16 febrero 2011

Burgos y el Cid


Burgos, 2011

Debido a lo avanzado de la hora de nuestra llegada a Burgos, ya no tuvimos ocasión de entrar a visitar la Catedral, lugar donde reposa el Cid en la actualidad, por lo que se nos ocurrió fotografiar al menos su estatua ecuestre en la plaza y las de sus compañeros del poema, que se adornan el puente de S. Pablo.

La luz artificial marcaba la figura del Cid y ampliaba la dureza de los rasgos del fiero guerrero, de la estatua realizada por Juan Cristóbal, sobre un pedestal obra del arquitecto Chueca. El monumento tiene dos lápidas laterales con una doble leyenda:

"El Campeador, llevando consigo siempre la victoria, fue por su nunca fallida clarividencia, por la prudente firmeza de su caracter y por su heroica bravura, un milagro de los grandes milagros del creador." (Del historiador arabe Ben Basán)

Burgos, 2011

"Año 1099, en España, dentro de Valencia, murió el conde Rodrigo Diaz. Su muerte causó el más grande duelo en la cristiandad  y gozo grande entre sus enemigos." (Tomado del cronicón Milaecense de Poitou)

Burgos, 2011


Como haciendo guardia, a ambos lados del puente, contemplamos una serie de famosas estatuas obra del escultor bilbaino Lucarini. Nos dan ocasión para recordar a sus amigos del poema:
Comenzando por Jimena, su esposa abnegada. Nos la presenta el artista con dos palomas, simbolo de la pureza, aunque yo pienso que son las que, de cuando en cuando, venían a traerle noticias de guerras lejanas ganadas por su marido.
Esta valerosa mujer, era de estirpe regia, nieta de Alfonso V de León y sobrina (hija de primos carnales) del rey Alfonso VI. Tuvo dos hijas y un hijo. Hoy sus restos reposan junto con los de su marido en la catedral de Burgos.




Burgos, 2011



Aunque la historia sitúa a Jimena en Asturias durante el detierro de Rodrigo, en el poema, El Cid confía la custodia de su esposa e hijos al Santo abad del monasterio de Cardeña, Sisebuto, que en el poema se conocerá con el nombre de Sancho. A rogar que cuide a su familia, acudirá Rodrigo en el Cantar, al abandonar Burgos.

Burgos, 2011




Aben Galbón, Señor de Molina "Mi amigo con quien estoy en paz" tiene una función importante en el Cantar, la de avisar de la conducta traicionera de los yernos del Cid.



Burgos, 2011
Jerónimo, natural de Perigord, se hizo monje en Moissac.En el año 1096 fué invitado a venir a España por Bernardo, Obispo de Toledo. Nombrado obispo de Valencia con el Cid y luego de Salamanca. Fué consagrado directamente por el Papa Urbano II, hecho que le confería independencia de Toledo. 
En el poema se engrandecen los hechos bélicos y dice que se unió al Cid, porque quería, según expresa el Cantar, "matar unos cuantos moros". Ofrece luego, la remisión de los pecados a los que perezcan en la batalla contra Yusuf y reclama el privilegio de asestar el primer golpe.
Tras la evacuación de Valencia en 1102 Jerónimo fué transferido a la sede de Salamanca hasta su muerte en 1120

Burgos, 2011
Cruzando la calle, nos detenemos para contemplar una luminosa fuente y seguir el recorrido historico/literario por la margen contraria del puente. Nos encontramos con Albar Fáñez de Minalla, el más celebre guerrero después del Campeador, según el Poema de Almería, donde Mio Cid, caballerosamente, resalta que Albar era el primero y él mismo ,el segundo. Murió en Segovia defendiendo a su reina Urraca.


Burgos, 2011
Continuamos con Martín Muñoz "que mandó en Montemayor" como dijo el poeta. Era yerno de Sissnado Davinez, en cuyo nombre gobernaba Montemayor, en el centro de Portugal y a quien sucedió como conde en Coimbra. Fué destituido del mando en 1094, desapareciendo de los documentos históricos, hasta que lo volvemos a encontrar al servicio del rey de Aragón a comienzos de sigloXII. Es probable que, durante este tiempo, estuviera al servicio del Cid en Valencia,  trasladándose de nuevo a Aragón tras la muerte del Cid.

