerreros por la libertad
Y la luna nos prestó las llaves
de toas las calles de la ciudad

Y volvimos a sentirnos compañeros de los gatos
Maullando en el tejado de la princesa del barrio
Volvimos a ponerle pegamento a nuestras vidas
Y a cantar por camaron en todas las esquinas
Fuente: musica.com
Letra añadida por 4247djh

08 febrero 2009

Javier y los lapiceros

Rafa me esperaba a la puerta de la oficina para ir juntos a casa, aquel jueves después de las ocho, al final de un día de trabajo fatigante. Le acompañaba Emilia y cuando yo me resistía a pasar un rato por ahí, deseando llegar de inmediato a casa, me dijeron que íbamos a tomar una exquisitez gastronómica, que había preparado su marido, el cual nos aguardaba ya en la mesa del local, con todo preparado y con el ruego de que no nos retrasáramos para apreciar el guiso en su punto.

A pesar de mi poco entusiasmo inicial, tengo que reconocer que la calidad del convite venció mi resistencia y tanto me sorprendió la novedad del menú y su sabor tan sabroso, que me ofrecí a explicar la experiencia en un hilo de internet en homenaje a nuestro distinguido cocinero.

En un plato cubierto con servilletas blancas, rodeado de las cuatro copas que contenían un afamado caldo, nos esperaba la sorpresa del gurmet: Lapiceros de morcilla.
-¿Lapiceros de morcilla, cómo puede ser eso?
Algo más de una docena de canutillos, idénticos a lapiceros blancos, tersos al tacto, por su delicada envoltura de oleas de harina con mezcla de maiz y suaves al paladar por el mullido relleno de morcilla, algo picantillo, era el resultado de los desvelos de nuestro amigo por obsequiarnos en aquel atardecer.
- ¡Qué cosa tan exquisita!
Según nos explicó el entusiasta artesano, había que cuidar el punto de la masa en la que se iba a posar la fritura de morcilla y lo que yo creo sería lo más difícil, pasar los lapiceros por la sartén, para obtener el resultado final de cohesión.
Seguramente que hay que ser muy diestros para que salgan de la sarten tan enteros y crujientes. La verdad es que además de que estaban ríquisimos, los lapiceros tenían una presencia fantástica.

Estamos muy agradecidos a Javier por hacernos partícipes de este manjar y esperamos que no pierda las habilidades y nos invite otra vez .