El 14 de Nisan en Estambul

Al día siguiente, Ved nuestras fotos del14.04.12, se esperaba que cortaran el tráfico en diversas zonas de la ciudad, pues se rodaba una película del famoso "agente 007", en la que actuaba nuestro actor Barden.

Así empezamos la visita temprano, en el punto que se consideraba más conflictivo de tráfico, el Bazar de las Especias y a continuación dimos un amplio rodeo por la ciudad, que nuestro guía explicaba convenientemente, hasta llegar a la Mezquita de Rustempasa.




Rustempasa fue visir de Soleimán. La mezquita fue construida por Sinan, que a su fama de arquitecto, unió aquí, gran fama de decorador.



Sólo un hombre tan rico como Rustempasa podía permitirse pagar una decoración tan lujosa, en la que hay azulejos hasta en la fachada exterior.

En el bazar de las Especias compramos a mogollón.



Todas las mujeres del bus íbamos asombrándonos unas a las otras con nuestras adquisiciones.

Como era el día 14 de Nisan, fiesta del profeta, cuando fuimos a la Mezquita donde está enterrado Eyüp, que constituye un importante centro de peregrinación del Islam, nos encontramos con un ambiente festivo.



Había una exhibición de música tradicional turca, con los músicos ataviados como los jenízaros, antigua guardia del Sultán. Un niño estaba ataviado todo de blanco, como un pequeño sultán con un peñacho en la cabeza.

Nos entregaron una pegatina y, ante la entrada al claustro de las abluciones, nos invitaron a un trocito de "delicias turcas".



Luego, además de admirar la belleza de tan importante templo, fue interesante presenciar sus rezos y devoción.

A continuación visitamos lo que fue un templo cristiano, S. Salvador de Chora. Está decorado con hermosas pinturas murales y en otro edificio adosado con mosaicos dorados. Se narra la vida de la Virgen y de Jesús con todo detalle, convirtiéndose el templo en una catequesis en imágenes.



Ya tenía hambre, era la hora de comer, pero como estaba programado la tarde libre, nos habían organizado una mañana abarrotada, con demasiadas actividades.

Así llegamos al palacio de Beylerbeyie, en el Bósforo, lugar de retiro vacacional. Un palacio versallesco en casa de los Sultanes.
Muebles, lámparas y salas majestuosas, a las que no accedíamos, sólo miramos desde las amplias entradas.

No se permitían fotos en el interior, donde nos calzaron unos patucos de hospital, aunque no anduvimos más que sobre pasilleras y las alfombras de las salas no estaban a la altura del resto de la decoración.



Después de la comida, el autobús nos llevó de vuelta al hotel. Llovía a cántaros y conseguimos unas fotos graciosas desde el bus.



Sin importarnos el aguacero, corríamos al café del narguile para despedir nuestra estancia en la ciudad y a la mañana siguiente al aeropuerto y a casita.