Efectivamente, quedamos deslumbrados por las joyas, los ropajes, los jardines, las balconadas al mar, los pabellones, las fuentes...
En las proximidades está el Museo Arqueológico, donde visitamos el famoso sarcófago de Alejandro Magno.
Él no está enterrado en ella, pero es una pieza clásica muy estimada. Vimos muchas piezas en el enorme edificio.
Para hacer un descanso, nos fuimos a un café, que ponían pipa de agua, cerca del Gran Bazar, donde aún queríamos ir, en esta apretada visita.
Rafa nos descubrió entonces, que era su cumpleaños y quería invitarnos,¡madre mía, ni siquiera sabía en que día vivo! ¡Muchas felicidades hoy y siempre!
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