23 noviembre 2007

Benavente

Hemos ido de excursión a Benavente y en el autocar ojeé un librito titulado "Historia completa de Benavente desde su fundación hasta 1903" de Pedro Sánchez.

Comienza su autor disertando sobre sus orígenes celtas y griegos. Continúa con los cartagineses y romanos, los primeros mártires, la victoria de Polvoraria, contra los musulmanes con la intervención de la Virgen de la Vega. Los fueros otorgados a la ciudad por Fernando II. Hace también un repaso por la evolución condal en Benavente desde Juan Alonso de Pimentel, hasta otro Alonso, V Conde fundador del Hospital de la Piedad . Nos habla de las guerras contra el Duque de Lancaster y de las ofensivas de sus vecinos portugueses. De la intervención francesa en la guerra de la Independencia, para terminar en el año 1903. En casi toda su disertación sigue a Ledo del Pozo. En 1904 D.Pedro Sánchez publica su librito y hace una donación al Ayuntamiento de 125 ejemplares para que se reparta en colegios y bibliotecas.
Benavente, ciudad entre ríos
Llegamos al fin a Benavente, la antigua Brigetio romana y como estaba previsto, la guía nos enseñó la Iglesia de Santa María del Azogue y San Juan del Mercado.

De Santa María del Azogue (S. XII) admiramos su cabecera con cinco ábsides decrecientes y en su interior la Virgen de la Vega, patrona de la ciudad, intercesora a favor de los cristianos en la baltalla de Polvoraria.

San Juan del Mercado es también del Siglo XII, destacan sus tres ábsides y la ornamentación en la bóbeda del presbiterio. Las portadas, especialmente la puerta meridional con tallas de motivos de la Epifanía y los Santos Inocentes y la portada de poniente con arquivoltas ornadas de fauna quimérica.

El Hospital de la Piedad fue mandado construir por el V conde de Benavente en el Siglo XVI es de fachada plateresca y tiene un hermoso patio interior.

Paseamos por los jardines del Espolón, contemplando desde lo alto de la muralla el amplio paisaje de la confluencia de los ríos: Órbigo, Tera, Esla, Eria, Cea y las sierras netamente dibujadas en el horizonte: La Cabrera, Segundera y Sierra Culebra. Al final nos cerraba el paso la Torre del Caracol, de estilo gótico renacentista y el edificio anexo del Parador. Se cree que son los últimos vestigios de lo que fuera el suntuoso Palacio-Castillo de los Condes-Duques y que en él tuvieron lugar las famosas cortes de Benavente, donde todo lujo y sibaritismo tuvo cabida.
Nos hicimos unas fotos en la Plaza Mayor y en las otras hermosas plazas que encontramos entre cuesta y cuesta.

Para otra ocasión visitaremos otros monumentos de esta "Villa de los Condes": el convento de San Andrés con su inconfundible torre mudéjar, el convento de Santa Clara del Siglo XIII. Las Iglesias de San Nicolás, Santa María de Renueva y el Convento del Santo Espíritu, todos del Siglo XIII.

Saliendo de la ciudad tuvimos ocasión de ver su polígono industrial que hace de Benavente uno de los nudos de comunicación más importante del noroeste de España.

Comimos en "El ermitaño", un moderno restaurante construido junto a una ermita, rodeado de jardines adornados con carro campesino y arropado por unos muros del Siglo XVIII. Su exquisita cocina tradicional se ha podido degustar desde 1989, pero la investigación culinaria y el buen hacer de los hijos, actuales propietarios Pedro y Óscar, que supieron rodearse de un grupo de expertos, ha significado una valiosa aportación gastronómica al turismo de la ciudad y han conseguido un sin fin de premios en restauración.

Nosotros estuvimos encantados y esperamos, que no sólo para comer bien, volveremos a esta ciudad.





1 comentario:

Anónimo dijo...

Y no os apetece revolotear un rato en la colmena??

Aleteos!