Burgos, 2011
El Rey Alfonso desterró a Rodrigo y prohibió venderle víveres en Burgos, pero Martín Antolines "el burgalés de pro" y posiblemente pariente del Cid, provee de comida y bebida al Campeador. No incumple la norma regia, pues no ha comerciado con ellos, ya que pertenecen a su propio patrimonio.
El Cid no lleva dinero al destierro, así que idea llenar dos arcas con arena y Martín va en busca de Raquel y Vidas y les propone que se hagan cargo de las arcas llenas de oro fino que el Cid no puede llevar al destierro, a cambio de 600 marcos. Eso sí, deben de guardarlas todo el año, como depósito, sin abrirlas.
Tan satisfechos quedaron Raquel y Vidas, que todavía tuvieron a bien regalarle a don Martín 30 marcos para que se hiciera unas calzas. ¿Serán las que lleva, cuando pisa un arca en la estatua?

Burgos, 2011


Diego Rodríguez es el hijo del Cid, cuya existencia está confirmada en una fuente tardía, un texto aragonés del año 1200, conocido como Liber Regnum. En este documento se dice que Diego fué muerto en la batalla de Consuegra en agosto del año 1097, luchando contra los almorávides, por lo que Diego combatía en el ejército real.



Contemplando en la estatua de la plaza, la barba que nadie mesó al Campeador,  recordamos que en la Estoria de Cardeña, se nos cuenta una curiosa historia:
Burgos, 2011
Durante la embajada en Valencia, del gran Sultán de Persia, entre los regalos que traen al Cid se encontraba un juego de ajedrez, que aún se conseva en el monasterio y "una libra de mirra y bálsamo, que es el unguento para embalsamar los cuerpos de los hombres famosos cuando mueren".
Después de esto, San Pedro se aparece al Cid, para informarle de su próxima muerte. El Cid lleva a cabo los prerarativos para morir y una vez fallecido es embalsamado y conducido a Cardeña., donde es situado en la iglesia, al lado del altar mayor, sentado en un taburete de marfil, que el Cid había arrebatado a los musulmanes.
Siete años después, aún está expuesto el cadaver embalsamado del Cid, cuando un judío intenta tirarle de la barba, por aquello de que nadie le mesó la barba jamás. Entonces el  Cid rápidamente dirige su mano derecha a la espada, extrayéndola parcialmente de su vaina. El intruso judío escapa despavorido, para posteriormente convertirse al cristianismo.

Con el tiempo el Abad del Monasterio decide que el Cid debe ser enterrado, junto con su esposa, su hijo Diego y otros héroes cidianos.

En 1544  Felipe II pidió su canonización en Roma, aunque después el proceso quedó interrumpido y nunca se reemprendió.

En el siglo XVIII se reconstruyó una capilla-panteón y durante la guerra de independencia los restos son profanados por los franceses. Enterado el general Thiebault, gran admirador del heroe, ordenó preparar un mausoleo en el paseo del Espolón , rindiéndole honores militares las tropas francesas.
En 1826 los restos vuelven a Cardeña y en 1835 con la ley de Desamortización, se marchan los benedictinos del valle y el monasterio queda en el abandono, por lo que los restos son de nuevo trasladados, esta vez al Ayuntamiento de Burgos. Finalmente, en 1921 pasan en solemne procesión, presidido por el Rey Alfonso XIII, a la catedral de Burgos, donde reposan actualmente.

Burgos, 2011
Pero ¿que sucedió con Babieca, el hermos caballo que monta el Cid de la estatua, a cuyos lomos cabalgó en las grandes batallas y que según la leyenda lo condujo a su reposo final en Cardeña?
 Pues, según cuenta Fletcher, en su magnifico libro sobre el Cid, su criado Gil Diaz, un faquih valenciano que se había convertido al cristianismo, cuida del caballo durante dos años, siendo utilizado como semental. Al cabo de ese tiempo, muere Babieca y Gil Diaz lo entierra junto a la puerta del monasterio y planta dos olmos frente a la entrada del lugar.

Con el tiempo muere Gil Diaz y de acuerdo con su voluntad, lo entierran junto a Babieca. Hay una losa commemorativa para marcar el lugar, pero en 1948, el Duque de Alba promovió una excavación para encontrar los huesos del famoso caballo. No tuvo éxito por lo que sólo nos queda el consuelo de seguir contemplando su magnifica estatua.


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